Estoy acostada en mi cama observando el techo. Han pasado dos días desde la noticia de aquella chica y no han ocurrido más accidentes, por suerte. Iker no le conto nada de nuestro encuentro a Caleb, lo que agradezco aunque nunca se lo diría, porque si se lo hubiera dicho probablemente no me lo podría quitar de encima. Mi teléfono vibra y estiro mi mano para tomarlo de la mesa de noche. Sonrió cuando veo quien es.
-¡Hola!-saluda Aileen, energética
-Hola-respondo.
-¿Qué haces?-pregunta.
-Nada
-Uno nunca está haciendo nada-dice, con un tono de reproche.
-Pues yo sí, simplemente estoy acostada.-casi la puedo ver rodando los ojos.
-Te llame con la esperanza de que tuvieras una aventura emocionante por contarme, pero lo único que obtengo es un día deprimente.-escucho gritos del otro lado de la línea.- ¡Cállense!-grita Aileen y tengo que despegarme el teléfono para no quedar sorda-.Lo siento-se disculpa-, mis primos son una pesadilla.
-Estoy segura que no son tan malos…
-¡Ja! Cuando quieras eres bienvenida a intercambiar lugares. Son como los hijos del mismísimo diablo. No te imaginas la de cosas que me han hecho desde que llegue…deja que ponga mis manos sobre ellos…
-Dile a tu mamá, o mejor, a tu tía.
-Lo intente las primeras veces-suelta un resoplido-, pero son tan bueno actores…
-¿Mejores que tú?-sonrío divertida.
-No te lo imaginas. ¡Apenas pude hablarte hoy desde que salimos de vacaciones! Se las han ingeniado para mantenerme ocupada…
-Lo bueno es que estarás de vuelta muy pronto. En cuatro días…-intento animarla.
-Lo malo es que en cuatro días regresamos a clases-resopla con fastidio.
-Solo nos falta un año, ya verás que se pasara tan rápido que ni te darás cuenta-suspiro-.Te extraño, todo por acá esta aburrido.
-Lo sé, así de genial soy-se ríe y me uno a ella- .Entonces no has hecho nada.
-Nada, me la he pasado leyendo y viendo películas. He salido un par de veces porque mamá no paraba de molestarme con eso. Inclusive le pregunto a Caleb que si podía salir con el ¡imagínate!-digo, un poco ofendida.
-¿Y qué dijo?-pregunta.
-¿Quién?-pregunto confundida.
-Pues Caleb.
-Ya lo conoces, le dijo que sí. Pero ni loca iba a pasar el rato con sus amigos, en especial si ahí estaba Iker…-Aileen se empieza a reír y me callo.
-¿Qué?
-¿Estas segura de que no te gusta Iker? Por como hablas de él, me da la impresión de que tienes sentimientos por el…-resoplo y me reincorporo en la cama.
-Lo único que siento por él, es un fuerte desagrado.
-Realmente no veo porque…
-¡Porque es un presumido, se cree que se merece todo y no creo que su cuerpo pueda sostener su cabeza por mucho más tiempo si su ego sigue creciendo!
-Muy bien, tranquilízate. No era para tanto-vuelve a despegarse el teléfono y regresa a los segundos-.Escucha, tengo que irme. Mamá me habla, probablemente a causa de mis primos. Nos vemos el lunes.
-Muy bien, nos vemos-cuelgo y lanzo el teléfono contra las almohadas.
Me pongo de pie y camino hasta mi escritorio pero a medio paso mi teléfono empieza a vibrar nuevamente y lo tomo. Mi corazón da un salto y contesto con nerviosismo.
-¿Hola?-cierro los ojos y me doy un golpe en la frente con la mano.
-Hola-saluda Kilian- ¿Estas ocupada?
-No, para nada.
-Pues si no estás haciendo nada, pensé que podrías darme ese recorrido por el pueblo que mencionaste antes-una sonrisa se abre paso en mi rostro y asiento antes de recordar que no puede verme.
-Por supuesto. ¿Cuándo?
-Ahora.
-Muy bien, ¿nos vemos en la plaza?-pregunto dudosa.
-Claro, nos vemos-y con eso ultimo cuelga.
Me cambio rápidamente por algo más decente que pantalones de pana. Bajo las escaleras prácticamente corriendo.
-¿A dónde vas tan deprisa?-pregunta mamá, entrando a la sala.
-Quede de verme con alguien, nos vemos más tarde.
Salgo de la casa sin darle oportunidad de decir algo más y subo a mi coche. Manejo hasta el pueblo y estaciono frente a la biblioteca pública. Me toca caminar un par de cuadras hasta la plaza y cuando me detengo del otro lado de la calle para cruzar hacia la plaza, logro ver a Kilian sentado en una de la bancas. El semáforo se pone en rojo y cruzo la calle rápidamente, pero disminuyo mi paso cuando llego a la plaza. Kilian levanta la mirada de su teléfono cuando me paro frente a él. Sonríe fugazmente y se pone de pie. Con la luz del día puedo verlo mejor. Su cabello platino esta peinado hacia atrás, dejando al descubierto sus facciones. Sus ojos son de un azul verdoso, adornado por unas pestañas espesas y largas. Es alto, como del mismo vuelo que Caleb, y delgado pero no al grado en que sientes que puede fracturarse un hueso con un solo empujón.
-Entonces…-dice. Detengo mi inspección y sonrío avergonzada- ¿Por dónde empezamos?
-Bueno, como te dije el otro día, no hay mucho que hacer por aquí-empezamos a caminar. Pasamos por una cafetería, llamada Charlie´s, el lugar en donde suelo venir con Aileen algunas veces después de clases-.En este lugar cocinan las mejores hamburguesas del pueblo-levanta una ceja en mi dirección, como si dudara de mi palabra-, al menos para mí-me encojo de hombros-.Aquí vengo con mi mejor amiga, casi siempre.
-Supongo que tendré que ver por mí mismo-sonríe.
-Supongo que si-concuerdo con él. Ambos sonreímos el uno con el otro por unos segundos y seguimos caminando. Pasamos varios locales: uno de discos, en donde venden casi de todo tipo de música, sin excepciones. No sé cómo lo hace pero el dueño del local siempre consigue lo que el cliente le pide. Aunque no sepa ni que es. Pasamos por la joyería, la pastelería y el cine. Nos detenemos para revisar la cartelera.
-¿Quieres entrar al cine?-pregunto. Se encoje de hombros y me mira desinteresado.
-¿Tú quieres?-por el tono de su voz, me doy cuenta que realmente no quiere entrar y niego con la cabeza.
-No…-pienso en preguntarle si no le gusta pero mejor desisto. Lo miro de reojo mientras seguimos caminando. Hay algo extraño de él que aún no puedo descifrar. Inclusive su forma de caminar, recta. No es como la mayoría de los chicos que caminan un poco encorvados .Y hay cierto aire de elegancia a su alrededor. Caminamos sin ningún rumbo.
-Entonces, Cassie…-lo miro- ¿Eres hija única?
No le doy mucha importancia a su pregunta. Supongo que es normal preguntar sobre la persona que acabas de conocer.
-No, tengo un hermano gemelo-contesto. Esto no parece tomarlo por sorpresa como al resto de las personas, algo que lo hace inclusive más extraño. Simplemente asiente con la cabeza- ¿Tú tienes?-me mira desconcertado-.Hermanos-agrego.
-Ah, sí. Tengo un hermano y una hermana.
-¿Viajan mucho?-sus ojos azules miran alrededor con desinterés-.Dijiste que te acababas de mudar, así que supuse…
-Sí, el trabajo de mi familia no permite que nos quedemos mucho tiempo en un mismo lugar. Es algo bueno, de hecho. Me gusta conocer diferentes lugares. Hace la vida más llevadera-lo dice con un deje de melancolía en su voz, que siento pena por él.
No puedo evitar notar como dijo “el trabajo de mi familia” y no el de mis padres. Lo que quiere decir que tal vez tengan una especie de compañía familiar. Debe de ser algo solitario, puede que no se quede lo suficiente para que haga amigos de verdad. Aunque supongo que con la compañía de sus hermanos debe de ser mejor.
-¿Has estado en muchas partes del mundo?
-Paso la mayoría del tiempo en Europa. He estado en uno que otro lugar de Asia y África.
Nos detenemos en una esquina para cruzar la calle y algo me llama la atención. Una tienda que he visto un par de veces pero nunca he entrado. Cruzamos la calle e inconscientemente mis pies me llevan hasta allá. Kilian me sigue sin cuestionarme y nos detenemos afuera. El local tiene un gran ventanal que permite ver un poco hacia dentro. Hay un letrero colgando en una esquina en donde se lee “Harvest Moon”. Abro la puerta y suena la campana. Un olor a canela me inunda en cuanto entro. El local está vacío. Hecho un vistazo con la mirada por el local. Hay muchas plantas secas colgando en estantes, libros de pastas duras, frascos con lo que parecen especias. A mi derecha, en la pared, hay un estante con varias piedras preciosas de diferentes tamaños, formas y colores.
