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La venganza del CEO Mafioso

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Blurb

Ash fue encerrado en la cárcel por la familia de su esposa.Esperaba que los Evans intentaran separarlos, pero no que su mujer lo dejará solo en la oscuridad cuando más lo necesitaba.Cinco años después Ash quiere venganza y siente que está a punto de conseguirla, cuando descubre que su hermosa mujer trabaja para él en su empresa.Siente la dicha de tenerla entre sus manos para vengarse y este sentimiento se intensifica al descubrir que Saffi quedó embarazada de otro hombre mientras él seguía en la cárcel y estaban casados.¿Le contará Saffi el verdadero origen de la pequena Sasha o Ash seguirá creyendo que la dulce niña, no es su hija?

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CAPÍTULO I
ASHTON —Ya estamos llegando hijo. La voz de Teressa llamó mi atención aunque yo no la miré de vuelta. Ni siquiera le di una respuesta. Mi mandíbula estaba firmemente apretada mientras que imaginaba el rostro de ella. Saffron Evans va a pagar todo lo que me hizo y mucho más. " — ¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame! Ella intentó zafarse de su agarre pero no fue sencillo. El tipo estaba ejerciendo mucha fuerza. —Ashton ¿Dónde demonios te habías metido? El jefe está buscándote. La rabia estaba hirviendo dentro de mí. No precisamente por la llegada de Sander o porque el jefe estuviera buscándome. Mi mente y ojos estaban en una sola persona. Ella. No sé su nombre ni necesito saberlo para saber que es mía. Desde el instante en que mis ojos estuvieron en ella me perteneció. — ¿A dónde vas chico? Estás en problemas. —Iré después Sander, vete. Mi gruñido fue una advertencia para él y para el tipo que estaba tocándola. Cada vez reducía más nuestra distancia. Ignoré una vez más el llamado de Sander y casi perdí la cabeza por lo siguiente que pasó. Él la tocó. El enfermo bastardo se atrevió a tocar lo que es mío. En ese momento no pude contenerme. Rápidamente lo aparté de ella y comencé a golpearlo en la cara. — ¿No escuchaste que dijo que la soltaras? — ¡Lo siento! ¡De verdad! Pero no lo escuché. Estaba demasiado furioso como para parar, sin embargo, la escuché a ella, su llanto y fue suficiente para calmar a la bestia rugiendo en mi interior. Aunque una parte de mí aún estuviera intranquila. — ¡Por favor para, vas a matarlo! A nuestro alrededor se había reunido la gente de la fiesta pero ellos no me importaban. La única que lo hacía era ella. —No vuelvas a tocar a una mujer sin su consentimiento, nunca. Me levanté sin dirigirle otra mirada a este bastardo y enseguida la busqué a ella consiguiéndola junto a la chica con quien la había visto entrar a este lugar. — ¿Estás bien? Mi voz sonó más suave de lo que quería y yo mismo fruncí el ceño ante esto pero lo olvidé cuando escuché su dulce voz responderme. —Estoy bien, muchas gracias. Definitivamente no sé qué estaba haciendo aquí un ángel como ella, supongo que ha venido a cruzarse en mi camino. Cada parte de ella está clamando por mí, incluso aunque no lo sepa, voy a hacerla mía. —Soy Ashton ¿Cuál es tu nombre? Vi como las mejillas se le sonrojaron conectando sus preciosos y brillantes ojos a los míos antes de alzar su mano en mi dirección y estrecharlas logrando que sintiera su toque en lo más profundo de mi alma oscura. —Yo soy Saffron, puedes decirme Saffi. De repente una sonrisa se curvó en sus labios logrando que entendiera de una vez por todas que había caído en sus encantos irremediablemente volviéndome loco por ella. No quiero acabar con su luz eclipsándola con mi oscuridad pero esta mujer será completa y absolutamente