Tras los Lentes Oscuros

Capítulo 5

—Sí, sólo estaba probando si el suelo se pone más suave después de la lluvia —comenté mientras me ponía de pie y sacudía la parte trasera de mis pantalones deportivos.

Él sonrió y retrocedió.

—¿Y cómo te fue con eso?

—Pésimo, sigue siendo igual de duro —reí.

—¿Quieres sentarte?

—¿Permitirás que me siente en tu trono? -pregunté llevando ambas manos a mi cadera.

—¿Acostumbras contestar una pregunta con otra pregunta?

—¿Tú lo haces?

—¿Tú que crees?

Reí y negué con la cabeza.

—Gracias por la oferta, pero creo que no podré sentarme cómodamente por varios días —dije, pasando una mano por mi adolorido trasero.

—¿Te hiciste daño? —Preguntó.

—Sólo un poco —asentí, inclinándome a acariciar la cabeza del perro.

—Tengo que irme —dije levantándome.

Comencé a caminar hacia la salida del parque, miré sobre mi hombro y él estaba agachado al lado del perro, le hablaba suavemente y el perro movía su cola con emoción; de pronto, me están abrazando a un poste de una lámpara al lado de la acera, golpeándome fuertemente la cabeza. ¡Torpe!

—Deberías de mirar donde caminas ofrecen el chico de los lentes oscuros sin molestarse en levantar la mirada del perro.