El cielo oscuro y profundo, estaba acompañado por una luna brillante e imponente que poseía halos a su alrededor, para algunos aquel extraño fenómeno era aviso de terribles noticias, pero para otros era el anuncio de nuevos tiempos. La velada pronto iniciaría y sus exquisitos invitados se daban cita para el esperado evento.
El ruido de las ruedas del carruaje, se escuchaban cada vez más cerca, se desplazaban a un ritmo constante, hasta que finalmente se detuvieron; el caballero que viajaba en el interior, asomó su cabeza por la pequeña ventanilla para alzar su mirada al cielo, un breve escalofrío le recorrió la espalda, sin embargo, hizo caso omiso y bajó del vehículo.
Richard, respiro aliviado, mientras una pequeña mueca de felicidad se formaba en su cara, después de tantos meses vería
