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Blurb

Imagina llegar a un pueblo desconocido, atraída por los recientes, extraños y peligrosos sucesos, que te llevan a vivir con una pareja de hermanos que guardan un oscuro secreto en sus corazones, que con el tiempo y contigo ahí, les es imposible ocultar. Imagina vivir bajo el mismo techo que el diablo, que te respire en la nuca la muerte y tener la descabellada ironía de enamorarte sin querer pedirlo del causante de todo tu dolor. Nada puede salir bien después de lanzarse a la boca del lobo y querer, irónicamente salir de él, ilesa y con el consuelo de no tener que volver allí. Sin embargo, a ti nadie te podrá salvar de él, ni la mala suerte de perder la memoria hará borrar su sombra.

¿Estás dispuesta a vivir algo así, por un poco de aventura?

Tu decides.

(Temporada 1 y Temporada 2)

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I
[Mensaje al final del capítulo, para los lectores que ya iban en el capítulo XLI o nuevos] . —¿Que harás apenas salgamos de este martirio? La voz de mi compañero me saca de mis pensamientos, mientras estaba sumergida en una burbuja de conciencia moviendo el lápiz y chocándolo contra la libreta. Como si el tablero de madera recién cambiado fuese más interesante que el resto del mundo, ese que se convertía en un barullo de cotidianidad y en el cual me aburría cada vez más. Solo quedaba ese día para quedar libre por al menos dos meses, pero parecían solo dos semanas. Y no tenía planes, ni siquiera sabía si podría hacerlos. Nada llegaba a mi mente más que las ganas de enterrar ese lápiz en mi pecho y deshacer el aburrimiento, pero solo sonaba a una estupidez que jamás haría. Quienes yacían cerca de nosotros compartían sus planes bien organizados, lo que harían o a donde irían para descansar un poco del estudio. Y yo solo tenía en mi cabeza la idea de llegar viva a la casa. ¿Cuando te has convertido en una aburrida? —¿Y tu Sky?, ¿A donde irás o que harás? —presté atención al chico de ojos marrones al oír mi voz. No tenía nada que responder, que no fuese ya lo dicho. —No tengo planes aún, no he pensado que hacer. —No busques planes al final de la vacaciones. Yo pasaré el mes donde mi abuela —lo miré enseguida, curiosa. A él no le agradaba su abuela, y ni loco aprovecharía su descanso para ir con ella—. Ya sé que suena loco —rió seco—. Pero ha estado pasando un poco de inseguridad en su pueblo, y pidió que alguien la cuidara. Yo me ofrecí con la condición de que dejara de molestarme e invadir mi espacio. —Supongo que eso es bueno, pero, ¿que se supone que hay de interesante en ese pueblo?, no debe tener más de cuatro manzanas —bostece apoyándome más en el asiento. —Es un bonito lugar, pero fue invadido por un asesino serial loco. Los habitantes están asustados —abrí los ojos, aparentemente interesada en tal cosa. Apoyé mi mentón en la palma de mi mano, mucho más curiosa. No todos los días decían esa clase de noticias. —¿Un asesino serial?, ¿Y por qué tu abuela no se va de ahí?, digo, ojalá nos libraran de ella, pero es estúpido quedarse en un lugar así —sonrió corto a la par conmigo por lo de su abuela. —Es anciana y creció ahí toda su vida, jamás dejaría su casa y sus recuerdos por un asesino loco. Ya sabes, ya está redimida. Si se muere, se muere —asentí extrañada, frunciendo el ceño, pero lo cambié enseguida. —¿Y no te da miedo ir? —Si, pero procuraré cuidar de mí y mi abuela lo más que pueda. Aún no estoy en edad para redimirme —un foco invisible se encendió encima de cabeza, confundiendo a mi amigo—. ¿Pasa algo?, ¿Por qué sonríes? —¿Y si te acompaño al pueblo? —¿Que? —me miró sin saber cómo reaccionar en realidad. —¿Me vas a obligar a usar la plastilina para que entiendas palabras? —Si entendí —rodó los ojos—, pero, ¿por qué quieres acompañarme?, dijiste que no te parecía interesante. —Estamos hablando de un asesino serial, Matías —junté mis manos inclinándolas hacía él, como si quisiese parecer muy seria e inteligente. —¿Y donde está lo "bueno" en eso?, ¿Escrito en letras tan pequeñas y finas que ni una hormiga podría leer? —fruncía el ceño, tomándome por loca con su mirada acusadora. Sus brazos se cruzaron a la altura de su pecho, no entendiendo por donde iba. —No tiene nada de bueno, tienes razón. Es solo que estoy tan aburrida, y necesito acción en mi vida, o me voy a terminar tirando por esa ventana —señalé el lugar—, y no voy a tener ningún superhéroe en el piso inferior esperando para salvarme, y enamorarse de mi. —Ahora si estoy seguro, cuando repartieron la madurez, a ti te olvidaron por completo —burló con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, pero sabía que quería molestarme—. Si tanto quieres estar conmigo, solo tienes que decirlo, no excusarte con un asesino serial, eso es de dementes —rodé los ojos a su estúpido comentario. Ni en mil años le diría algo así. —Y a ti olvidaron echarte un poco de inteligencia, y carisma. —Como si tú tuvieras —esta vez si sonrió con un pequeño rastro de risa, burlándose de mi. —Ser antisocial no es un delito. —Y no ser inteligente tampoco. —No, solo es ser un burro toda la vida —reí en cuanto me dio un golpe en el hombro, recogiendo sus cosas. Ya era la hora de salida, y todos tenían afán de salir, incluyéndome, pero no había terminado la conversación—. Entonces, Mati, ¿si puedo acompañarte? —enrede mi brazo en el suyo a medida que dejábamos el salón, para no dejarlo escapar. —Si tu quieres, pero debes buscar dónde quedarte. Mi abuela no te dará hospitalidad a menos de que yo sea el que se quede por fuera —detuve mis pasos de repente, frunciendo el ceño—. Solo hay dos habitaciones en su casa, y aunque tú y yo nos demos asco, ella jamás aceptará que duerma bajo el mismo techo con una mujer que no sea de nuestra familia. Bufé, dejando caer mis hombros con aburrimiento—. Diablos. —Puedo ayudarte a conseguir dónde quedarte cuando esté allá, así irías preparada y no tendrías que dar vueltas con un maniático por ahí. —Bien. ¿Vamos por un café?, aún es temprano. —Si, hace falta. **** —¿Como es que solo hay un lugar de residencia cerca de ese pueblo, y termina siendo un motel?, agh —choqué mi cabeza contra la isla de la cocina, fracasando en mi investigación y solo yacía unas fotos del motel en la pantalla—. Mi vida es un fracaso, y mis vacaciones aburridas. ¿Por qué no puedo ir a tirarme de un avión, al menos, como los demás? Sigue hablando sola. Mi conciencia me tortura. —Por que tú no eres como los demás, Sky. Eres una chica simple y eso no está mal, ese es tu verdadero yo —veía a mi papá poner un vaso de zumo a mi lado, a medida que me daba su charla motivacional por ser un extraño ser de la realidad. Aburrido y casi sin carisma. Y ese para él, era mi verdadero yo. ¿Debía tomarlo como un halago? —Tu padre tiene razón, cielo. Tu rompes los estreotipos. Ahora ella, genial. Gracias mamá. —O los explota. ¿No la has visto?, aveces parece que habla sola. Y se unió la insoportable de mi hermana. Rodé los ojos, ocultando mis muecas de odio bajo mis manos. —No te estreses, cariño. Y si de algo servimos tu papá y yo, es recopilar mucha información de las personas que viven cerca de nosotros —se acercó mi madre, pero no le di mucha importancia—. La pareja que vive en la bonita casa de la playa frente a nosotros, tienen dos hijos en el pueblo que mencionaste. Podrías hablar con ellos, y llegar a un acuerdo para que te deje quedar estas semanas allá —la miré enseguida, llenando mi pobre alma de esperanza. ¿Pero cómo es que eran tan entrometidos? Pero de algo te funciona. Mi conciencia parlanchina tenía razón. Sus ganas de ir a reuniones de adultos con sus vecinos, al menos servían para algo, más que para comprar tazas para sobras y pasar horas sin hacer mucho en realidad, más que hablar. ¿Así sería yo a su edad? Que miedo. Me sacudí en mi lugar, borrando otros pensamientos que no llevaban al cabo en mi cabeza y toqué el timbre de la hermosa casa de madera recién pintada de un amarillo pastel. Su amplitud en el interior y la vista a la playa debía ser más que maravillosa. Habían sido afortunados al encontrar un lugar tan precioso. Mis padres querían uno igual, pero la situación no se mantenía muy rígida todos los meses y las estadísticas se volvían confusas, por esa razón comprometieron a mi hermana a un hombre más establecido que ayudaría al crecimiento económico de la familia. No me había parecido nada sano, pero mi hermana tampoco estuvo en contra de la posibilidad de tener objetos lujosos. Su ambición aveces llegaba a enfermarme. Me sobresalte en mi lugar, dejando mi cabeza completamente en blanco, en cuanto mi madre tocó mi hombro para poner atención a la pareja que yacía del otro lado del marco regalándonos una sonrisa. —Laura, qué gusto verte. ¿Ella es tu hija?, se parecen mucho —tomó la iniciativa la señora de la casa, que en realidad se veía bastante joven y conservada. Su sonrisa no parecía fingida, y una sensación de agrado creció en mi. —Si, eso nos dicen mucho. Demasiadas sonrisas. Ya basta. —Es un gusto, soy Sky —extendí mi mano, amable. —El placer es nuestro, linda. Yo soy Rebecca y él es mi esposo Martín Sartori —ambos me saludaron con la mano, mientras el hombre asentía al contrario de hablar—. ¿Y que puedo hacer por ustedes?, ¿desean pasar? Solo nos bastó unos segundos para descubrir el impresionante interior de la casa playera de la pareja millonaria, antes de ser guiadas por un pequeño pasillo a lo que sería la parte trasera de la misma, dejando ver la hermosa vista que tenían todos los días al despertar y el sonido de las olas mucho más fuertes. Nos sentamos en una mesa de jardín, sin perderme cada detalle de lo que pasaba a mis ojos por si no volvía a suceder. Y el exquisito sonido cercano de las olas morirse en la orilla de la arena, a solo unos metros de distancia. —Ya nos traen de beber —dijo el señor Sartori sentándose junto a su esposa. —Gracias —dije al unísono con mi madre. —Y bien, me encantaría saber el motivo de la visita —dijo sin más Rebecca, poniendo toda la atención de sus ojos azules en nosotras, y más que todo en mi. No había planeado exactamente qué decirles, aunque había llevado el apoyo de mi madre, ya que ella los conocía más y no sería bueno para ellos confiar en alguien desconocido que apenas vieron por primera vez. Es estúpido, pero claro que yo no era ninguna criminal y no iba a hacerles nada a sus hijos. ¿Que edad tendrán ellos? —Lo que sucede es que recordé que ustedes habían comentado que sus hijos vivían en un pueblo a varios kilómetros de aquí —inició mi madre llamando mi atención y a los dos par de ojos más en la mesa—. Mi hija piensa viajar a aquel pueblo en estas vacaciones, para acompañar a un amigo suyo y conocer un poco más lejos que no sea su habitación, pero no encontramos donde podría hospedarse. —Estoy entendiendo el punto de inmediato, me gusta que vayas al grano, tu hija necesita hospedaje —asintió mi madre. —Si, claro que los gastos se cubrirán, no es como si hubiésemos sido capaz de venir descaradamente a pedir que le den hospedaje así no más —los mayores rieron, mientras yo permanecía impasible. —Bueno, yo no tengo problema alguno por hospedar a tu hija, Laura, por mi encantada y no tendrá que cubrir gastos, no te preocupes —mis ojos brillaron de vuelta con esperanza ante sus maravillosas palabras—. Lo único que me preocupa es que mis hijos jamás han vivido con alguien más que no fuésemos nosotros, o Corinne —y no duró mucho esa esperanza. Solo unos segundos de gloria. Vaya barbaridad. —Sky es bastante tranquila y sencilla, no es una persona que pueda causarles algún problema. Aveces ni se nota su presencia —casi ruedo los ojos delante de la pareja, pero en realidad tenía razón. Mi presencia aveces pasaba desapercibida, como un fantasma. —Lo noto, pero primero hablaré con mis hijos y quizás Sky quiera conversar con mi hija. Tiene tu misma edad, y podrían entenderse bien, lo que ayudaría en el ambiente —no me negué si eso daba la oportunidad de darme hospedaje en donde Matías viajaría el día de mañana. —Si, ¿por qué no? __________________________________________________ MENSAJE ¡Hola querido lector, soy Andy Whitte, escritora de este libro! Estoy tomando este capítulo para comentarles algo que sucedió el día de hoy y que me tomó desapercibida. Aún me encuentro atónita y confundida por lo que pasó. Esta mañana que me he despertado a revisar los comentarios de los capítulos, como siempre hago, por que me encanta leer sus comentarios, he sido sorprendida al ver que mi libro decía, sin siquiera ingresar, VIP. Cuando vi esto, no me esperaba que la mayoría de mis capítulos subidos estuviesen en VIP y que tuviese que pagar. Yo sinceramente estoy un tanto enojada, por que no solicité pago para leer, teniendo en cuenta a las personas que no tenían cómo pagar los capítulos. Esperaba poner esta opción al finalizar del libro, como mencioné capítulos más adelante, sin embargo, no sé cómo volver el libro a la normalidad y le escribí a mi editora para saber cómo solicitarlo, pero por el momento no tengo como cambiarlo. Si es el caso de que no haya forma de cambiarlo, estoy en proceso de buscar la manera de desbloquear los capítulos sin tener que pagar y se los estaré dejando en un video de YouTube de mi canal en el transcurso de la semana. El canal y mis r************* se encuentran en la descripción de mi perfil. Vayan allá y escríbanme, no olviden seguirme en Youtube para seguir leyendo Dark Is. Estaré enviando mensajes por los capítulos que no se deben pagar, para que nos sigamos comunicando. Les estaré informando. Gracias por leer Dark Is, a esas personitas que iban conmigo en las actualizaciones, y perdón a las nuevas personas que se desaniman en leer por tener que pagar. Voy a conseguir una solución, hasta entonces, lean libros gratuitos, que éstos les dan bonificaciones. Se despide Andy y Christian. ♥

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