
Existen unas cuantas historias más que merecen ser mostradas, y que necesitan ser contadas.
1
Hace seis años que soy la empleada de Ares, dueño de una de las empresas más poderosas del país, no es griego, ni tampoco es un Dios que su principal poder es provocar guerra, este Ares es un hijo de puta, y lo más difícil de todo es que soy una de las personas en que más confía simplemente por ser su asistente personal.
Sigo en mi escritorio a las nueve de la noche pero mi turno se terminó hace dos horas. Mi jefe sigue en su oficina como todas las tardes.
-Señorita Evans, ¿qué hace aquí a esta hora.
-Termino los pendientes...
-Vayase a casa
2
-¡¿Por eso no me quisiste dar una oportunidad?!-¿de qué rayos habla pero parece dolido?
-¡Déjala tranquila!-le grita Susan.
-No te merece y jamás lo hará-sale por la puerta de la cafetería y muchas personas me miran como si fuera un bicho raro.
Camino en dirección a Susan que me pide una disculpa por la actitud de su hermano.
-¿Puedo saber que demonios le picó?-asiente.
-No me digas que no sabes porqué-niego y eso le da sorpresa ya que mi cara lo dice todo.
Andrew ve que no tengo idea de lo que se refiere Susan y me da una revista para luego cambiarle a la televisión.
-Pagína ocho-de inmediato muevo las páginas y me encontró con...
¡Boda!
Nuestro mayor tiburón encuentra a su sirena, una chica de aquí mismo, la joven afortunada en contraer matrimonio con el galán más codiciado del país, es nada menos que Raquel Harrison, una chica que trabaja en una de las cafeterías más importantes de la ciudad.
"Me enamoré de ella y no pienso dejarla"
3
En ese punto supe que no conocía realmente a mis padres, que las personas que me criaron eran desconocidos totalmente para mí y que el idiota que tenia frente a mí era la persona más insoportable que conocía.
-Te lo dije-sonríe-déjame preguntarte algo. ¿Realmente conocías a tus padres?
-Creo que no.
-Eso creí.
Se levanta de su silla y se va dejándome sola en esa obscura habitación donde la luz del sol iluminaba en su esplendor.

