Mia disfrutaba el almuerzo con la familia, pero no podía evitar lanzar miradas a Antoni de vez en cuando, él hablaba con su padre y con Dante, pero su semblante seguía tenso, aunque sonreía en ciertos momentos y se mostraba presente, ella lo conocía demasiado bien, algo lo estaba molestando. Cada vez que él creía que nadie lo veía, tamborileaba los dedos sobre la mesa con impaciencia o apretaba la mandíbula, en un momento, incluso removió su servilleta con más fuerza de la necesaria. Mia fingió que estaba concentrada en su plato, pero su mente estaba trabajando ¿Qué le preocupa? ¿Alguna discusión con Dante? ¿Algo sobre Mikail? Cuando sintió su mirada sobre él, Antoni giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los de su esposa, durante unos segundos, no hubo palabras, solo ese lenguaje s

