Después de una conversación corta entre los hermanos después de esos cortos días de separación ambos se encaminaron al auto, Leonard callaba sentado en la parte de atrás de la camioneta a lado de su hermano, quien permanecía serio e imperturbable a su lado sin decir ni una sola palabra. No tenia mucho que agregar, pero notaba que entre ambos había cierto desapego que pocas veces se lograba sentir entre su relación de hermandad. Lucían no era estúpido y supo de inmediato que algo le pasaba a su hermano. —Pareces molesto—Murmuró el mayor de los italianos sin mirar a su hermano. —No lo creo. —¿Cuántos años llevamos viviendo juntos? ¿Acaso piensas que soy un estúpido Leonard? —Entonces los ojos azules de Lucían se centraron en él poniéndolo nervioso—Sabes que no hay nada que no puedas decir

