Capítulo 4

1055 Words
Entro en la habitación y se encontró con algo horrible, Verónica estaba siendo arrastrada por dos demonios ambos erguidos como animales mientras trataban de sacarla de su habitación, pero lo más perturbador fue que uno de ellos estaba marcando algo sobre su brazo con sus uñas afiladas, Verónica logró soltarse golpeando al que la arrastraba con fuerza y pudo levantarse con dificultad para correr hacia él, la puso detrás de sí para protegerla. Verónica no lo vio bien, pero él saco una gran espada que brillaba aun en la oscuridad, se veía afilada y sobre todo peligrosa. Los demonios fueron corriendo hacia ellos caminando sobre sus piernas y haciendo un sonido demasiado agudo que le lastimo los oídos, Alexander levanto la espada y de un solo golpe partió en dos a los demonios. Verónica observó como salía humo de los cuerpos y se transformaba en fuego adentrándose en el piso, pero no dejaban ninguna marca de quemadura en él, solo había un ligero olor a quemado en la habitación. - ¿A dónde fueron? -dijo aun con miedo mirando el suelo temiendo que alguno de ellos saliera de él y la tomara de los pies para arrastrarla de nuevo, ni siquiera sabía que era lo que había pasado en realidad, estaba dormida cuando escuchó un ruido muy extraño a su lado, parecían voces, pero no decían nada o al menos ella no escucho algo que pudiera indicarle de quien se trataba -A donde pertenecen, al infierno-Alexander miró su brazo y la espada desapareció de su mano tan rápido como había aparecido, ellos trataban de hacer un símbolo en él-Te hicieron daño. Verónica miró su brazo, sólo había tres trazos que no formaban bien el símbolo que habían intentado marcar en su piel, tenía rasguños en la cara brazos y en las piernas y todos estaban empezando a arder. Alexander fue por un botiquín al baño de su habitación, regreso y comenzó a curar sus heridas, con mucho cuidado - ¿Qué eran ellos y qué querían? -dijo cuando él coloco algodón y alcohol en los rasguños, solo hizo una ligera mueca de dolor -Sirvientes de Lucifer y te querían a ti-miro a Verónica y ella se estremeció ante la idea por muy loca que se hubiera escuchado, él lo dijo con total calma, hace unas horas no tenía idea de que los ángeles fueran reales y ahora tenía conocimiento de que los demonios y aquel llamado Lucifer también lo eran - ¿Por qué? -Alexander no contesto dejo el botiquín en el suelo, se levantó para alejarse de ella y fue hacia el escritorio, se dio la vuelta y miró una imagen y rápidamente la reconoció era la entrada del cielo o al menos era la entrada que tanto conocía, sólo que esta vez estaba en blanco y n***o era un dibujo, había algo que él no había visto una frase y sabía lo que significaba: “ሚጌል ልጅ ገነት ሆኖለታል” - ¿Qué es esto? -levanto la hoja y la miró con más atención, leyó aquella frase escrita con tanta precisión y claridad -Una puerta o al menos eso parece-dijo Verónica levantándose, se acercó a él y tomó el dibujo - ¿Dónde la viste? -sus ojos oscuros recorrieron la frase una vez más mientras esperaba la respuesta de Verónica -En mis sueños-ella lo miró-Casi siempre sueño con esto -Cuéntamelo, ese sueño-rogó él y ella dudo unos instantes mientras pensaba en que era lo que iba a decirle sobre esos extraños sueños que ella siempre había creído que era una pesadilla -Bueno, primero siento mucho frío y me despierto, pero la diferencia es que estoy en un lugar muy oscuro, me levanto del suelo que es muy firme, comienzo a caminar, pero no hay nada hasta el rincón una luz se enciende y escuchó varias voces hablan en otro idioma y demasiado rápido como para que pueda entenderles, me acerco a la luz y hay una enorme puerta dorada y esas palabras están sobre ella, no sé qué significan y siempre me despierto antes de que el sueño avance-dijo mirando el dibujo como quien mira una fotografía -La hija de Miguel ha llegado al Paraíso-Alexander dijo sin mirarla y ella solo esperaba una explicación por parte de él - ¿Qué? -ella miró la hoja, Alexander parecía no querer contestarle o al menos no sabía de qué manera hacerlo- ¿Miguel? -Eso significa esa frase: “ሚጌል ልጅ ገነት ሆኖለታል”, en el idioma de los ángeles - ¿Te refieres al Arcángel Miguel? -dijo con un poco de confusión -Si-Alexander sabía que era tiempo de decírselo -Él qué tiene que ver con esto-lo que parecía raro al principio estaba empezando a tomar un giro aún más raro que tarde o temprano acabaría asustándola y deseando nunca haberlo sabido -Él es…-dijo, pero no pudo continuar-Hay una antigua profecía que nos ha marcado a todos, una sobre una fuerza que destruiría al infierno, pero con la misma capacidad de destruir al cielo, en la profecía se hablaba de un ángel que se enamoró de una humana, pero no era cualquier humana era a quien debía cuidar y juntos tendrían una hija que sería mitad cielo mitad mortal, y al hacer eso, ella nacería con el poder de salvar a los ángeles en una pelea contra los demonios, pero también podría usarse en su contra-miro hacia el suelo de la habitación. -Cuando Él se enteró se enfadó tanto que lo llamo ante Él y le dijo que perdería su puesto y que obviamente seria castigado por su crimen, pero podía perdonarlo sí destruía aquello que había creado, ya que, él había roto la promesa y junto su sangre con una humana, él quedo horrorizado y se negó era lo que más amaba incluso más que a Él, así que Él decidió encerrarlo para que no pudiera intervenir en sus planes de destruirla desde ese momento los ángeles rondaron la tierra buscando a la niña, pero jamás la encontraron. - ¿Qué tiene que ver la hija del arcángel Miguel conmigo? -él la miró y suspiro, habría deseado tener más tiempo para contarle la verdad y que no fuera apresurado, pero ya no había tiempo todo lo que había pasado en las últimas horas terminaría por explotar y sabía que era tiempo de decirle todo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD