Isaac
Verla correr de ese modo, fue realmente impresionante, y correr tras ella, reconozco solo para mi, fue excitante. Esta niña es un maldito enigma. Y ahora se pone roja cuando le digo que fue admirable. Esto es algo nuevo. En una semana que lleva aquí, no la había visto sonrojarse, ni cuando estuvo en ropa interior frente a mi. Bajo mi mirada, porque no quiero que me vea sonreír al notar su rubor.
Sus piernas estaban hechas un caos, completamente duras, y de verdad ¿Qué carajo hace esta escuincla? Sus manos se clavan con muchísima fuerza en mis hombros. Y sus piernas estas extremadamente bien trabajadas, tiene músculos, esta fuerte, es claro que se ejercita, tal vez en el gimnasio de la universidad, por eso siempre llega con otra ropa.
Termino de darle masaje en ambas piernas, y l
