Encuentro Salvaje

Capítulo 3

Eran ya casi las 5:00 pm cuando llegaron a la reservación, el cielo amenazaba con derrumbarse, las nubes negras ocultaban la luz del sol que se ponía en el horizonte definitivamente tendrían que pasar la noche en la reserva y regresar a la comunidad al día siguiente, a Mónica no le agradaba tanto la idea puesto que sentía que entre más tiempo pasara cerca de Jonathan iba a ser mucho más difícil mantenerse alejada de él porque aun cuando le gustara mucho ella tenía motivos muy poderosos para no dejarse llevar por lo que consideraba una simple atracción.

Al acercarse a la entrada Mónica se sorprendió al ver una tranca atravesada en el camino que impedía el paso del vehículo, detuvo la camioneta y se bajó temerosa de lo que pudiera pasar, la estrategia de los troncos era usada comúnmente por los asaltantes y las provisiones que llevaban a bordo eran de mucho valor para cualquiera en un lugar con tantas carencias estaba.

Jonathan bajó también de la camioneta para tratar de mover el tronco cuando de pronto escucharon a lo lejos un grito de advertencia.

- ¡No podrán pasar !, ¡Por favor no se acerquen mucho! ¡Descarguen los medicamentos y los víveres, los trasladaremos desde aquí! -

- ¿Qué es lo que pasa? - Preguntó Mónica- porque no podemos entrar?

- Tenemos un brote de Tos ferina, ya tenemos siete casos, están aislados y con tratamiento, pero por seguridad será mejor que no se expongan -

 A Mónica no le quedó otro remedio que romper su voto de silencio contra Jonathan y tuvo que pedir su ayuda.

- Voy a necesitar que me ayudes a bajar las cajas, no se mucho de esa enfermedad, pero si sé que han muerto personas por su causa - Debemos bajar todo rápidamente y volver lo antes posible para ganarle tiempo a la tormenta estaremos en problemas si comienza a llover.

- ¡Guau! - exclamó Jonathan - ¡Si hablas !, pensé que algún león había devorado tu lengua- dijo en tono sarcástico. 

- No es momento para bromas- exclamó Mónica molesta - Date prisa! -Ordenó comenzando a bajar las cajas ella misma.

 Descargaron la camioneta lo más rápido posible, Jonathan bajaba cada una de las cajas con gran destreza y agilidad, como si realmente estuviese acostumbrado a hacerlo, Mónica bajaba las cajas más pequeñas y una que otra grande también, en cuanto terminaron emprendieron el regreso.

Antes de subir a la camioneta pudo ver como se acercaba uno de los vehículos de la reservación para llevar los víveres adentro.

- ¡Vamos rápido! - Dijo Mónica pisando el acelerador - tenemos que tratar de llegar al risco antes de que empiece a llover!  si lo logramos estaremos bien -

- ¿Porque es tan importante llegar al risco? - Preguntó Jonathan -

Monica lo miró enfadada de tener que explicar, pero lo hizo- A partir del cruce del risco, es una carretera firme, a partir de allí conducir bajo la lluvia es un poco más seguro, estas veredas son inciertas, nunca sabes si vas sobre el cauce del agua, la fuerza de la lluvia arrastra lodo y piedras, en el mejor de los casos podemos quedarnos atascados en el lodo, en el peor ... No quieres saber el peor, abajo hacia el este hay una represa y el suelo se convierte en un río con corrientes de agua, puede arrastrarnos con todo y vehículo eso sin contar que estaríamos a merced de animales salvajes, en esta zona se han avistado manadas de elefantes que bajan a tomar agua y cuando se sienten amenazados son capaces de derribar un camión.

 Jonathan se sorprendió mucho con aquella explicación y se quedó mudo, nunca imaginó hasta qué punto arriesgaban la vida estas  personas por llevar un poco de ayuda, al mirar a Mónica tan hermosa, su admiración por ella fue más allá de la apariencia física; él tenía decenas de amigas que nunca dejarían los desfiles de modas y los salones de belleza por llevar  provisiones a personas y animales necesitados y menos si al hacerlo tuvieran que arriesgar la vida; sin embargo ella estaba aquí exponiendo su vida a peligros inimaginables y todo para que un pequeño elefante recibiera su formula a tiempo y tuviera la oportunidad de sobrevivir.

Mientras Mónica conducía a toda la velocidad que la vereda le permitía no podía dejar de pensar que Jonathan no era cómo ella lo había pensado, descargó las pesadas cajas con gran agilidad y sin quejarse, tal vez no era un principito inútil cómo ella había pensado, suspiró al recordar cuando comenzaron a bajar las cajas y el se quitó la camisa para sentirse más cómodo y ella disimuladamente pudo admirar su espectacular físico.

Llevaban poco más de una hora de camino cuando comenzó a llover, faltaban casi dos horas para llegar al risco,

 - Maldición - exclamó Mónica- bajando la velocidad - 

La lluvia cada vez era más fuerte y hacía más difícil ver el camino a pesar de los limpiadores.

-No sería mejor detenernos y esperar a que pase? Preguntó Jonathan-

-Imposible, - dijo Mónica - estamos en una pendiente, la lluvia puede tardar horas y la corriente puede arrastrarnos- debemos salir del camino, y tratar de llegar a un punto más alto allí podremos detenernos y esperar.

Avanzaron alrededor de 3 kilómetros más, la lluvia era tan fuerte que rápidamente comenzó a formar corrientes de agua, aquella zona en declive servía como conducto para que el agua se acumulara en la represa de la cual bebían los animales en esa época del año, la corriente era ya tan fuerte que hacía que la camioneta se moviera, a la izquierda del camino Mónica pudo ver lo que parecía una pequeña meseta y decidió salir del camino

- Allí - le dijo a Jonathan- voy a tratar de llegar hasta allí-

Avanzaron aproximadamente trescientos metros, todo pasó en cuestión de segundos, la camioneta se desplomó de la nada cayendo al precipicio, Mónica y Jonathan ni siquiera se dieron cuenta de lo que había pasado.

La lluvia no les permitió ver qué se dirigían hacia una trampa para elefantes, los cazadores furtivos cavaban grandes agujeros que cubrían con ramas y tierra suelta, esperando que algún elefante cayera dentro para despojarlo de su preciado marfil.

Esa trampa destinada para capturar animales salvajes, fue lo que provocó el accidente ...