Mi primer amor

Soy Robert Jr. Hudson Estrada y este verano perdí a mi padre, fue un infarto fulminante. El apenas tenía cincuenta años, realmente fue el mejor padre y el hombre más dulce del mundo, era de los terratenientes más grandes de Nuevo México. Mi madre una Chicana de carácter fuerte acostumbrada a montar a caballo y arriar vacas tenía una vida americana resuelta en el rancho de su esposo. Yo con mis apenas diez y seis años herede el carácter pesado y ranchero de mi madre la señora Clara Hudson, cuando todo sucedió ella me mando a llamar, tuve que dejar mi escuela en Texas… para seguir mis estudios en la secundaria que estaba ubicada cerca del rancho y poder apoyar a mi madre con todas las nuevas responsabilidades que representaba estar a cargo de unos de los ranchos más grandes del estado. Ella me matriculo en decimo grado. Yo siempre llegaba en los autos rancheros de la hacienda al centro de estudio, las chicas más lindas siempre se acercaban a saludarme y como era de esperarse el grupo de los populares inmediatamente me incluyeron en su círculo. Yo acudía a mis clases como un chico normal y todos querían estar de cierta manera involucrados conmigo incluyendo los profesores, coordinadores y hasta el director, ya que mi madre siempre donaba fuertes cantidades de dinero para los fondos del centro estudiantil, además se les notaba el interés porque yo era el principal heredero de la hacienda de ganado más grande de la zona. Tengo hermanos… Los gemelos Mario y Elliot de catorce años, pero mi consentida es la beba de la casa, ella tiene doce años, la princesa Jenny realmente amo mi hermanita y al morir nuestro padre me convertí en su única figura paterna. Siempre estaban cuidados por los sirvientes y la nana Marie que tenía más de diez y seis años con nuestra familia. Nuestras tierras estaban llenas de vacas lecheras y toretes para destazo mi madre pasaba gran parte de su tiempo en su manejo. Yo entraba a trabajar las cuatro de la madrugada para organizar las vacas y los caballos que tenían que estar limpios y distribuidos, todos los empleados y capataces me apoyaban, ademas de que me cuidaban bastante. Entraba a clases a las ocho de la mañana así que dejaba todo arreglando para que todo fluyera normal en mi ausencia… Así que tenía un trabajo por decirlo asi… de ‘’medio tiempo’’ pero al llegar a casa siempre salía a supervisar que todo estuviera trabajando bien. Mis estudios iban regular ya que mis responsabilidades en el rancho eran muchas, el cambio de maestros y las nuevas materias hacían que mi proceso de adaptación fuera lento. Siempre miraba los cerebritos alegres cuando sacaban A y yo apenas una C, pero a veces hasta D… si la verdad no me iba nada bien… y mi grupo de estudio eran iguales o peor que yo jajajaja asi que no me aportaban nada positivo como estudiantes… pero en la clase había una chica tímida muy aplicada que llamaba mucho mi atención, aunque todos la molestaban por ser una nerd y al parecer de bajos recursos económicos… todos se burlaban de ella debido a que repetía ropa entre semana, algo extraño para mí porque yo repetía el mismo jean hasta tres días y nadie se fijaba en eso jajaja. La chica me atraía no solo por su físico sino también por sus destrezas, su inteligencia era asombrosa, ella siempre quedaba como la primera de la lista, porque por supuesto ella sacaba las notas más altas… pero era tan antisocial que no tenia amigas ni amigos… ella simplemente no le daba entrada a nadie, yo podía notar su inseguridad debido a que la consideraban como la pobre de la clase. Pero ¿Qué podía hacer yo para que ella me diera acceso? ¿Cómo? Cada día que pasaba me sentia más ansioso porque yo realmente ambicionaba conocerla… cuando pasaba a mi lado o frente a mí, me sudaban las manos y notar su figura hasta calentaba mis huevos. Yo tenia que llegar a ella a como diera lugar… solo me decía en mi mente… ‹‹ —¡Vamos Rob tu puedes!! ››