Capítulo IV

1170 Words
—¿Se lo diste así como si nada? sin preguntarme — —Bueno, la verdad si dejaste que te acompañara a casa, pensé que no tenía nada de malo, porque, tú nunca dejas que nadie te acompañe a tu casa —dice, no digo nada, tiene razón. —Yo, uh es que él insistió mucho, además me ayudó a llevarte a tu cuarto —digo, ella me mira y se sonroja un poco. —Si, creo que se me paso un poco la mano —dice, yo ruedo los ojos. —¿Un poco? — —Bueno, entonces ¿qué pasó camino a tu casa? —indaga —Nada, solo conversamos —ella me mira fijamente. —¿Bromeas? — —No, solo caminamos y conversamos, nada del otro mundo —digo, comenzamos a caminar hacia el patio de nuevo. —¿No se dieron ni siquiera un besito? —yo río —Si — —¡Si! — —Pero en la mejilla —ella frunce el ceño. —Has visto a Stefan, es muy guapo, te acompaño a casa y solo le diste un beso en la mejilla, ni siquiera le diste tu numero, tuve que hacerlo yo —dice resoplando. —Pero Vania, sabes como soy, además no voy a andar dándole un beso en la boca si ni siquiera lo conozco —digo como si no fuera obvio. —Dios, Amparito, evoluciona —dice riendo.  —No quiero seguir hablando de eso —digo —De él, querrás decir —     Vania y John hacían reír mucho a Romina, ella de vez en cuando me miraba como agradeciéndome, yo solo  le sonreía, ella era una chica con mucho  sentido del humor, era muy agradable charlar con ella. Pero a pesar de eso sentía una extraña sensación en el estómago, es decir, no podía dejar de pensar que Stefan tenía mi número, reviso mi celular pero  no tengo ninguna llamada o mensaje de algún número desconocido. —Tranquila campeona —dice Vania riendo, yo guardo mi celular un poco avergonzada. —En estas vacaciones tengo pensado hacer ejercicio —dice John. —¡Si! nosotras también —dice apuntándome, yo la miro confundida, es decir, no recuerdo haberme propuesto hacer ejercicio. —¿Enserio?   —pregunto confundida, Vania asiente. —De hecho, Romina, si no tienes planes para las vacaciones ven con nosotras —dice Vania. —¡Sí, Romina! —digo, porque pensándolo bien eso le ayudaría mucho, es decir, con su autoestima. —Mmm no lo sé, es que no soy muy buena ejercitándome —dice ella. —Tranquila, Amparito tampoco lo es, pero ya sabes que el ejercicio nos hace bien por dentro y por fuera  —dice Vania, yo asiento. —Es verdad, siempre desisto, sería peor si Vania no me obligara —digo, lo que es verdad, me gusta comer, eso es verdad, lo malo no es que me guste comer, lo que es fatal es que lo que me gusta comer es comida chatarra, y yo soy una persona en ese sentido sin fuerza de voluntad, caigo muy rápido. —Bueno chicas, igual no haría nada en las vacaciones —dice riendo Romina, yo me rio. Nos levantamos cuando suena el timbre para entrar a nuestra siguiente clase, Romina no está con nosotras, está en el otro curso, por lo que nos despedimos de ella, pero quedamos en encontrarnos a la salida de clases. —Lo único que quiero es que se termine este maldito semestre —dice Vania dejándose caer pesadamente en la silla, yo hago lo mismo. —Ya queda poco —digo, el profesor no tarda en entrar, John que ya está sentado frente a nosotras, con todas sus cosas en la mesa, parece de tan buen humor. La verdad es que  yo siempre después de un examen quedo muerta mentalmente. El profesor está dando una charla motivacional, lo de siempre, que todo nuestro esfuerzo será recompensado cuando entremos a la universidad y para arruinar su charla motivacional aparecen los que no tienen pensado entrar a la universidad. —No es necesario entrar a una universidad para ser exitoso —dice Jason, Jason quien es youtuber. un youtuber sin muchos seguidores, pero bueno recién esta empezando. —Lo sé, Jason, pero hay muchos de tus compañeros que se han esforzado para entrar a la universidad —dice él, yo ruedo los ojos. —No generalice entonces profesor —dice Jason. Vania me mira y rueda los ojos, yo iba a decir algo pero mi celular vibró. “Hola Amparito” Se me forma una sonrisa en mis labios sin querer, sabía perfectamente quién era.   “¿Quién es?” Yo sabía perfectamente que era Stefan. “Soy Stefan, espero no te moleste que le haya pedido el número a Vania, pero simplemente no me resistí” Me muerdo el labio, me siento como una niña pequeña, sonriendo. —¿Por qué estás sonriendo como tonta? —me pregunta Vania. —No es que estaba viendo un meme —miento, ella asiente no muy convencida. —Te hablo Stefan, ¿verdad?  —Pregunta, yo asiento apenada de ser tan obvia—. Muy bien mi pequeña Amparito, ataca con todo —dice guiñándome un ojo, yo rio despacio. “Ah, hola Stefan, no tranquilo, ¿necesitas algo? “ El mensaje no tarda en llegar. “Quisiera verte de nuevo, Amparito”    Madre mía. “¿Ah sí? “ Soy una tonta, no sabia que mas responder. Es decir, quiero verme con él, pero no se si deba. “Quiero que me cuentes mas de tus sueños” Este chico va a ser mi perdición, yo nunca me había sentido así, y Stefan lo logra con tan solo ocho palabras, Ahora la pregunta es ¿Me arriesgo o no? —Stefan quiere verme —digo en voz baja —¡Oh mi dios! —dice Vania en un pequeño gritito. —No se que decirle —digo, porque sigo mirando el celular y aún no se que responder. —¡Que si! —dice Vania, me quita el celular al verme como una tonta mirándolo, intento quitárselo pero justo el profesor se da vuelta hacia nosotras. Ambas nos quedamos quietas—. Ya le respondí —dice devolviéndome el celular bajo la mesa, yo la miro. —No dios, que le escribiste —me quejo, no quiero pensar que fue lo que le escribió. “Uy, así voy a donde quieras” ¡No puede ser!  —Pero Vania, ¿qué es esto?  —  —Hay niña, tampoco es para tanto —dice ella restándole importancia. Justo cuando voy a escribirle a Stefan que no envié ese mensaje, él responde. “Asumo Amparito que no fuiste tú” “Fue Vania” Gracias a dios asumió que no era yo quien envió el mensaje, ya que esas palabras eran un claro coqueteo que yo por supuesto no había hecho ni pensaba hacer. Es decir, podíamos ser amigos. “Bueno, pero ¿Qué me dices?” “Bueno” No se porque al apretar enviar me empiezan a sudar las manos. “¿Puedes hoy?”   Miro a Vania, quien siente mi mirada. —Quiere que nos veamos hoy —digo, ella sonríe. —¿Y que le dijiste? — —Nada —digo, ella rueda los ojos. —Dile que si — Miro el mensaje y respondo. “Si puedo” “Perfecto, ¿puedo pasar a buscarte cuando salgas?” “Si” —Me va a pasar a buscar, a lo que salgamos de aquí —digo, Vania chilla y el profesor nos mira. —¿Algo que quieran compartir con la clase señoritas? —pregunta, yo niego pero a Vania en cambio se le suelta la boca.   —Es que Amparito tendrá una cita, por fin —dice, yo me pongo roja. —No es una cita —me defiendo. —Bueno Amparo que le vaya muy bien pero concéntrese —dice. No puedo estar más roja con todos mirándome, este sería un momento ideal para que me trague la tierra.     —Eres una tonta —fulmino a Vania con la mirada. —Que exagerada nena —dice rodando los ojos. Mi celular vibra. “Estaré ahí cuando salgas” —Dice que va a estar aquí cuando salga —le digo a Vania, ella se rie despacio de mi nerviosismo, es que ayer cuando me acompaño a casa la cosa era distinta. —Relájate Amparito, pareces una niña —dice.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD