NARRADOR OMNISCIENTE
A las 8:00 a.m., el portón del estacionamiento se abrió más lento de lo normal, el sensor tardó un segundo más en reaccionar. Un segundo mínimo, pero Theo lo notó, al mediodía, su café favorito llegó con azúcar, aunque ella nunca lo pedía así, nadie en la oficina sabía ese detalle, solo Petros y él ya no trabajaba ahí y esa noche, al entrar a su departamento junto a Nadia, que se había convertido en su ancla, se dio cuenta de que la caja donde guardaba la nota de Iason… no estaba en el mismo lugar, no faltaba nada, la nota seguía ahí, todo estaba cerrado, pero la caja no estaba donde ella la había dejado, estaba ligeramente rotada, levemente, como si alguien la hubiese abierto con guantes, y luego la hubiera puesto de regreso sin saber exactamente cómo estaba..
-Prepararé la cena cariño- le dijo Nadia al entrar a la habitación
-No tienes que hacerlo Nadia- le respondió Theo
-Lo hago encantada, tienes que saber que no estás sola, nunca lo has estado- le sonrió
Cenaron juntas, bebieron una copa y hablaron un poco de lo que estaba pasando, Theo no mencionó nada aún, sabía que Nadia era fiel a Daphne y no le sacaría nada, así que prefirió esperar hasta tener lo suficiente para que Nadia no pudiera seguir callando, al despedirse, volvió a sentir ese vacío, esa soledad que había aprendido a sobrellevar en toda su vida, solo que está vez, Nadia poco a poco lo iba llenando y le pesaba despedirse de ella, regresó a su habitación con una sonrisa nostálgica, entonces cayó en cuenta de lo que había descubierto, la estaban vigilando y la frustración volvió a ella, Theo no gritó, no dijo nada, se sentó en el borde de la cama y pensó.
Ya no eran suposiciones, la estaban vigilando y lo sabían todo, hasta lo que guardaba como su mayor secreto, guardó la caja en otro lugar, más oculto y esa noche, por primera vez en años, durmió con su arma debajo de la almohada.
Por su parte Iason tenía una vista perfecta del mar desde su apartamento en Glyfada, lo había elegido justo por eso, no por el lujo, sino por el horizonte, le gustaba saber que si algún día se hartaba de todo, podía simplemente irse, tenía reuniones constantes, cenas aburridas, y mujeres bonitas que no le hacían preguntas y aún así, cada vez que se despertaba, pensaba en Theo, en si ya había abierto la nota, en si lo odiaba o peor… si lo había olvidado.
Tenía una rutina impecable, gimnasio a las seis, café sin leche ni azúcar, oficina, reunión, almuerzo, más reuniones y al final del día, soledad bien disimulada.
Pero esa semana, algo cambió, su contacto en aduanas le dijo que había movimiento en los archivos antiguos de Daphne, nadie más sabía que eso le importaba, pero el tipo lo llamó igual.
-Tu nombre salió en una copia vieja-dijo -Hace veinte años, con un porcentaje bajo, pero firmado-
Iason se congeló -¿Quién lo revisó?-
-Tu amiga.. la chica Laskaris- Cortó la llamada, apoyó la cabeza contra la ventana, no sabía si correr a verla o alejarse más, pero entendía una cosa, si ella había llegado hasta ese documento… ya no había vuelta atrás y él tampoco podía seguir escondiéndose…
POV THEO
No es que desconfíe de todos, es que ya aprendí que confiar a ciegas te puede costar caro y si a mi madre la engañaron, o la traicionaron, o ambas cosas… no tengo margen para repetir el error, llevo días yendo al archivo central, los documentos están desordenados, mal clasificados a propósito, mezclados con fechas falsas, firmas ilegibles, hojas sueltas, no lo dijeron con palabras, pero está claro que alguien no quiere que entienda nada.
Hoy encontré una carpeta sin etiqueta, dentro de una caja que no tenía por qué estar en esa sala, no tenía nada que ver con la empresa… o al menos eso parecía.
Adentro, un correo impreso.
Año 2010.
Remitente: alexandros@drakosgroup.gr
Asunto: “Confirmación.”
Solo decía:
“El porcentaje fue traspasado como se acordó.
Ella pidió discreción. Cumplimos.
A partir de ahora, no hay rastro de nuestra participación.”
Y una línea más abajo “I. D.” Supongo que significa “Iason Drakos” y como testigo Alexandros Drakos
¿Pero por qué el nombre de Iason estaría al pie de ese correo?
¿Firmó él? ¿Lo escribió él? ¿Sabía algo? Lo peor es que no sé si quiero saberlo, salí del edificio con esa carpeta metida en mi bolso, como si fuera una bomba, todavía no sé qué voy a hacer con eso, solo sé que si esto es lo que dejaron visible… lo que falta debe ser peor.
POV IASON
Lo escuché en una conversación que no era para mí, estaba en el club en un partido de paddle, cerveza después, charla entre herederos de mierda, uno de ellos, Stavros, primo lejano, imbéc¡l de tiempo completo mencionó a Theo, así, como quien comenta una foto -Dicen que anda revisando cosas viejas, archivos de su madre, papeles raros, se cree detective, supongo- se burló y yo me reí como los demás, pero por dentro… algo se apretó.
-¿Y qué busca?- preguntó otro, más por morbo que por interés.
Stavros hizo un gesto de burla -Quién sabe a lo mejor quiere culpar a alguien por el accidente y causarse uno ella misma- eso fue lo que me hizo ruido, la forma en la que dijo “accidente” como si ya supiera que no lo fue y confirmando con la ultima frase, ahí fue cuando lo entendí, no solo la están observando, estaban esperando que se equivoque y si hay gente que ya sabe que está revisando el pasado… es porque hay algo que temen que encuentre. Esa misma noche, llamé a alguien que hace años no contactaba, Dimitros, un viejo contador que trabajó con mi madre… y luego fue transferido a los Laskaris, antes de que todo estallara, quedamos en vernos en dos días, no sé si va a decirme algo útil, pero si sabe aunque sea un poco de lo que pasó entre las dos familias, necesito escucharlo, porque si ella está por meterse en algo serio, yo necesito ir un paso adelante y aunque no lo diga en voz alta…
sigo sin saber si lo hago por ella o por mí, por tener la esperanza de que algún día.. me perdone..
NARRADOR OMNISCIENTE
Melina, la mamá de Iason maldecía al enterarse del regreso de Theo, tanto aguantar a Alekos por años, mucho le habia costado llegar a donde esta, no quería arriesgarlo… dejó el sobre sobre la mesa sin abrirlo. No hacía falta. Ya sabía lo que decía Theo Laskaris había regresado a Atenas después de tantos años.
Se acomodó el cabello detrás de la oreja, tomó su celular y buscó el número de su hijo, no lo llamaba tan seguido, pero cuando lo hacía, él contestaba.
-¿Mamá?- respondió Iason
-Hola, mi amor- dijo con ese tono suave que usaba solo con él -¿Cómo estás?-
-Todo bien ¿Tú?-
-Bien, bien… aunque últimamente todo se está moviendo, gente que vuelve, nombres que uno pensó que ya estaban enterrados- dijo con genuina preocupación, aunque Iason no sabía el verdadero motivo de ello
-¿Te refieres a Theo?-
-A ella, sí… a su mamá también, ya ves, algunos regresan incluso después de muertos- dijo, casi como bromeando, pero con doble filo, hubo un silencio del otro lado y ella lo notó, lo estaba procesando y le parecía perfecto -No vine a hablar mal de nadie, Iason- añadió, fingiendo calma -Solo me preocupa que te metas en cosas que no son tuyas, que te distraigas de lo que sí importa- dijo ella
-¿Y qué sería eso?- quiso saber Iason, no entendía por qué su madre siempre lograba exasperarlo, no podía ser con ella como era con los de mas.. o si no..
-Tu lugar, tu futuro, tu apellido, tu tienes todo para avanzar, para estar arriba, no te conviene andar revolviendo el pasado de otra gente, mucho menos si ese pasado viene cargado de problemas cariño- le dijo con una sonrisa que el no podía ver, mas bien la imaginaba muy angustiada, tardó en responder. Ella esperó.
-Theo no me ha buscado mamá- dijo él, al fin - y yo tampoco a ella- dijo con fingida seguridad
-Mejor así, solo te digo esto porque te quiero, ¿sí? No quiero que de repente aparezcan personas diciendo que les toca algo que hemos… has construido, que te corresponde.. lo justo, Iason.. lo que es tuyo- le dijo Melina triunfante, pero sin dejar que el lo note
-Lo sé- respondio el, sujetando el puente de su nariz, odiaba que su madre le hablara siempre de dinero, en no entendía el motivo, tenían de sobra..
-Perfecto y bueno… tampoco quiero que te sientas solo- le dijo ella, para seguir en su papel
-Estoy bien, mamá- respondió Iason, ocultando el fastidio
-Ya sé que estás bien, pero a veces uno se convence de que está bien solo porque no quiere pensar en lo contrario- Melina seguía en su rol de madre abnegada, Iason no respondió, Melina sonrió, ese era el tono, ahora lo tenia, había entrado -Bueno, solo quería saber de ti cariño, Nos hablamos pronto, cuidate, ¿sí?- dijo ella
-Sí, mamá- Colgó.
Melina dejó el celular en la mesa, tomó el sobre y lo guardó en una carpeta sin nombre, luego la metió en un cajón que cerró con llave, había que moverse, Theo había vuelto para quedarse y eso, definitivamente, no le convenía a su hijo.. o a ella..