SOVERATO, REGIÓN DE CALABRIA. La tensión estaba presente. Renata tenía una sonrisa tensa en los labios que intentaba con todas sus fuerzas hacer parecer sincera en la mesa. Yo no tenía humor. Había estado ocupado con mis negocios y pensando seriamente en el siguiente paso de mi plan. Me alejé de todo lo que tenía que ver con cierta mujer por un par de días por mi salud mental y por mis ocupaciones. No había medido lo obstinada y problemática que podría ser. ¿En que estaba pensando cuando me metí a tentarla en esa ducha? Mis pensamientos no me habían dejado en paz. Cerraba los ojos y la veía desnuda. Los abría y pensaba en sus pechos. No había forma de que me abandonara. Había sido la peor decisión de todos estos años. La mujer me gustaba, junto con todo lo que podía provocar y yo la e

