Prólogo.
Vivir con el dinero que mi familia tiene era bastante cómodo y con muchos beneficios pero, como dicen por ahí "no todo es color de rosa" tener las cantidades de dinero que tiene mi familia también tiene sus contras.
1: Las chicas solo me buscan por mi dinero.
2: Tienes tanto que ya no sabes ni en qué gastar y eso se vuelve aburrido.
3: Ser el hijo mayor de un millonario es bastante pesado porque llegas a un punto en el cual tienen que enseñarte a manejar todas las empresas de tu padre ya que tu serás el encargado de mantener los millones que tu padre gana.
Podría continuar la lista pero no quiero pensar en eso porque cuando cumpla 18 comenzaré a hacerme cargo de ciertas partes de la empresa de ventas internacionales que tiene mi padre.
-Hijo ¿Comerás aquí o en el camino?-mi madre miraba su celular mientras me hablaba.
-En el camino-dije tomando las llaves de mi motocicleta.
-¿Puedes llevar a tu hermana? mi auto está en el taller y tu padre nos va a llevar a tu hermano y a mi.
-¿A dónde irá mi hermano?- pregunté.
-Al dentista, yo lo acompañaré porque le van a poner anestesia y no puede estar solo en ese estado...tendré que tomar un taxi-hizo una mueca de disgusto, nunca le gustó ir en taxi.
-Yo llevo a Cassie- dije mientras acomodaba mi chaqueta.
-Gracias...¡Peter ya tenemos que irnos!-mi madre guardó su celular en su bolso y se acercó a mi-Cuídate y que te vaya bien, cuida bien a tu hermana-me dio un beso y salió de la casa.
Mientras iba a ver a mi hermana me topé con mi hermano que se quejaba porque no quería que le saquen las muelas.
-Mátame antes de que salga por favor, di que me escape...ayúdame-se aferró a mi para no salir.
-No seas miedoso, ya vete que se les hace tarde-lo empujé riendo por su cara.
-Estoy lista-mi hermana salió acomodando su cabello, para tener 8 años ella se vestía bien.
Salimos todos juntos y cuando nuestros caminos se dividieron sentí una presión en el pecho, como si estuviera con miedo, mi hermana estaba abrazando mi torso mientras yo conducía hasta su escuela.
Como ella estaba en primaria sus cursos estaban apartados de los míos y de los de mi hermano, debía dejarla bien a ella para recién poderme ir.
-Cuídate mucho ¿si?-ella asintió-recuerda, si alguien se quiere sobrepasar contigo...
-Le parto la cara con lo primero que encuentre-terminó la frase.
-Exacto, que orgulloso estoy-fingí secarme unas lágrimas haciendo que ella ría.
Me dio un abrazo y entró al establecimiento. Tenía ocho minutos para llegar a mis clases, me subí rápido a mi motocicleta y conduje hasta llegar, por suerte no estaba lejos y tenía cinco minutos de sobra.
Cuando llegué todos me miraron, ya estaba un poco acostumbrado a eso ya que la mayoría se iba en bicicleta, solo algunos teníamos transporte propio, pero hoy las miradas eran distintas, eran como de pena y asombro.
No les hice caso y entré a buscar a mi mejor amigo, él era otro chico rico y por eso nos llevamos bien ya que ninguno se fija en el dinero del otro.
-¿Estás bien?-llegó junto a mi.
-Si ¿sabes por qué todos me miran de esa forma?-dije señalando a un grupo de chicos que miraba sus celulares y luego a mi.
-¿No te enteraste?
-¿Qué cosa?
-De tus padres...