Capítulo 3: Quien Fui

913 Words
IG:@s.dalsanto17 El hecho de que hayan roto las reglas y su familia sepa mi apellido y lo más obvio que mi nombre también, ha hecho que esta misión se tornara aún más importante para mí. Nunca hay lugar para los errores, pero ahora mucho menos. Mi identidad fue develada y eso podría significar un caos si algo sale mal. Está claro que esta será la misión de mi vida, solo espero estar a la altura de las circunstancias. Repaso en mi mente todos los puntos a seguir y cada vez que un pasajero se levanta de su silla, mi mirada sigue disimuladamente cada uno de sus pasos. Necesito saber si hay alguien más involucrado en esto, o es que realmente estoy solo. Ni hablar de que debo estar atento a cualquier persona que pueda representar un peligro. Para llegar a mi destino, no solo he tenido que tomar más de un tren, sino que también caminar de una estación a la otra y luego a varios buses donde lo protocolos de seguridad han sido igual o más estrictos por mi parte. Afortunadamente, no ha habido ningún movimiento extraño y esto ha permitido que mi llegada a Verrières-de-Joux sea sin retrasos. Bajo del último autobús con mi mochila al hombro, y empiezo a camino siguiendo las instrucciones de mi GPS satelital. Esta comuna es muy pequeña, apenas cuenta con una población que sobrepasa las 400 personas, pero eso no es importante para mí. Este sitio está ubicado en un punto estratégico para mí y me ayudara a llegar más pronto a mi destino. No hay aceras por aquí, pero si una ruta por donde transitan los poco autos que pasan por esta área y me ayudan a moverme un poco más fácil. Nunca dejo de mirar a mi alrededor a pesar de que lo único que veo es un paisaje verde y montañas rodeándome. Observo cada auto que pasa esporádicamente y continuo con mi camino hasta que finalmente llego al centro del poblado. Continúo siguiendo las indicaciones de la pantalla, hasta que llego a una casa que se encuentra bastante alejada de las demás. Se puede observar que detrás de esta hay una caballeriza donde varios de estos animales se mueven libremente mientras relinchan. Apago el GPS, lo guardo en uno de los bolsillos de mi mochila, y toco a la puerta. Miro la hora y sé que no podre salir hasta mañana, de otra forma tendré que hospedarme en algún lugar en Suiza para pasar la noche y eso podría ser contraproducente para la misión. —Pero ¡Miren a quien tenemos aquí!— Escucho la voz de Adam apenas se abre la puerta y me sonríe para después abrazarme —¡Bienvenido amigo!— Exclama y solo puedo responder a su eufórica bienvenida. —¡Ya echaba de menos tu euforia!— Bromeo y de a poco nos vamos soltando. —Me imagino, siempre fui el más divertido del grupo— Comenta entre risas mientras que abre un poco más la puerta —Pasa, es mejor si no te ven mis vecinos— Dice sarcástico. —¿Hablas de los caballos?— Inquiero entre risas. —De ellos mismos— Contesta siguiéndome el juego —Entonces, ¿Cómo te quieres llamar en esta ocasión?— Averigua sin rodeos. Pienso un poco en su pregunta y ni siquiera sé que responderle —Supongo que algo muy común y que confunda mucho en el caso de que busquen— Contesto mientras voy caminando por esta casa que pareciera haberse quedado estancada en el tiempo —¿Todavía conservas todas las medallas?— Pregunto al ver los cuadros con las fotos y medallas de las misiones en las que estuvo durante sus años en el ejército. —Es mi vida en una pared… fueron años duros, ¿no?— Habla y claro que lo entiendo, estar en Afganistán no fue nada fácil, fuimos por algo que parecía ser muy simple, pero termino convirtiéndose en un algo que perduro años. —Lo sé, perdimos muchas cosas que jamás imaginamos— Comento y trato de no profundizar en el asunto. —Así es, pero bueno, ¿Qué nombre quieres? ¿Te iras hoy?— Presiona. —Me iré mañana, ¿Cuál es el nombre más común en Suiza?— Indago y sonríe. —Busquemos la respuesta— Sugiere sosteniendo su celular en la mano y reímos. —A ver…— Murmuro y me acerco a él para poder ver los resultados. —¿Peter? ¿Hans? ¿Cuál te gusta más?— Cuestiona divertido. —Hans— Respondo. —¿Müler o Meier?— Añade después de buscar apellidos. —Meier— Señalo y asiente. —Perfecto, entonces Hans, acompáñame a tomarte una fotografía para tu nuevo pasaporte— Me pide y sintiéndome tal y como aquellos años donde ayudábamos a que algunas mujeres pudieran escapar de zonas extremadamente peligrosas, vamos a su cuarto de identidad como le llama él para así protegerme una vez más de cualquier tipo de situación peligrosa que pueda llegar a suceder. Sabemos muy bien como movernos en este ambiente, que cosas podemos hacer y cual otras nos para que nuestra vida en si no se vea afectada. Somos conscientes del riesgo que corremos y por eso nos dedicamos a esto, la adrenalina que ya no nos proporciona nuestra carrera militar la sustituimos por la constante sensación de saber que algo puede llegar a salir mal si damos un paso en falso.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD