Capítulo 3

1780 Words
Capítulo 3 Narra Valesheka: Llegamos al instituto y todos se nos quedaban mirando. Me sentía rara, cada rato me bajaba la camiseta para que no se me vea mi ombligo pero era en vano, ya que se me veía igual y Cordelia miraba feo a cualquiera que se le acercara. –     Valesheka te voy a matar tengo más de 300 años y nunca me había sentido así. Parezco una puta, pero para magnates. –     Y que quieres que haga, por si no recuerdas yo también estoy vestida igual– me mira feo y después se ríe. –     Bueno ya que soy tu guardiana, creo que tenemos que hacer las mismas cosas. –     Hola chicas.... ¡Wow!– Diego nos miraba primero a Cordelia y después a mí, solo que no despegaba la mirada de mí. Siento como mi cuello y orejas se calientan. –     Deja de mirarla la vas a desgastar– rodó los ojos me río un poco incomoda. –     Celosa mi querida Cordelia. –     Ni un poco– le sonríe y escuchamos la bulla de un carro volteamos y veo que es el carro de Noah y los chicos, él baja molesto de su carro me ve y se queda quieto. –     Esto se puso interesante– dice Diego en voz baja. –     Cállate Diego– Cordelia callo a Diego, los chicos comenzaron a verme y Harding no dejaba de mirar mi cuerpo, Noah se acercó furioso hacia mí. –     ¿Qué crees? viniendo como puta te vamos a dejar de tratar como la nerd que eres te vez tan estúpida... – no deje que terminara porque le di un cachetada, él se agarraba la mejilla enrojecida. –     Nunca más me vas a volver a tratar como si yo fuera un puta, soy tu hermana, te guste como si no. Y no sabes cómo me duele serlo– le digo entre dientes. –     Estúpida como te atreves– él avanzo pero Diego se puso delante de mí, como una barrera. –     Si te le acercas soy capaz de matarte, no le vuelvas a hablar así– Diego no gritaba pero estaba enojado y se le notaba por su voz, yo me sentí mareada. –     Val ¿Estas bien?– me pregunta Diego, me agarre fuertemente de él, ya veía borroso y me dolía la cabeza a punto de reventar. –     Me... siento... mal– comencé a hablar entrecortada mis piernas se sentía gelatina, Diego me agarro antes que cayera al piso. –     ¡Val, nena por favor, no nos hagas esto!– veía a los chicos ellos estaban asustados, se le veía en sus rostros mis ojos se ponían pesados. –     Pequeña no nos hagas esto– me pareció la voz de Harding, fui lo último que escuche, antes de caer en un profundo sueño. [...] Comencé a abrir mis ojos de a pocos y me dio un pequeño dolor de cabeza por la luz, estaba en una habitación blanca por lo que supuse que estaba en el hospital. Tenía una vía en mi brazo, recordé todo lo que paso en el instituto y me dio ganas de llorar, alguien abrió la puerta y era Cordelia. –     Ya despertaste, sí que me diste un susto. Ya no hay tiempo, tienes que beber de mí ya– veo como clava su muñeca y me la da, al principio tengo arcadas sabe a metal, es asqueroso pero tomo una buena cantidad, veo como su mordida se cicatriza. –     ¿Estás bien?– siento mi cuerpo un poco débil. Le pregunto por Diego pero me dijo que se tuvo que ir, su papá lo estaba llamando. –     Tranquila estoy bien– le di una pequeña sonrisa y en esas entra Noah y los chicos. –     ¡Val que susto me diste! ¿Estás bien hermana?– me abraza estoy en shock, se separó de mí. –     ¿Hermana? que trajeron la cámara para grabarme ¿O qué? – es como ver en cámara lenta la cara de Noah transformarse de preocupado a el mismo Noah de siempre. El que odia a su hermana y no me da me segunda oportunidad a pesar de mis errores, soy humana los errores de los humanos es equivocarse y siempre voy a cargar con ese peso. –     No ilusa, vinimos a ver si ya te habías muerto y así nos ahorras la vida– los chicos se rieron y siento como mi rostro se pone caliente pero no por la vergüenza si no por el enojo yo comencé a llorar. –     ¡LARGATE, LARGANSE! DEJENME MORIR TRANQUILA– ellos se sorprendieron y salieron y yo comencé a llorar más fuerte y a gritar, sentí mi garganta desgarrarse– ¡COMO TE ODIO NOAH HARRELSON DESEARÍA NO SER TU HERMANA. TE ODIO LOS ODIO! –     Tranquila val ellos no lo merecen, ya no llores– me abrazo y no nos despegamos. Nunca lo perdonare por meses soporte la perdida de mis padres sola, no dejare que me humille nunca más, ya no seré su títere. Narra Noah Ella me odia y eso no me lo voy a perdonar, pero ella me va a tener que perdonar. Desde que murieron mis padres fue lo único que me quedo, pero siento que cada vez que la veo fue su culpa de que mis padres fueran a buscarla ese día que el maldito de Andrés la dejo, si ella no se habría ido con el idiota ese día, mis padres no tendrían que haberla ido a buscar y todos seguiríamos juntos.  