Deseo por instinto

1296 Words
Dayane creyó todo lo que le dije, era como una niña, podría decirle lo que sea y lo creería, eso solo hacia que me sintiera peor, jamás me han gustado las mentiras, me parece que es algo muy bajo que solo lo hacen personas de muy baja calaña. Esto no tenia que ver con dinero, porque he visto personas que tienen mucho dinero decir las mentiras mas grandes, se podría decir que las mentiras son en proporción a su riqueza, era algo despreciable de ver y oír. Ahora luego de años de odiar ese hecho, era yo quien estaba mintiendo, no me podía sentir mas bajo, pero lo que pensé fue "es por una buena causa" y "tengo buenas intenciones". Como si eso fuera excusa para mentirle a alguien, mucho menos cuando era alguien que estaba siendo amable y sincera contigo. - Bueno, basta de mis enfermedades. Mejor cuéntame de ti, ¿tu que enfermedad rara tienes?- pregunte con gracia. La verdad es que sabia la respuesta, Dayane era una mujer totalmente sana, no tenia ninguna afección patológica ni de ningún tipo, eso es lo que aprendí en años observándola... Por mas mal que suene eso - Bueno... la verdad solo tengo una...- dijo Dayane quedándose después en silencio  -¿Que? imposible, claro que no tienes nada, estoy seguro - exclame  -Ahora tu sabes mas de mi que yo misma... mm así que eres de esos que les gusta controlar todo ¿eh?- dijo con una expresión picara en su rostro - Parece que tienes mas que una enfermedad estomacal amigo mío jajajaja - continuo Dayane -No... no me refería a eso, es solo que no me lo parece, te ves... muy bien -  Sin darme cuenta ya le estaba haciendo cumplidos. - Así que ¿te gusta como me veo? - dijo sonrojada y con una sonrisa mientras miraba al piso. - Si - dije sin dudarlo dos veces En ese momento ni siquiera estaba pensando, era como si estuviese en piloto automático, se que me veía totalmente relajado, pero por dentro me estaban comiendo los nervios. Hubo un silencio un poco incomodo, pensé que se debía a que ella tal vez estaba igual que yo. -Pero hey, no me has contestado la pregunta que te hice -Dije repentinamente para romper con el silencio -S-si, claro, mi enfermedad, jaja jaja - dijo nerviosa. Esa tenia que ser la sonrisa mas incomoda que había escuchado, me sentía mal por haberla hecho sentir así, era yo quien la estaba incomodando con mis preguntas extrañas y mis reacciones aun mas extrañas. - Bueno, la cosa con mi enfermedad, es que te la diré mas adelante, aun no se si pueda confiarte ese tipo de cosas. No hemos llegado a ese punto de la relación - Dijo jugando. Sabia que no era enserio pero eso no hacia que me sintiera menos emocionado. En ese momento me di cuenta de que ya la desconfianza y cautela que tenia cuando Dayabe se me acerco por primera vez, se había ido, me sorprendía que no me costo tanto como pese que me costaría, ella de verdad podía cambiar mi forma de ver las cosas en un minuto. -Relación...- dije con recelo - Okey, supongo que tienes razón. Pero ya que no me puedes contestar eso, entonces dime al menos que película veremos. -Bueno, creo que estamos listos para dar ese paso jajaja - se burlo Dayane - veremos una que se llama Madnes people, se que te gustara - ¿Por que estas tan segura? - Porque el protagonista es super fuerte, pelea contra un alienigena y tal vez se queda con la chica correcta... o con ninguna. Dime que no te da curiosidad -Bueno, mientras el alien y la chica no sean la misma persona creo que va bien. - JAJAJAJAJAJA Waoo, eso seria un verdadero giro, deberías dedicarte a esto - Dijo Dayane - ¡HEYY MIRA LO QUE HAY MAS ADELANTEEEE! - Exclamo Dayane con gran energía - Dime que es una tienda donde vendan tímpanos, porque te acabas de comer los míos ashh- Dije bromeando Cuando estoy en lugares abiertos, tiendo a restringir mi audición lo mas que puedo, con el tiempo he aprendido a manipular la audición y el olfato a voluntad, pero aun no los domino por completo, pero sin embargo Dayane estaba demasiado cerca y n un rango de dos metros puedo escuchar inclusive los pasos de una hormiga, así que ese grito en realidad si me afecto, pero nada que no haya pasado antes -jajaja Que dramático eres, quien te viera con toda tu pinta de chico rudo y oscuro llorando porque no soporta un pequeño grito de sorpresa. -La cosa es que todos te escucharon, así que no es un grito taan insignificante, amiga mía. - Si si, lo que tu digas princesa, jajaja ven conmigo - Dijo dayane entusiasmada. Me tomo por la mano y me arrastro hasta un puesto de comida italiana - Que te parece esto, solo puedes comer lácteos y derivados del trigo ¿cierto? - Cierto -Bueno amigo mio, te presento los helados Italianos, son en su mayoría de leche y el cono es hecho de una masa para pan... Osea trigo... ¿Lo ves?. En todo este tiempo ella solo estaba buscando algo que yo pudiese comer, de verdad este era mi mejor cumpleaños. - Me parece bien - dije emocionado mientras la veía. Yo tome uno de chocolate y ella uno de vainilla. Esto se convertiría en mi postre favorito desde ese día. -Y que tal, dime, ¿que te parece? -La verdad ... - iba a bromear diciéndole que no era la gran cosa, peero al ver su cara ansiosa por mi respuesta... - Me fascina, creo que ahora comeré esto todos los días. -Esooo, a eso me refiero jajajaja. Ahora si, vamos al cine a ver la película. Entramos a la sala del cine a ver la película y nos sentamos dos filas encima de la fila del medio, Dayane decía que esa era la posición perfecta, al empezar la película, ambos quedamos en total silencio, yo estaba totalmente sumergido en la trama, era increíble. Un chico que fue creciendo y descubrió que tenia poderes, luego descubrió que no era el único y comenzó a buscar a los demás, pero en ese momento los malos secuestraron a la chica que le gustaba, al parecer quien la secuestro específicamente era otra chica que también quería quedarse con el cuerpo del protagonista. El protagonista quería ir a rescatarla, pero cuando fue y se encontró con las dos chicas... no supe que paso, porque Dayane puso su mano sobre mi pierna y pude sentir su aliento y su mirada fija hacia mi, al voltear nuestros ojos se conectaron y ella se acerco a mi oído -Mi enfermedad, es que siempre consigo lo que quiero, y desde hace un tiempo, eso eres tu - mi mente se nublo y solo actué por instinto, su aroma cada ves inundaba mi nariz por mas que trate de limitar mi olfato, sus palabras eran mas dulces que la miel, era casi como si le diera una orden directa a mi cerebro y no pudiese hacer mas que obedecer. Puse mi mano en su cintura y la otra sobre su cuello, sus ojos brillaban el la oscuridad y su aliento era cada vez mas cálido, podía escuchar como su corazón se aceleraba mas y mas, ella seguía viéndome fijamente con sus ojos entrecerrados, hasta que dejo salir una pequeña sonrisa de placer. No podía contenerme mas, debía hacer algo, porque si no hacia nada y seguía reprimiéndome, podría terminar perdiendo el juicio y dejándome llevar únicamente por mis instintos. Me acerque y bruscamente la bese, solo así pude controlarme un poco
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