**SIENNA** Los dejé sin abrirse. No tengo fuerzas para sus demandas hoy, ni para las de mamá. Sus urgencias financieras no son las mías. No cuando apenas estoy aprendiendo a navegar las mías. Busqué entre los correos profesionales algo que me devolviera el sentido de propósito que perdí cuando dejé mi trabajo. Una entrevista, una colaboración, una señal de que el mundo aún me necesita. Nada. Solo el silencio digital que se ha vuelto mi compañero constante. Cerré la bandeja sin drama. El apartamento está pagado por tres meses más. La nevera está llena. La cuna que armé sola durante una noche de insomnio espera pacientemente en el rincón. Me preparé un té de jengibre, inhalando su aroma punzante que parece susurrarme que el mundo puede ser más cálido de lo que aparenta. Me senté en la

