Ludmila se quedó rígida mientras miraba a Franco. Sus ojos se conectaron con los del italiano quien pudo sentir el nerviosismo de la mujer ante su propuesta. Lo siguiente que se escuchó fue el sonido de un arma siendo cargada y después dos escuadras apuntar al capo italiano directo a la cabeza. Franco sonrió al sentir el cañón del arma en su cabeza pero no fue el único que rió, pues Lucian sorprendió a Ludmila cuando soltó una risa ronca ante la propuesta. —Calma. Franco con aquellas palabras indicó a sus hombres que no les apuntarán a los Salerno a pesar de que ellos si le estaban apuntando a él. Los ojos de Leonard eran rabia pura y qué decir de Luca quien consideraba aquello un insulto. ¿Cómo podía pedirle a su hermana? —Que buena broma, Contti, tan buena que Leonard y Luca se l