Kiya despertó al día siguiente, ella lo primero que miró fue el techo del hospital y como si este fuera un espejo recordó todo lo que había pasado. El vacío en su pecho al saber que ya su hijo no estaba dentro de ella fue muy grande, pensó en posibles soluciones para llenar ese espacio y se dió cuenta que ni siquiera volviendo a salir embarazada podría hacer tal cosa, fue en ese momento que empezó a llorar de manera silenciosa. Ella miró que Bastián se encontraba recostado en su brazo, trató de no moverse para no despertarlo, pero su esfuerzo se vió frustrado al momento que un sollozo la delató. — Kiya — él frotó sus ojos y la miró con las lágrimas deslizándose por su rostro — cariño, llora todo lo que quieras, pero no en silencio, aquí me tienes a mí. La señora Camille se despertó al e

