Capítulo 6 Sospechas y Encantos El sábado por la tarde en la casa de Carla el sonido del timbre resonó en el departamento de Clara. Ella, en pijama, con el cabello recogido y rodeada de carpetas y papeles, caminó hacia la puerta. Sabía que era Iván; puntual como siempre. —¡Iván! Justo a tiempo —dijo mientras abría la puerta, y lo vio con su habitual sonrisa afable, un maletín en la mano y una chaqueta impecable. —¿Cuándo no, hermanita? Siempre estoy para ayudarte —respondió mientras entraba. Clara vivía en un apartamento pequeño, pero acogedor. Era un reflejo de su carácter: ordenado, práctico y decorado con tonos neutros, con toques de calidez que venían de pequeños cuadros y plantas estratégicamente colocadas. Sobre la mesa de la sala, había una pila de carpetas, papeles desparrama

