Solo para tí.

Alessandra Ricci, una chica de 16 años de edad, cabellos largos color rojo, tez blanca y ojos color verdes, una simpática mujer con una estatura promedio, recien acababa de culminar sus estudios de preparatoria en una emblemática escuela privada. Se encontraba un tanto aburrida en la fiesta de sus padres debido a que la empresa que ellos manejaban estaba recibiendo nuevos inversionistas, su padre era el mas reconocido arquitecto de toda la región, de eso estaba muy orgullosa. Mateo De la Rosa se sentó a su lado para que no se seguiera comportando como una joven aburrida, asi que la chica observó a su padre dándole señas y se abrumo. -Tu padre es un tanto estricto. -Asi es, sabe que no me gusta nada esta clase de cosas. -Que te parece si bailamos un poco para que no te sientas mal, seguro tu padre te dejara de mirar en la forma que lo hace. -¿Lo crees? -Si, anda vamos de una vez. Mateo le manifestó estirandole su mano en lo que ella aceptó, despues de todo era el amigo de su padre y el cual parecía comprenderla mejor, solo era mucho mayor para ella, no podía siquiera dejarlo plantado o hablarian de ella. La gente murmuraba mientras lo veían bailar, para Alessandra era muy abrumador sentir las miradas de los presentes en ella, asi que después de un corto tiempo le manifestó a el hombre su cansancio y se fueron a disfrutar del delicioso bufet que se ofrecía. El señor Ricci se acercó al micrófono para dar unas palabras mientras su hija parecía estar de mejores animos. -Espero la esten pasando muy bien en esta velada, no solo por la empresa sino porque mi querida Alessandra se comprometera esta noche. Los aplausos no se hicieron esperar por la increíble noticia, pero la aludida no comprendía de que compromiso estaba hablando su padre. Se levantó pero una mano en su hombro la hizo detenerse, al ver de quien se trataba lo observó notando que se encontraba de rodillas con una joya. -Señor De la Rosa ¿Que hace? -Desde que te conocí, no he podido dejar de pensar en tí, por eso quiero pedirte que me hagas el honor de casarte conmigo. -Espere...no pude pedirme esto, aún soy menor de edad. -Tus padres estan de acuerdo, no quería esto sin decirles antes lo mucho que me gustas. Alessandra sintió demasiada presión al ver que todos la observaban ansiosos por saber la respuesta de aquella proposición por parte del mayor inversionista de la empresa de sus padres. -Perdóneme señor De la Rosa, pero no me casare con usted. Salió rapido de aquel sitio sintiendo los murmullos de la gente. Los padres de la chica la siguieron para reclamarle el porque de su actuar, se sentian avergonzados. -Jovencita ¿Que ocurre contigo? -Lo mismo te pregunto papá ¿Como es que ese sujeto se atrevió a pedirme matrimonio y tu le permites. -Es un buen hombre, me dijo que se sentía muy enamorado de tí. -Tu misma has dicho que te agrada mucho, hasta han salido juntos. ¿No es asi? -Una cosa es que me agrade, pero no me siento atraída sentimentalmente por él, es mucho más mayor para mí. -!Te casaras con Mateo de la Rosa, quieras o no! Mencionó muy enfadado el padre de Alessandra Ricci después de dar el anuncio delante de todos los invitados que festejaban el aniversario de la compañía. -Es injusto papá, apenas y conozco a ese sujeto. -Hija comprende que él es un buen hombre, has pasado tiempo a su lado, por eso tu padre no escatimó en decirle que sí cuándo le manifestó su deseo al pedir tu mano. -Mamá, date cuenta de tus palabras, además aún soy menor de edad. -El lo sabe muy bien, por eso esperará a que cumplas la mayoría. Eso sería en un par de años, conocía a Mateo De la Rosa como un amigo por parte de sus padres al ser un inversionista para ellos, solo un par de veces lo vio en la compañía y no esperaba escuchar que se quiera casar con ella. -Si decido casarme lo hare por mi cuenta, los quiero mucho a los dos, pero no aceptaré hacerlo. -¿Enserio lo rechazaras? -Si.-afirmó muy decidida. -Entonces no me queda otra opción que desheredarte. - Estoy de acuerdo papá, puedes darle todo ese dinero a quien quieras, pero no me volveré un negocio. -Bien, pero a partir de este momento te vas de la casa. La peliroja subio a su habitación sacando una maleta para guardar un poco de ropa y algunas pertenencias necesarias como dinero que tenia ahorrado desde hace tiempo. Al bajar salió de allí sin despedirse, por suerte encontró un taxi en la entrada y le pidió que la llevara al terminal de transporte para salir de la ciudad. Dejar la toscana era algo muy difícil para ella, pues desde su nacimiento había sido su lugar preferido debido a el hermoso paisaje y los diferentes lugares en los cuales paso gran parte de su niñez en compañía de sus padres. Ahora se debatía en decidir que lugar escoger para esconderse de ellos, nunca habia viajado sola, pero conocía las diferentes provincias del país. Fue cuando recordó que esa mañana habia llegado la carta de aceptación para estudiar derecho en la Universidad de Milán, era su mayor deseo desde que culminó la escuela, por sus altas calificaciónes habia recibido media beca, sus padres nisiquiera sabian de aquello pues no le dejarían estudiar más. Observó su cartera notando los pocos billetes que tenía y compro sin pensarlo dos veces un boleto de tren con destino a Milán, esperaba muy emocionada que esa decisión fuera la correcta para demostrarle a sus padres que ella seria la chica independiente mas feliz.