El desayuno para Clara
El lunes por la mañana, muy temprano, Valentino Moreno comenzó su rutina habitual con disciplina. El sol apenas iluminaba la ciudad cuando terminó su entrenamiento matutino, uno de los pilares de su vida. No podía descuidar su físico ni su desempeño como policía, y mucho menos su apariencia, especialmente ahora que Clara ocupaba su mente y su corazón de una manera que no podía ignorar.
Después de la ducha rápida y el cambio de ropa, Valen condujo directamente a una cafetería cercana para recoger un desayuno especial. Aunque trataba de mantener la cabeza fría, algo dentro de él lo impulsaba a sorprenderla con pequeños gestos que expresaran lo que aún no se atrevía a decir con palabras. Estacionó frente a la oficina y revisó el contenido del asiento del copiloto: un
