**SIENNA**
—¿Qué haré?
Salí del ginecólogo con la noticia que, para muchas mujeres, es un sueño. Pero para mí, era un abismo. Sostuve el papel en mis manos: seis semanas. El mismo tiempo que llevo con Gabriel. Mi familia ya sospechaba, y mi madre se va a desmayar cuando sepa que sus sospechas son ciertas. La prueba de embarazo, con su resultado inequívoco, parecía pesar una tonelada en mis manos.
No es que no quisiera un hijo. Al contrario, la idea de la maternidad siempre me ha parecido hermosa. El problema es la realidad que me rodea. Tengo una edad en la que se supone que ya debería tener una vida establecida, y ahora, en lugar de eso, me encuentro aquí, sola y con esta noticia. Mis temores son muchos: ¿podré ser una buena madre soltera? ¿Cómo se lo diré a mi familia? ¿Qué pensará