Hay algo que me resulta demasiado familiar…como si ya hubiera estado aquí antes, lo cual es imposible porque jamás había entrado. En el mostrador, frente a mí, hay varios collares con unos dijes de estrella y otros tantos extraños.
-¿Qué hacemos aquí?-pregunta Kilian a mis espaladas. Por un momento me había olvidado que estaba aquí. Abro la boca para contestar pero una puerta a mi derecha se cierra y entra una mujer de cabello n***o y crespo, con una especie de bata morada con dibujos de estrellas azules. Alrededor de su cuello cuelgan varios collares y en sus manos trae pulseras y anillos. Sus ojos cafés me miran con calidez y sonríe amigablemente.
-Bienvenidos a “Harvest Moon”, ¿en que los puedo ayu…?-se queda a media frase y sus ojos castaños ven más allá de mi hombro. Su sonrisa va desapareciendo lentamente y sus ojos, que antes eran cálidos, ahora se han tornado helados como el hielo. Miro a Kilian sobre mi hombro y parece tenso. Aprieta la mandíbula sin despegar su mirada de la mujer. Regreso mi atención a ella y me aclaro la garganta.
Me mira nuevamente e intenta sonreír de nuevo, pero manera tensa. Me quedo observándola por un buen rato. Ella, como este lugar, me resulta conocida. Pero no logro recordar de dónde. En la escuela es imposible que la haya visto, y estoy segura que a mi casa no ha ido. ¿Entonces en donde la he visto?
-¿Puedo ayudarte en algo?-pregunta amablemente, sin dejar de mirar sobre mi hombro, de manera no tan discreta, a Kilian.
-Lo siento, solo estaba viendo. ¿La conozco de algún lado?-no puedo evitar preguntar. Me está molestando no poder recordar de donde me resulta familiar.
-No lo creo-dice rápidamente-.Tal vez me viste cuando pasabas por aquí algún día…-frunzo los labios.
-No lo creo…-digo un poco insegura.
-Deberíamos irnos, Cassie-dice Kilian detrás de mí. Su voz suena diferente, alerta. Asiento con la cabeza sin dejar de mirar a la mujer.
-¿Cuál es su nombre?-pregunto.
-Brígida-sonríe y esta vez su sonrisa si llega hasta sus ojos. Voy a darme la vuelta cuando su mano sale disparada en mi dirección, tomándome por el brazo suavemente. Me suelta y toma un collar de los que están en el mostrador. Lo extiende hacia mí y lo tomo de su mano dudosa. Es un collar de plata, con un dije de un trébol de cuatro hojas y una pequeña piedra en el centro de color azul.
-Llévatelo -sonríe.
-No creo que traiga suficiente dinero para pagar por esto…-niega con la cabeza.
-Es un regalo. Para protección-una vez más mira sobre mi hombro.
-No puedo aceptarlo-pone su mano sobre la mano en donde tengo el collar.
-Por favor, no te preocupes por el dinero-la miro con atención y me doy cuenta que no va a desistir, lo que encuentro algo raro. Pero no digo nada y asiento.
-Creí que el trébol era de buena suerte.
-Tiene muchos significados, pero el más potente es el de la protección.
-Muchas gracias-le agradezco antes de salir. Una vez fuera del local, observo el collar con más detenimiento-.Eso fue algo extraño, ¿no?-levanto la mirada y miro a Kilian, que observa al suelo con el ceño fruncido -¿Kilian?
-Mmm-me mira.
-¿La conoces?
-¿Qué?-mi pregunta lo toma por sorpresa pero se recupera rápidamente-.No, me acabo de mudar.
-¿Estás seguro?-insisto-Me pareció que ella si te cono…
-Tengo que irme-me interrumpe-.Nos vemos después ¿sí?-sin darme tiempo de contestar empieza a caminar y lo observo hasta que se pierde entre las personas caminando por la banqueta.
No sé qué tienen las personas que están actuando extraño ultimadamente, empezando con mi madre que no quiere que vaya a ningún lado sola y ahora lo que paso en aquel local con Kilian y Brígida. Me pongo el collar en el cuello y observo el dije. Nunca está de más tener protección. Le doy una última mirada al local antes de caminar hasta mi coche.