Al que sé que le duele lastimarla es Harding porque ese día que ella se fugó con Andrés él le iba a pedir que fuera su enamorada. Él la ama pero le da celos con Adriana a nadie nos cae, pero todo eso por molestar a mi hermana. –     Ella me odia– dije en voz alta. –     Corrección nos odia– dijo Harding, sus ojos estas aguantando lágrimas. –     ¿Creen que nos perdone? – pregunto Lois, nos mira a todos pidiendo alguna salvación. –     Obvio que nos va a perdonar, acuérdate que Val no es de esas personas que guarda resentimientos– dijo Logan. –     No se chicos yo tengo mis dudas– Logan le tira un lapo en el cuello– ¡Eh! –     Cállate Zev– Logan frunce el ceño hacia Zev, veo a un doctor acercarse a nosotros. –     Ustedes son familiares de la señorita Harrelson. –     Sí, yo soy su hermano. –     Podemos hablar. –     Claro– los chicos y yo seguimos al doctor, vamos por unos pasillos y entramos en un consultorio, blanco y pulcro en una pared están unos cuadros con lo que parece certificados. –     Siéntense por favor– Harding y yo somos los que nos sentamos, Logan, Zev y Lois se quedan parados detrás de nosotros. –     ¿Doctor porque mi hermana se desmayó? –     Su hermana está muy mal, yo hable con ella y su prima le dije qué... –     ¿De qué habla? ¿cómo que mi hermana está mal?– lo interrumpo, los chicos miran al doctor. –     No se los dijo verdad– todos negamos con la cabeza–: A la señorita Harrelson le encontramos un tumor maligno hace tres meses, lo malo es que no podemos operarla ya que se encuentra muy profundo por él cráneo, no le queda mucho tiempo de vida. –     M-me esta... diciendo que Valesheka va a mo....–Harding no termina la frase y se pone a llorar, yo ni puedo ni racionar. –     ¿Esto es una broma cierto?– pregunto miro a los chicos y todos están llorando Lois no para de negar con la cabeza. –     Lo siento, desearía hacer algo pero no puedo, Valesheka va a morir pronto. –     ¡NO ELLA NO VA A MORIR! – grito, me paro de la silla y comienzo a caminar por todo el lugar. –     ¡NO! mi Val ella no va a morir ella, ¡está bien!, si está bien– veo como Harding golpea la mesa del doctor y él se sobresalta, Logan lo agarra de los hombros y lo abraza Lois se acerca a abrazarme pero no lo dejo, salgo de la habitación. Siento como las paredes se me cierran y mis pulmones le faltan aire. Ella no se puede morir es la única persona que me queda y yo la trate muy mal, debimos sostenernos juntos después de la muerte de nuestro padres pero en vez de acercarnos, nos alejamos, y todo por mi culpa. Narra Valesheka Ya estaba lista para salir del hospital, lo malo es que me tenía que poner la misma ropa. Salí de la habitación y Cordelia se paró y comenzó a reír. –     Ya Cordelia cállate, que tú también te vez igual que yo– ella se puso sería y rodó los ojos. –     Bueno, oye estas más pálida de lo normal ¿Segura que estas bien? –     Bueno acabo de tener un desmayo, es obvio que tengo que estar pálida, pero estoy bien tranquila. –     Si pero tu trasformación todavía no está hecha y ya estas color muerto, ya mejor vamos tengo hambre, antes de que me cene a una enfermera. –     Yo también, ósea tengo hambre no me quiero cenar a un enfermera ¿A dónde vamos?– salimos de la habitación. –     Ya se– se paró y yo frene– mi papá te quiere conocer ¿qué tal si vamos a cenar a mi casa? –     Crees que sea lo correcto– la miro insegura. –     Obvio ya pronto formaras parte de mi familia, de paso conoces a mi persona favorita. –     Está bien, vamos– sonreímos, caminamos pero me encuentro con los cinco idiotas. Sus ojos están hinchados y rojos, parecen que estaban llorando. –     Vamos Val– nos agarramos del brazo, seguimos caminando pero escucho que me llama Noah, me detengo pero no volteo. –     Valesheka, yo podría llevarlas– dijo él ¿tímido? que creo que el desmayo me afecto al oído porque escuche mal. –     Estas seguro, no mancharía tu auto con mi presencia– me volteo y lo miro. –     No claro que no, aparte éstas muy pálida y para nosotros no sería molesto, igual vamos todos al mismo lugar. –     Vamos Val, tienen razón– la miro y miro a Noah y asiento. En el trayecto nadie dice ni una palabra y lo agradezco ya que no sé qué responder, bajamos del carro y yo subo a mi habitación con Cordelia. –     Eso fue lo más raro que he visto. –     Quizá se está reivindicando– la miro y se ríe yo la sigo. –     Si claro.
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