mía. Nadie más que yo volverá a tocarla. Me aseguraré de eso poniendo un anillo en su dedo. ¿Y quién sabe? Quizás también la llene con mi semilla para atarla aún más a mí." Apreté los puños furioso ante el recuerdo. Esa era una promesa que me había hecho hace más de cinco años movido por un enamoramiento estúpido. Ahora lo único que arde en mis venas es la venganza. — ¿Está todo listo para ocupar mi puesto? Quiero llegar a la empresa de una vez. —Todo está perfecto, no tienes de que preocuparte. Ella siguió hablando pero yo ya no la escuchaba. Apreté en mis manos con molestia arrugando la foto de la que no había podido deshacerme nunca y mi irritación creció aún más. No había destruido la maldita foto porque no quería olvidar su rostro precioso que fue mi maldición, pero solo la había guardado para recordar llevar acabo mi venganza. Acababa de salir de la cárcel este mismo día después de que los padres de Saffron me hubieran puesto una trampa, en todo lo que podía pensar era destruirlos y es lo que voy a hacer. Encontraré sus puntos débiles y los haré pagar por estos cinco años. Lo único en lo que he estado pensando durante este largo tiempo es en la venganza. Lo único que me motivó a salir de la cárcel. —Te tengo en mi mira Saffron, no vas a huir de mí. Verás lo que un criminal como yo puede llegar a hacerle a las chicas buenas como tú. El vuelo en el avión no tardó demasiado tiempo al igual que el de auto a mi empresa. Había un hombre esperando por mí pero yo sabía de quien se trataba. — ¿Quién es ese hombre, hijo? Yo no le respondí nada y no tardé en avanzar hasta este estrechando su mano. —Buenos días señor Davies. —Buenos días detective, espero que tenga lo que le pedí. —Efectivamente. —Sígame. Me giré a ver a mi madre que también nos seguía. —Tú ocúpate de lo tuyo Teressa, necesito estar solo. —Ashton, no te metas en problemas. Una vez más, sin responderle, no tardé en darme la vuelta y me encaminé a mi oficina con el detective. — ¿Y bien? —le pregunté cuando estuvimos sentados. El hombre comenzó a sacar de su maletín una carpeta la cual no tardó en abrir frente a mí. Enseguida me tensé al ver todas las fotos de ella. Su rostro no parecía ya tan aniñado como la antigua foto que tenía sobre ella. Su cuerpo era más maduro... sexy. Ahora era toda una mujer. Una mujer malditamente hermosa y tentadora pero he aprendido de mis errores y yo no los repito. —Aquí está toda la información sobre Saffron Evans y debo decirle que casualmente ella comenzó a trabajar en su empresa hace un par de semanas. Al escuchar esto mis ojos dejaron de ver las fotografías y se dirigen al hombre. — ¿Qué...? Está bien. Veré la información yo solo. Te deposité el resto del dinero en tu cuenta bancaria, puedes irte. Ya no le presté atención al detective y tomé la carpeta entre mis manos viendo lo que había investigado sobre Saffron. Una sonrisa divertida y maliciosa se formó en mis labios de repente. —Así que ya estás bajo mi merced Saffi, solo es cuestión de tiempo y estarás suplicando que te perdone. Tomé una de las fotografías alzándola. En esta ella sonreía como un ángel aunque esa no era realmente su personalidad. Saffron Evans no es lo que aparenta ser, pero yo lo descubrí muy tarde. * SAFFRON —Venga cariño, debes ir a la escuela. Mi hija frunció el ceño pareciéndose a ese hombre que había marcado un antes y un después en mi vida. Intenté por todos los medios no pensar en él pero se me hizo prácticamente imposible hacerlo. — ¡Mamá, no! ¡Quiero quedarme contigo! —Sasha, tienes que ir a la escuela. Ella comenzó a llorar logrando que me sintiera mal. La verdad es que no paso demasiado tiempo con mi pequeña y es porque tengo que