*Narra Thiago* Se ha ido… Maldita sea, se ha ido. Se fue por miedo a hacerme daño, sin saber que su partida dolería todavía más. j***r… mi pecho arde. Duele saber que no estará cuando despierte, que no veré sus ojos, ni podré besar sus labios. Que no tendré la oportunidad de decirle cuánto la amo, cuánto la necesito. Apenas unas horas después de que el médico viniese a revisarme de nuevo y me dieran el alta, subí a mi habitación. No sé cómo reuní fuerzas para caminar hasta aquí. Me encerré y me dejé caer en la cama, con la cabeza dándome vueltas y el cuerpo aún débil. No es por el hospital… es por ella. — Kyleigh — dije, entrando en su habitación sin llamar. — Hola… ¿estás bien? Nos preocupamos… — Necesito que le des esto a Leanne — pedí, tendiéndole un sobre blanco. Ignoré su pregunt

