Capítulo 6. Sara está rota.

2020 Words
Mientras la detective Colomar y sus hombres se retiran, Elizabeth regresa a su mansión, cansada y adolorida por su enfrentamiento previo, y mientras ella se relajaba en una ducha caliente, ATENA le avisa de algo muy interesante. —    Jefa, ¿Cómo le fue? — dice ATENA. —    Me fue bien, no sé porque preguntas, estuviste ahí. — responde Elizabeth mientras se baña. —    Ya sé, solo quería hacer un poco de conversación. — responde ATENA. —    Ya veo… ¿alguna novedad sobre mi hermana? — pregunta Elizabeth al salir de la ducha. —    Pues sí, recibir una pequeña señal de programación en el líquido inteligente que esta incrustado en su corazón. — responde ATENA. —    ¿Cómo que código de programación, Lograste descifrarlo? — pregunta Elizabeth al ponerse su ropa interior. —    Aun no, pero casi, en tres días podre desencriptar el código, si lo logro, podremos apagar el líquido y evitar riesgos mortales para la integridad de Sara— dice ATENA. —    Mejor que sea en un día, usa todos tus procesadores para desencriptarlo. — ordena Elizabeth. —    Sera difícil, pero no imposible, me desconectaré por unas largas horas, debo usar toda mi capacidad para desencriptar ese código— dice ATENA antes de comenzar con ese deber. —    Claro, puedes irte, yo estaré bien sin ti, cuando descubras algo, avísame, por ahora no podre ser de mucha utilidad, me relajaré por el resto de esta noche. — dice Elizabeth al ponerse su pijama. —    Claro, ve a descansar, hace mucho que no duermes mas de seis horas, déjame el trabajo a mí. — dice ATENA antes de desconectarse por el resto de la noche. —    Claro. Elizabeth estaba cansada, estresada y lo único que le daba un poco de paz, era echarse en su inmensa cama y relajarse viendo televisión hasta quedarse dormida. En la mañana siguiente, Elizabeth baja a su laboratorio, para saber cómo esta su hermana, pero se asusta al verla completamente histérica y loca; sara se lastimaba así misma, como si fuera una demente, algo que preocupo mucho a Elizabeth.  —    ATENA, ¿Por qué mi hermana tiene moretones? — dice Elizabeth preocupada —    Lo sé, es porque ella misma se auto infligió esas heridas. — explica ATENA. —    ¿de que hablas? — responde Elizabeth. —    Según mis escáneres, el cerebro de Sara está generando grandes cantidades de estrés postraumático que afecta todo el cerebelo. — dice ATENA. —    ¿Por qué esta pasando eso? — responde Elizabeth. —    No tengo idea, la teoría más completa es que es un efecto del seudoveneno tecnológico que ella tiene en su corazón, sea lo que sea que es ese líquido plateado, está afectando al cerebro de Sara como un sistema de defensa. — responde ATENA. —    ¿defensa? ¿El líquido está programado para defenderse? — dice Elizabeth confundida. —    En efecto, esta haciendo que Sara pierda todo sentido de la razón y pierda total respeto por su propia integridad física. — responde ATENA. —    Hace que ella misma se lastime… ¿ya le diste algo para tranquilizarla?  — dice Elizabeth. —    Si, algunos calmantes de bajo nivel, pero no es efectivo, solo el gas narcótico que está en su habitación puede dormirla. — dice ATENA. —    Bien, me acercaré para tratar de calmarla.   Elizabeth y ATENA no esperaban que el liquido plateado, fuera tan malo para el cuerpo de Sara, al parecer, el nano líquido, estaba programado con parámetros muy específicos que hacían que la paciente, sintiera deseos de auto lastimarse; en otras palabras, el liquido se sentía amenazado y utilizaba a su propia víctima como rehén, para evitar que descubrieran la forma de destruirlo. Elizabeth sabia que su hermana en cualquier momento desearía lastimarse, por esa razón decidió acercarse a una de las ventanas blindadas y así tratar de calmarla. —    Hermanita… ¿estas bien? — dice Elizabeth con delicadeza. —    Elizabeth libérame maldita perra. — grita Sara de forma aterradora al golpear la ventana. —    No puedo hacerlo sara, no puedo, debo asegurarme de que estés totalmente a salvo. — responde Elizabeth. —    ¿Qué es lo que quieres decir? Estoy bien, ¡estoy bien! — grita Sara completamente confundida. —    Es una larga historia, pero, en resumen, tú eres la rehén de la compañía para la cual yo trabajó, obligándome hacer armas e inventar tecnología a cambio de que no mueras. — explica Elizabeth sin titubear. —    ¿Qué? No lo entiendo, ¿yo soy la rehén de cyberwor? — dice Sara asustada. —    Así es, en tu corazón y en tu cerebro albergas un líquido difícil de identificar, capaz de destruir al portador, aun no sé qué es con exactitud, pero cuando lo descubra, podrás ser libre. — dice Elizabeth. Sara al escuchar esas palabras, comienza a golpear su cabeza contra el cristal templado, molesta y sin control, algo que ATENA rápidamente pudo detectar. —    Elizabeth, detecto una gran concentración de estrés en el cuerpo de sara, el líquido en su cerebro la está haciendo lastimarse severamente, está perdiendo el control — dice ATENA . —    Sara, no te lastimes— suplica  Elizabeth a su loca hermana. —    ¡!NO ME JODAS!!!  El líquido que Sara tenía implantado estaba haciendo que ella decidiera romperse la cabeza una y otra vez contra la ventana, así que descontrolada y totalmente histérica, Sara comienza auto lastimarse; algo que Elizabeth debía detener de inmediato antes de que Sara se suicidara o entrara en coma por los fuertes golpes que ella misma se daba. —    ¡¡¡¡Sara, detente!!! — dice Elizabeth preocupada por su loca hermana. —    NO ERES MI HERMANA, SOLO ERES UNA LOCA DEDICADA A TRATAR A TODO EL MUNDO COMO RATAS DEL LABORATORIO— dice Sara al golpearse fuertemente contra el cristal templado una y otra y otra vez. Sara había perdido totalmente la razón y poco a poco ella, estaba manchando el cristal blindado con su propia sangre, con cada golpe, con cada cabezazo que ella daba, arriesgando su propia integridad; Elizabeth se estaba preocupando, así que le pidió ayuda ATENA, para que se detenga. —    ¡ATENA activa el gas tranquilizante! — ordena Elizabeth impactada. —    A la orden jefa. El gas tranquilizante se activa, dejando a Sara inconsciente, antes de que ella se rompiera la cabeza con sus peligrosos golpes, dejando a Elizabeth más preocupada y más culpable que antes. —    ¿Elizabeth estas bien? — pregunta ATENA. —    No… no lo estoy, mira a Sara, ATENA, ¿Qué estoy haciendo? — dice Elizabeth. —    Intenta ayudar a su hermana menor, es lo que haría una buena hermana mayor— responde ATENA en consolación para Elizabeth. —    Ja, si como no, la encerré en mi laboratorio sin su consentimiento, la estudie como una rata y gracias a eso, ella estallo, ella me odia, lo podía ver en sus ojos ATENA, podía ver su odio mientras ella misma golpeaba su frente contra el cristal, mientras ella se lastimaba así misma hasta el punto de sangrar… ¿yo soy un monstruo? — dice Elizabeth mientras lloraba por sus ojos. —    No creo que seas un monstruo Elizabeth, ella estaba descontrolada por el efecto del veneno tecnológico que controla su cabeza, cuando te graduaste de la universidad, rápidamente fuiste obligada a trabajar para cyberwor por el bien de tu hermana, lo hiciste por ella, y ahora solo querías salvarla, no es algo que aria un monstruo. — responde ATENA. —    Ja, no soy buena persona ATENA, y algún día deberé morir, ¿recuerdas el protocolo que te implemente en tus sistemas? — pregunta Elizabeth. —    Lo sé, el protocolo “23” el único que rompe toda regla de la robótica, el protocolo que debo cumplir a toda costa cuando todo esto termine — responde ATENA. —    Si… cuando llegue el día en que todo esto termine, destruiremos este laboratorio, le daremos toda mi fortuna a Sara y tú vas a … —    ¿Matarte? Se bien cuál es el protocolo Elizabeth, cuando ese oscuro día llegue, me convertiré en la única IA que pudo matar a su creadora. — dice ATENA con bastante seriedad. —    Lo se… Elizabeth había creado armas que arrebataron la vida de muchas personas, enemigos, terroristas, criminales, etc.