bc

¿Te sirvo un café?

book_age16+
3.5K
FOLLOW
12.7K
READ
love-triangle
second chance
comedy
humorous
like
intro-logo
Blurb

Lucía, no tenia el mejor trabajo del mundo, pero era feliz en su pequeño mundo.

Atendía una cafetería, pero todo cambia el preciso día: en qué quema a un cliente. Este cliente no era alguien común: unos ojos grises y un cuerpo musculoso lo formaban, haciéndolo muy atractivo. Lucía no se deja llevar por las apariencias , le caía mal en sobre manera aquel sujeto de corbata.

chap-preview
Free preview
Capitulo 1- Conociéndote
—¡Eso duele! —exclamó el hombre,estaba junto a una de las ventanas. Lo ví aterrada, le había volcado el café de lleno encima. —¡Lo lamento mucho!... ¡Le pagaré el café de nuevo! —¿Y la quemadura? —dijo aún molesto. —Le traigo aloe vera de la planta que está afuera, espere —pronuncié. Salí corriendo afuera, en el borde de la ventana norte: había una gran planta; corté un gajo. Vi la mirada horrorizada de una señora. Sin darme cuenta tiré una pequeña maseta, que estaba a su lado. —Aqui tiene señor, para su muñeca —dije tendiendole, aquel pedazo de planta. —¡Esto es pegajoso, se me cae!—el cliente protesto. —¡No sé preocupe!, se la untare en la piel. Pude sentir su mirada sobre mi, estaba tan concentrada en solucionar mi metedura de pata:no había prestado atención a sus bonitos ojos grises. —Gracias... supongo —dijo,vio asqueado la baba pegajosa en su mano. —Lo lamento mucho, enseguida le traeré su café. Cuando iba llegando al mostrador, Nahuel se carcajeaba a mi lado. —¿Volviste a quemar a un cliente?—me preguntó divertido, mientras secaba unos vasos. —Le debo un café con medialunas, iré a pie hoy —suspiré por mi torpeza. Luego de esperar por el pedido, pude sentir la mirada punzante de aquellos ojos grises.Por alguna extraña razón, me sentí algo confundida y nerviosa. —Pedido de la mesa 9. Me acerque a tomarlo, lo llevaba en una bandeja. Aquel sujeto me miraba y pronunció: —Tengo miedo. —Descuide, no lo quemaré esta vez —no pude evitar reírme. —Pagaré el café, no te preocupes —me dijo. —Oh... no sé preocupe: es mi error en realidad. —Niña enserio no es nada. Asentí con la cabeza y me alejé, luego de un rato se marchó. No pude evitar suspirar de alivio, casi me da un pequeño infarto al pensar en el. Mientras limpiaba las mesas, Juan,el señor que siempre me contaba sus penas, estaba sentado en la barra.Me acerque a el, después de verlo y le pregunté: —¿Qué tal el día? —No muy bien, mi bella Claudia no quiere verme —dijo apenado y añadió: —lo mismo de siempre. —Señor Juan,¿no probó con las flores? —Si... pero no quiere saber de mi. Luego de atenderlo al triste señor, me encontraba barriendo afuera.Aprobechaba de hacerlo: cuando no habían tantas personas esperando.Y ese era un buen momento, afuera estaba mi buena amiga Emma. —¡Emma! —Hola Lucía. Al terminar, entré.Suspiré sabía que mañana sería un mejor día, o esperaba que así fuera. A la mañana siguiente: iba de un lado al otro,repartiendo pedidos. Hoy era catorce de febrero, día de los enamorados. Mire con nostalgia todas aquellas parejas de enamorados, yo nunca tendría algo así. Al pasar por una mesa, no pude evitar ver al hombre de ojos grises. Me pare en forma disimulada,y vi por el rabillo de ojo: tenía novia al parecer; una bonita chica de cabello rubio estaba frente a el. El al parecer, notó mi presencia puesto que me señaló. Yo fui enseguida, y apenas llegué ya tenía una pequeña libreta en mis manos. En forma paciente esperé, su orden. —Buen día, quiero dos cafés con tostados. —Buen día, enseguida. Me giré sobre mis talones, tras tomar algunos pedidos más. —El buenorro tiene novia —suspiró Emma. —¿Quién? —le dije confundida. —El de ojos grises, tiene un cu... —¡Emma! —Tengo que atender esas mesas, tienen unos niños insoportables —mencionó con una mueca —Te pagan por tener paciencia, dejen de chusmerios —el chico que atendía, nos dijo aquello con una risa. —Tengo una buena inspiración para hacerlo.