**GABRIEL** Era un momento de locura, de entrega total, donde la razón se desvanecía y solo quedaba la pura necesidad de poseerla, de hacerla mía en todos los sentidos. Mis manos se movían por el cuerpo de Sienna con una urgencia casi salvaje; la necesidad de tenerla completamente era abrumadora. Cada roce, cada caricia, me acercaba más a un punto de no retorno. La tela de su blusa se sentía suave bajo mis dedos, y sin pensarlo, la rasgué con un movimiento brusco, sintiendo cómo la tela se desgarraba, dejando al descubierto su piel. Un impulso primitivo me dominaba, y en mi mente solo había espacio para ella, para el deseo que me consumía. Pero, de repente, la puerta se abrió de golpe. Mi madre entró, seguida del mayordomo, y el mundo se detuvo. La mirada de horror en su rostro me go