… pero eso no significaba que ella no sintiera culpa de que sus armas, su cerebro y su apellido se tornaran en algo despreciable, al ser la creadora de armas ella se odiaba así misma ya que sabía que esas vidas, inocentes o no inocentes, fueron arrebatados con sus propios inventos, algo que en sí, la hacia la responsable de todas las guerras, masacres y asesinatos que se vivían a lo largo de ese mundo moderno, por esa razón ella actualizo a ATENA  con una función que rompía toda regla de la robótica, y cuando llegue el momento, ATENA , matara a su propia creadora como castigo por manchar el apellido de su muy respetado padre, el doctor Joseph Croff. El tiempo transcurrió con lentitud después del accidente de ese mismo día y después de que Elizabeth sanara las heridas que Sara se auto infringió, se dedicó a continuar con su trabajo, investigando el extraño líquido y su código de programación, para buscar una forma de desactivarlo y así poder liberar a Sara de una horrible muerte. —    Ok ATENA, ¿pudiste descifrar el código de programación del líquido “x” que está en el cuerpo de sara? — pregunta Elizabeth al ponerse su bata del laboratorio. —    Si, descubrí el código, y al parecer el código es una extraña combinación entre código binario y código de barras con criptografía de grado militar, usé todo el poder de procesamiento que podía obtener para descifrarlo y lo único que pude descifrar fueron unos números — responde ATENA. —    ¿un código número tal vez? — pregunta Elizabeth. —    No, lo que descifre fue esto: 168.59.59. —    ¿Qué significa, algún tipo de criptología numérica? — pregunta Elizabeth. —    No es eso, aunque se creería que podría ser eso, la respuesta es algo más simple, “Tiempo” eso es lo que significa, en resumen, tenemos 168 horas, con 59 minutos y 59 segundos antes de que Sara muera. — responde ATENA. Elizabeth de inmediato queda impactada ya que literalmente el tiempo de vida de su hermana menor estaba contado, algo que la asustaba y la preocupaba. —    No puede ser, esto tiene que ser una broma. — responde Elizabeth al tumbarse en su silla, asustada por la respuesta de ATENA. —    Según mis cálculos tenemos una semana para salvar a sara. —  dice ATENA. —    No puede ser, ¿Nicola pensaba matar a mi hermana de todas formas? — pregunta Elizabeth. —    Según el contador, creo que si… — dice ATENA. Elizabeth no podía quedarse de brazos cruzados, debía hacer algo. —    Muy bien, ¿Qué otra cosa pudiste descifrar, ATENA? —    Descubrí que podemos atrasar el tiempo de activación del líquido “x” con pulsos electromagnético, pero honestamente es imposible salvar a Sara sin la ayuda de Nicola. — responde ATENA con seriedad. —    Buscaré la forma, mientras tanto, quiero que desarrolles un pequeño microchip pulsante. — ordena Elizabeth. —    Pero, eso es para robots o mecanismos automatizados — responde ATENA . —    No importa, solo necesito configurar un microprocesador e incorporarlo al cerebelo de sara, así el chip no la lastimara y ella ya no se auto lastimara. — responde Elizabeth. —    Pero eso podría afectar su memoria de corto plazo, talvez eso evite que sara se suicide y atrase el tiempo de activación del líquido, pero, aun así, podría afectar los recuerdos de estos últimos días— responde ATENA. —    Mejor, así ella olvidará lo que le hice y podrá ser la misma de antes— dice Elizabeth. —    Si es lo que desea ama, está bien, iniciando creación de microprocesador con funcionalidades de chip pulsante, ¿desea algo más Elizabeth. — dice ATENA. —    Si… llama a mi transporte, iré a visitar a ese hijo de puta. — responde Elizabeth con mucha furia. —    Como ordene, su transporte la estará esperando en cinco minutos.  
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