trabajar mucho para pagar las cuentas. Mi vida después de que Ashton Davies apareciera en ella cambió por completo de una forma que jamás imaginé. Cinco años después estaba aquí, tratando de calmar a una niña que tenía el carácter de su padre aunque ella era muy dulce —cosa que ese hombre jamás sería—. —Está bien. Por el día de hoy te llevaré a la guardería que hay en la empresa para empleados y podré ir a verte cada hora ¿Está bien? La cara de mi pequeña enseguida se transformó a una de felicidad antes de abrazarme con fuerza. — ¡Sí, mami! —Pero mañana irás a la escuela y no me importará que llores, ¿Está bien? — ¡Está bien! —prometió ella con una sonrisa y yo enseguida estuve derretida de amor. Besé su hermoso cabello mientras que la abrazaba llenándome de su calor. Sasha es todo lo que tengo. Después de que Ashton fuera a la cárcel y me pidiera el divorcio dejando claro que no le importaba, tuve que huir de mis padres cuando intentaron que no tuviera el bebé de un criminal como solían llamarlo. Nunca permitiría que a mi hija la alejaran de mí. —Déjame terminar de arreglarte para que nos vayamos bebé. Ella obedientemente me dejó hacerlo, mientras que parloteaba cosas sin sentido hasta llegar a la empresa. Había comenzado en Insieme Enterprise hace dos semanas. Por un recorte de personal me había quedado sin trabajo, por suerte y con ayuda de Kaden —mi ex novio— no había quedado en la calle. Kaden me había prestado el dinero para mudarme a un lugar que pudiera pagar y finalmente había conseguido trabajo. —Vendré a verte pronto, pórtate bien bebé. Acaricié la mejilla de mi niña y ella me sonrió encantada ante de que besara su frente y me fuera. Enseguida busqué el ascensor que no tardó en llegar. —Buenos días. Mi sonrisa enseguida se apagó al ver a la persona que estaba justo a mi lado sin poder creerlo. Sentí que mi corazón retumbó en mi pecho con fuerza como hace cinco años no hacía. Ahí estaba él, luciendo increíblemente guapo y peligroso, a pesar de que llevaba un traje de diseñador. Su cabello perfectamente peinado, pareciendo como un ejecutivo y no como el hombre atrevido que yo conocía en el pasado. No podía ser él ¿O sí? Él estaba en la cárcel. — ¿Ashton? No pude evitar susurrar su nombre que se atoró en mi garganta. Él ladeó una sonrisa oscura, llena de promesas sin cumplir. Mi corazón enseguida palpitó acelerado fuera de sí, más aún cuando este hombre comenzó a caminar en mi dirección, inconscientemente y sin apartar mi mirada de él comencé a retroceder pero eso solo hizo que quedara atrapada entre sus brazos y las frías paredes del ascensor. —Buenos días nena, esto sí es una sorpresa, ¿Me extrañaste? Yo abrí la boca sin saber qué decir. Nuestra cercanía era inquietante. ¿Cómo es que él estaba aquí? ¡¿Por qué estaba aquí de todas maneras?! Todo lo que había sentido en el pasado por Ashton de repente reapareció golpeándome con fuerza. Dejándome sin aliento y llorosa. —Estoy aquí esperando que me pidas el divorcio de frente y no por medio de abogados ¿Estás lista para esto Saffron? ¿O tus padres también decidirán esto por ti? —gruñó él. Y yo me eché a temblar enseguida por la rabia que detecté en sus ojos. Este no era el Ashton que yo conocía y eso solo me asustaba más de tan solo pensar en que se entere de que hace años tuvimos una hija y quisiera quitármela. Pero una cosa era clara para mí. Nadie va a tocar a Sasha. Ni siquiera Ashton que es su padre. Aparté el miedo de mi cuerpo como pude y alcé la mirada para enfrentarlo. —Si eso es lo que tengo que hacer, no dudes en que voy a hacerlo Ashton. Quiero el divorcio. Quiero liberarme de ti para siempre.

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