Algunas semanas habían transcurrido desde los últimos acontecimientos. Alexander no había pasado por más momentos de tensión pero ahora era un hombre más precavido hasta saber qué estaba ocurriendo; por otro lado, aquellos mensajes angustiantes que llegaban al móvil de Avril habían cesado, las cosas parecían estar más calmadas. A pesar de la calma, se suspendió el viaje que estaba previsto para que Avril visitara a Alexander en España, por su seguridad. Dos meses era el tiempo que no habían podido verse. Llegó el día del cumpleaños número 29 de Avril, Alexander le hizo una videollamada muy temprano en la mañana, quería ser el primero en felicitarla. —¡Feliz cumpleaños, amor! —Es lo primero que exclama Alexander cuando Avril contesta. Él tenía puesto un pequeño sombrero de cumpleaños, lo

