Parpadeo mientras lo miro, tratando de procesar lo que acaba de decir. Las palabras se atascan en mi garganta, incapaces de salir. —Vamos, Kyle puede conseguirle a Lary otra joya. Me gusta este para ti, así que pujemos más alto —dice Dylan, sosteniendo mi mano junto con la tarjeta y levantándola con decisión. —¡300 millones de dólares! —anuncia con una voz firme y clara. El lugar cae en un silencio absoluto una vez más. Siento cómo la atención de todos en la sala se posa sobre nosotros. ¿Por qué parece que cada vez que Dylan puja, el mundo se detiene? Aunque dudo que sea el más rico aquí, está claro que no teme gastar cantidades exorbitantes en una sola noche. Me esfuerzo por mantener la calma, pero no puedo evitar pensar que Dylan no debería asistir a este tipo de eventos. Definitivam

