16.Decisiones

1461 Words
PUEBLO DE ANDALUCÍA CHANGEL Don Arnoldo ha venido a exigirnos el pago del préstamo en varias ocasiones, le hemos dado todo lo que tenemos, pero ni así nos alcanza para liquidar la deuda y es que los medicamentos de mi madre y sus gastos médicos nos han hecho gastar y gastar a lo bruto, y lo peor del caso es que ella nomás no mejora. — Ya te lo dije Juan, necesito que me pagues mi dinero lo más pronto posible — exige don Arnoldo — Tú sabes que vivimos al día y…— explica mi apá, pero ese señor se hace el sordo. — Sin pretextos ni lloriqueos, Juan, tú sabes que yo te he esperado más tiempo del que cualquiera, pero ya no puedo ayudarte más, no luego del desprecio que tú y tu familia le hicieron a mi hijo Eliseo, quien sabe a dónde mandaste a la Estrellita para alejarla de nosotros y así no, Juan, mi hijo la quería bien y todavía sufre por su rechazo… ¡Esto no puede continuar así! Ese señor cree que porque le debemos dinero tiene derecho a decidir sobre la vida de los demás, y pues ni modo, aunque extraño mucho a mi hermanita, me alegra que se haya ido muy lejos de ese par y probablemente, yo también tenga que marcharme para poder ayudar a mi familia con otro tipo de trabajo. CIUDAD DE BUENAVENTURA ESTRELLA El padre Jacobo vino a verme, dice está tan contento con mi trabajo que hasta podría conseguirme trabajo en una casa de familia adinerada, eso sería perfecto para nosotros, así podría comenzar a ahorrar para cuando llegue mi bebé. Ahora sólo debo esperar a que el padre Jacobo hable con esos señores y pronto mi nueva vida sí comenzará. Tengo mucha esperanza e ilusión por conocer a mi bebé, ya hasta he pensado en el nombre que llevará. si es niña se llamará María Sofía como mi mamá y mi hermana, si es niño Juan Pablo como mi apá aunque no me quiera en su vida por mi deshonra, pienso en ellos todo el tiempo y tengo en corazón en mil cachitos, a veces hasta lloro, pero no quiero tener que dar explicaciones de la tristeza que invade mi alma, sólo quiero pensar en lo bonita que se me está poniendo la vida aquí. — Estrellita, ¿Otra vez estás llorando? — pregunta una de mis compañeras refugiadas — Perdón, es que el embarazo me tiene toda sentimental — Es algo normal, pero creo que tu tristeza se debe a algo más, tal vez si me cuentas podrías desahogarte — Por ahora estoy bien, muchas gracias — Entiendo, no me tienes confianza — No, no es eso — No te preocupes, es mejor así, pues no sabemos si mañana estaremos aquí, tal vez alguien nos lleve a su casa a trabajar o tal vez encontremos el amor y nos casemos — No es eso de verdad, es sólo que no estoy lista para hablar del tema — Te comprendo, pero dime, ¿Verdad que sería muy lindo que un buen hombre se enamorara de nosotras y nos propusiera matrimonio? — Pero qué cosas dices, Nallely — Yo sí me imagino algo así, el que tengamos un hijo de otro no nos hace malas mujeres, sólo metimos las cuatro patas, pero también tenemos derecho a ser feliz, hay hombres que sí quieren a los niños de otros, no puedo creer que tú no te imagines un amor así de bonito. Las palabras de Nallely me dejaron pensativa durante todo el día, tanto que la imagen del joven que me dió de comer vino a mi mente como por arte de magia. No, no, yo no puedo estar enamorada, ni siquiera sé lo que es eso, nunca en mi vida he tenido un novio y ahora la simple idea me aterra, no podría soportar tener a un hombre cerca de mí ni mucho menos para ser mi esposo, ahora la simple idea del primer beso me causa asco y miedo, mucho miedo. IGNACIO En la universidad nos ofrecieron un intercambio estudiantil y me gusta la idea de conocer otras ciudades, además iría a la mejor universidad del país y eso me llama la atención, pues quizá pueda quedarme allí a terminar la carrera, lo tendré que hablar con mis padres y tomar una decisión pronto, aunque ellos no son los que me preocupan, más bien es Marbella la que no sé cómo lo tomará, es tan insegura y dependiente emocionalmente que podría ser un problema para mí, pero ni modo, si no está de acuerdo será necesario darnos un tiempo para que lo piense mejor, ya que no quiero vivir el resto de mi vida atado a una mujer que sólo piensa en sí misma y nunca en mis aspiraciones. PUEBLO DE ANDALUCÍA JUAN PABLO Mi hijo Changel ha estado muy preocupado por la situación con don Arnoldo, tanto que me temo que también se irá pa’la ciudad, con el dolor de mi alma, pero tengo que aceptarlo, no vaya a ser que se cumpla la otra parte de mis visiones, esas donde él sale perdiendo hasta la vida por enfrentarse a esa familia. — Apá, yo tengo que hablar con usted — Ay, mijo, yo me imagino de qué — pues sí, apá, yo no puedo permitir que don Arnoldo y su hijo vivan saqueándonos cada día por eso he decidido irme a trabajar pa´la ciudad — Yo lo sabía, hijo, y sabes bien que no puedo interferir en tu decisión, tú ya eres un hombre hecho y derecho — Ya doña Chepina me puso en contacto con su yerno que trabaja allá desde hace tiempo y mañana mismo me voy — Ah, jijo, más rápido de lo que pensé, pero ni modo — pos sí, apá, al mal paso hay que darle prisa, ¿Pos qué no? — No, pos sí, mijo — Yo mismo hablaré con mi mamacita pa´que no se preocupe, a lo mejor se calma sabiendo que buscaré a la Estrellita ya estando allá — Pos sólo así, mijo, pos sólo así — Verá que pronto le tendré noticias y le traeré el dinero que falta pa´terminar de pagar la deuda, yo mismo le entregaré el dinero al aprovechado ese Y sí, lo que me temía, mi hijo también se me va y nos quedaremos sólos con la Sofía, espero que su destino sea mejor que el de la Estrellita. — Ándele pues, mijo, no pierda más el tiempo aquí y vaya a alistarse para el viaje de mañana, ya sabe que es largo y cansado — No, apá, ¿Cómo cree? Yo aquí me quedo hasta que termine el día como siempre, quiero aprovechar para ayudarle lo más que pueda mientras esté aquí — Ay, mijo, no sabes cuánto te voy a echar de menos, me vas a hacer muchas falta — Lo sé, apá, pero usted sabe que es necesario o nunca saldremos del apuro, además, a lo mejor mi amá necesita que le llevemos a un hospital de la ciudad ya para que se cure y solamente estando allá es que podré ayudarlos como debe ser. — Pos sí, tienes razón… CIUDAD DE BUENAVENTURA PADRE JACOBO Las muchachas y yo hemos salido a vender todo lo que ellas hacen en el refugio, artesanías, galletas, bufandas, etcétera, la mayoría son muy trabajadoras y tienen ganas de salir adelfas, aunque hay otras que padecen depresión y requieren otro tipo de cuidados, pero Lupita les ha ido inyectando alegría cada día que pasa, es una muchacha muy alegre y servicial, siempre ayudando a sus compañeras, una verdadera bendición divina. Con tanto trabajo no he podido platicar con los señores Monsalvo para saber si la aceptan en su estado, aunque son tan buenas personas que casi estoy seguro de que lo harán sin pensarlo. Dios quiera que algún día encuentren a la hija que por tantos años han buscado, sólo él sabe porqué hace las cosas y si lo conseguirán algún día. IGNACIO Hoy he invitado a Marbella a cenar en casa para hablar sobre mis planes de intercambio estudiantil, tengo un poco de miedo sólo de imaginar su reacción, pero es algo que no puede esperar más, pues la universidad necesita mi decisión para mañana mismo. — Familia, como les mencioné, necesito participarles una decisión que tomé — tomo la mano de Marbella intentando que no me lo tome a mal… MARBELLA Ignacio está hablando con mucha seriedad y hasta está tomando mi mano, ¿Acaso me pedirá que nos casemos pronto? ¡Muero de emoción! ¡Muero de emoción! Sonrío y espero las dulces palabras de mi prometido, esas que espero con tanto júbilo.
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