El auto de Daniela derrapó ligeramente mientras llegaban al lugar del accidente, donde las sirenas de las ambulancias y los bomberos iluminaban la oscura carretera. El auto blanco estaba destrozado y envuelto en humo, se encontraba empotrado contra un árbol, con bomberos y transeúntes corriendo de un lado a otro. Amelia, Daniela, y Ricardo bajaron del coche a toda prisa, el corazón de Amelia estaba golpeando con fuerza en su pecho. Todo parecía un mal sueño o una mala broma. Al acercarse confirmo lo peor. — ¡Dios mío! —Amelia gritó al ver el estado del vehículo y ver a Victoria atrapada entre los hierros del auto. —¡Alan está allí adentro! —Gritaba Amelia, desesperada en llanto, su rostro rápidamente fue un mar de lágrimas y sintió como todo

