**SIENNA**
Cuando finalmente nos separamos, ambos respirábamos entrecortadamente. Sus ojos oscuros me miraban con una intensidad que me hizo temblar, y yo sabía que no había vuelta atrás. Lo que fuera que había comenzado entre nosotros en ese cine, acababa de alcanzar un punto de no retorno.
“Sienna”, murmuró mi nombre contra mis labios, y el sonido me envió escalofríos por toda la espina dorsal.
**GABRIEL**
No quería a la ejecutiva distante, sino a la mujer ardiente que me eleva con su sensualidad. La impulsé a ser esa mujer apasionada que todo hombre anhela. Entre besos y movimientos desesperados, nos consumimos en la habitación.
El deseo era una llama que nos envolvía, quemando cualquier vestigio de inhibición. Sus manos, antes reservadas, ahora recorrían mi cuerpo con una audacia
