VIDA 1 [Parte 3]

1351 Words
Gamaliel fue testigo de cómo se descompuso la expresión de la chica al sentirlo sobre de ella, pero estaba demasiado excitado para dejarla ir. Además, ella le gustaba mucho, y aún estaba el hecho de que ella era la responsable de su evidente erección. —Esto no será tan malo —dijo el hombre curvando sus labios en una tierna sonrisa. Pero la chica no le creyó. Ella había pasado decenas de veces por eso, y sabía que no solo era malo, era terrible. Gamaliel se adueñó de uno de sus senos que comenzó a masajear mientras repartía besos húmedos por todo el cuello de la chica. La respiración de Airam se descompasó, pareciendo que sollozaba, pero ella no lloraba, solo estaba algo exaltada, pues nunca se había sentido como se sentía en ese momento. Su pecho hacía pesados y notorios movimientos al recibir aire cortadamente. » Relájate —pidió el chico cuando la escuchó tragar saliva, pero ella no podía relajarse. A pesar de que las sensaciones que recorrían su cuerpo junto a las manos del pelirrojo no eran dolorosas, aún tenía mucho miedo de lo que seguía a pasar, pues en su memoria no había ni un solo recuerdo bueno del sexo. «Tendré que relajarte yo» pensó el pelirrojo que ya trazaba un plan en su cabeza. Y es que, por fortuna para el cuerpo en que el pelirrojo incursionaba, lo que más disfrutaba ese hombre era ver disfrutar a las mujeres el acto tan íntimo de chocar sus cuerpos en deliciosos roces y ardientes caricias. Gamaliel chocó sus labios con los labios apretados de la chica, y los rozaba mientras parecía pedir permiso de adentrar su lengua en la cavidad bucal de ella. Apoyado por la dificultosa respiración de la joven, el hombre pudo introducir su lengua cuando Airam intentó tener un poco más de aire. La mente de la chica se quedó en blanco al sentir la lengua del pelirrojo llegar a cada parte de su boca. Cuando la lengua de él se paseó por la parte interna de sus dientes superiores, y acarició su paladar, un cosquilleo delicioso le recorrió la mandíbula, relajando ésta misma por completo, dando más espacio para explorar al hombre que la besaba. Y eso hizo a Gamaliel sonreír complacido. Claramente estaba logrando su objetivo. Sin dejar de besarla, el hombre comenzó a acariciar las piernas de la chica, quien al sentirlo acercar la mano a su intimidad perdió toda la relajación que habían conseguido. Lejos de molestarse, el pelirrojo sonrió, pues eso solo significaba que debía dedicar más tiempo a disfrutar de esa deliciosa aperlada piel. Airam tuvo miedo del roce tan cercano a una parte por demás lastimada en el acto s****l, pero Gamaliel no la tocó allí, él seguía acariciando su muslo por la parte externa e interna, paseando las yemas de sus dedos de abajo a arriba hasta el pliegue que hacía su piel en la parte que terminaba la cadera e iniciaba la pierna. La entrepierna de Airam comenzó a hormiguear, mientras un líquido espeso y caliente comenzaba a humedecer su parte más íntima. Mientras Gamaliel besaba el cuello de la chica por debajo de su oreja, subió su mano por la parte externa de la pierna, pasándola por su cadera y dorso hasta posarla en su espalda. El hombre de ojos azul claro se hincó entre las piernas de la chica, asustándola un poco, pero demasiado poco, ella estaba inmersa en un mar de sensaciones que no lograba explicar y que no le dejaban pensar con claridad. Al ver su rostro lleno de placer por tan solo caricias, el hombre de cabello rojizo sonrió complacido. Pasó de nuevo su lengua por sus labios y, mientras abrazaba con ambas manos su cuerpo, profundizó el beso. » Ven —dijo con voz ronca, pero cálida, cuando el beso terminó. Mirándola a los ojos la levantó de la cama, pegándola a su pecho y sentándola sobre sus piernas que ahora se encontraban rodillas al colchón. Al contacto de sus cuerpos la chica se exaltó un poco, pues cierta parte íntima rozaba con algo duro en el cuerpo del hombre. Gamaliel debió mantener fuerte agarre sobre ella para evitar que saliera corriendo. » No voy a entrar aún —aseguró—, solo siéntelo —ordenó antes de volver a posar sus labios en el cuello de la chica, y la empujó un poco hacia abajo aumentando el contacto entre sus partes íntimas. Eso debió aterrar a la chica de ojos oscuros, pero lo que sucedió fue que un gemido se atoró en su garganta y su cuerpo se tensó. Gamaliel la observó y, al darse cuenta que, más que miedo, tenía confusión, comenzó a mover sus caderas, acariciando con su m*****o la entrepierna de ella, mostrándole así el movimiento a seguir. Airam entendió el mensaje y, llevando sus manos a los hombros de su amo, comenzó un rítmico vaivén de cadera que le permitía ahondar en sensaciones desconocidas y placenteras. El roce de esa tela húmeda sobre su m*****o desató una sensación que le indicaba al hombre que había aguantado ya demasiado, así que la devolvió a la cama disculpándose por no poder cumplir lo antes dicho. » Lo lamento —dijo mientras veía unos confundidos ojos—, no puedo esperar más. Airam sintió cómo la delgada tela que cubría su intimidad era apartada del sitio que cubría y sintió miedo. Pero no tuvo tiempo de detener al que se introducía lentamente en ella. La chica arqueó la espalda, sintiendo su cuerpo temblar, pero no de miedo, sino de placer. Parecía disfrutar la intrusión, aunque no terminaba de acostumbrarse y comenzaba a sentir dolor por el intruso. —Oye, relájate —gruñó Gamaliel—, no quiero lastimarte —dijo. La chica lo miró y quiso decir que no sabía cómo hacerlo, pero de su boca solo salió un dulce gemido y sus mejillas se llenaron de carmín. » Solo respira —sugirió el pelirrojo, acariciando su mejilla y haciendo percatar a la joven que tenía un rato conteniendo el aire. Airam tomó aire y su vientre se destensó, dando oportunidad al hombre de adentrarse más al cuerpo de esa deliciosa mujer, haciéndola a ella llegar al paraíso. Pero no tardó mucho en alcanzarla, pues ante la penetración, ella gimió por primera vez su nombre y eso le encantó. —See... ñor Gamaliel —dijo la chica mordiéndose los labios y cerrando sus ojos. Ella estaba disfrutando de ese acto como nunca había disfrutado nada. Gamaliel comenzó a acelerar el ritmo, cosa que ya no parecía molestarle a la chiquilla de cabellos cenizos, muy por el contrario, sus gemidos aseguraban que la pasaba de lo lindo. A punto del clímax, Gamaliel devolvió sus labios a los de la chica, pues ella tenía rato aumentando el volumen de sus gemidos, así que decidió tragarse el gemido que el primer orgasmo le provocaría a esa chica. Y así fue, un gemido ahogado se quedó atrapado en un beso. Ella llegó al clímax, él lo sabía por los espasmos del cuerpo de la chica y de su palpitante interior abrazando su m*****o. Soltó sus labios y, mientras la veía intentar alcanzar aire, dio unas últimas estocadas para alcanzar el clímax también, dejando su semilla en el interior de una chica que a duras penas respiraba. —Señor Gama...liel el... desayuno —anunció ella con la respiración entrecortada. —No importa —aseguró con apacible voz uno que se deleitaba con tremenda vista, regalándole una sonrisa y un beso. Al choque de los labios de ese hombre en su frente, Airam cerró los ojos, dejándose atrapar por el sueño que ese delicioso cansancio le regalaba. Gamaliel la vio quedarse dormida y, dándose cuenta que era la primera vez que esa chica disfrutaba del sexo, habló para una joven que no lo escuchaba. » Él pudo haberte tomado una centena de veces —dijo—, pero, con una sola vez, eres mucho más mi mujer que de él. Y el hombre, mirando la joven que descansaba en su lecho, terminó durmiendo también.
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