—Emma continuó lanzando suspiros por aquel hombre. Si el mismo que yo había quemado, y me había untado aloe vera. Al día siguiente, me encontraba limpiando los pisos. El día anterior había echo estragos, todo estaba pegoteado incluso las paredes. ¿Cómo pudo llegar helado a una pared? Era un misterio. Cuando termine de limpiar el piso, incluso podía verme yo. ¿El problema? : era muy resbaloso, tenía que llenar de conos señaladores cada vez que lo hacía. —Hola Lu... —Emma me saludaba, mientras llegaba. —Hola amiga...¿qué tal la noche anterior?—quise saber. —Pues... ningún chico atractivo, solo padres sin hijos o amantes. —Lamento que aún no encuentres tu príncipe azul —dije divertida. —¿Hoy aparecerá el chico de ojos claros? —No me importa. Ya se habían echo las once de la mañana, empezaban a ingresar clientes. La cocina la prendían a las once y media. Y si... aquel sujeto de ojos grises hacia su aparición. Por mero instinto, me gire sobre mis talones escondiéndome en el mostrador. Pero me choqué con Nahuel, quien me miró raro. —Dudo que quieras tener un momento privado conmigo —lo miré horrorizada y el añadió: —¿de qué te escondes?... quiero ver. Se asomó por la barra, me vio de nuevo. —No..no me escondo —contesté. —¿Entonces? —Es que... me intimida. —Ve a atenderlo. —¿Qué?¿Por qué yo? —cuestioné. Sin poder decir nada, Nahuel me empujó fuera del mostrador. Hice una mueca mientras caminaba, al llegar a su lado puse mi mejor sonrisa. —Buen día, bienvenido. ¿Qué le puedo servir? —quise saber, sin emitir contacto visual. —¿Ahora pones una sonrisa?. Te vi con una mueca de desagrado cuando me viste —afirmó sin mirarme. —Pero... si no estabas mirando en mi dirección, en más estás de espalda —levanté una ceja confundida. —Vez como tenía razón. —Oh... lo lamento. —Solo tráeme un café con medialunas, gracias —me dijo, aunque levantó su mirada y me vio. —Enseguida y disculpe las molestias —añadí, sin quitar mi sonrisa. Falsa sonrisa, ese tipo me caía de lo peor. —Gracias. Al llegar al mostrador, les di el pedido y suspiré. —¿Por qué tienes esa cara de muerta viviente? —Emma me preguntó, ella estaba terminando de llevar un pedido. Cuando regreso, le contesté: —El tipo se dió cuenta que mi sonrisa al recibirlo era falsa. —Pues...en realidad es así para todos. No les sonreímos por gusto a los viejos verdes que protestan que no traemos polleritas. —Me da miedo...¿seguirá ofendido porque lo quemé? —cuestioné, mirándolo desde aquí. Podía ver incluso su cabello sedoso. —Talvez, ¿y si lo vuelves a quemar?—la miré horrorizada —digo talvez se le pasa. —Me denunciará, por quemadora —contesté divertida. —¿A quien quieren prender fuego? —Nahuel, se asomo divertido a nuestro lado. —Al tipo guapo de ojos grises. —¿Y por qué? —me miró confundido. —Ya lo había quemado y... —¿Otra vez quemaste a un cliente, Lucía? —interrogó Nahuel. —Pero fue sin querer —bufé. —Ahora lo quiere quemar de verdad —dijo Emma, antes de marcharse. —¡Oye! —¡Listo pedido de la mesa 9! Cuando ví mi pedido listo.Lo tomé, bajo la mirada divertida de Nahuel. Caminé a paso decidido hacia el, pero a medida que me acercaba mi pulso se acelera. Aquel sujeto, me inquietaba. —Aqui tiene —le deposité, la taza junto con las medialunas y añadí: —un vasito de jugo, de cortesía.¿Necesita algo más? —¿Ahora sobornas a los clientes, con un jugo? —me pregunto. —Yo... —Gracias, no necesito más nada. Puedes retirarte. Y eso hice, el muy idiota me caía cada vez peor.Intenté, calmar mis nervios: al llegar al mostrador, cerré los ojos y respire con calma. —¿Estás bien? —Emma me miraba de cerca, con una ceja levantada. —Lo odio. —¿Quieres que pase y le derrame café? —¿Qué?¡No! —Le podemos prender fuego, los pantalones. —Emma—la regañe riéndome, enfatizando en su nombre. —Oh mira, tu príncipe azul se fue. —Mejor. Cuando fui a recojer las cosas de la mesa,había un billete de 50 dólares de propina.Aquello me sorprendió, y Vi que el jugo que le había dado estaba intacto, debajo de el un papel.. Al tomarlo decía: "Procura no sonreír falsamente"

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.7K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.3K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
52.2K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.5M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook