El viernes a la tarde, me llego un mensaje dándome una habitación de hotel para que me cambiara y esas cosas, era uno de los hoteles caros y exclusivos de todo Edimburgo, por lo que estaba empezando a comprender porque mierdas valía cinco mil dólares la entrada a la fiesta del demonio, para ser sincera me parecía poco, teniendo en cuenta que el vestido estaba echo a mano y el hotel, esperaba que no me secuestraran para vender mis órganos en el mercado n***o, estaré feliz. Llegué al hotel, y solo tuve que dar mi nombre falso para que me dejaran ir a una habitación, era una normalita pero estaba segura que hasta estas valían un ojo de la cara. Pase mi mano por mi cara. —No se en que líos me meto—me queje sentándome en la cama. Si me iban a dar esta habitación era mucho mas sencillo que

