CAPÍTULO XIV. Atada al silencio

1446 Words
Al día siguiente, Nathalya cerró su recámara por dentro fingiendo que le dolía la cabeza y, luego, se escabulló entre su familia y la seguridad que había en su casa para llegar a tiempo al lugar de la nota, era una casa pequeña al centro de la capital, rodeada de más casas como esa, niños jugando alrededor, árboles por toda la colonia, rodeada de gente humilde y el azul del cielo. Ángel esperaba en la puerta sonriente. - Sabía que vendrías, cariño - No estoy aquí por gusto. ¿Qué quieres? – preguntó ella molesta - Tranquila, sólo quiero... hablar contigo – aún con su sonrisa - Date prisa que tengo cosas que hacer – Ángel la tomó de los hombros y la acorraló contra la pared de modo amenazante - Tú no estás entendiendo que las condiciones las pongo yo – ella trataba de zafarse - ¡Suéltame, Ángel! - Pasemos - No, desde aquí te escucho – él la miró con odio y la tomó del brazo para forzarla a entrar - Me gusta la privacidad. Ahora siéntate – empujándola hacia el sillón que tenía a un lado – este es el trato, yo me olvidaré de nuestro hijo a cambio de que tú me ayudes a largarme de este maldito lugar - Pensé que disfrutabas vivir aquí - ¡No digas idioteces! ¿A quién le va a gustar vivir en la miseria? - Pero aquí eres libre, no te han atrapado en 4 años - Pero ya estoy cansado de esta porquería - ¿A dónde quieres ir? ¿Y qué necesitas? - Tengo un amigo en Brasil que me ofreció un buen trabajo, necesitaré documentos falsos y dinero, mucho dinero - ¿Cuánto dinero? - El suficiente para no tener que regresar por mi hijo - Bien, te buscaré cuando los tenga – al decir esto se acercó a la puerta para salir de lugar - ¿Y tú crees que soy idiota? – dijo él sin permitirle salir - No pienso quedarme aquí para que traigas a la policía, yo te busco, así que apúrate, tienes 5 días para conseguir lo que necesito - Está bien, pero por favor no te acerques a mi hijo - ¿Pero por qué no? Soy su padre después de todo, tengo derecho a conocerlo - Lo tendré todo listo para cuando quieras irte, lo prometo Ángel besó a Nathalya y ella un pudo evitarlo ni darle la bofetada que se merecía, no quería ser imprudente en su actuar frente a él, así que soportó ese momento y luego se fue. Nuevamente se escabulló para regresar a casa sin que nadie se percatara que había salido, volvió a su habitación y abrió con su llave, apenas logró entrar cuando su esposo llegó para preguntar cómo estaba, ella nerviosa tuvo que mentir. - ¿Cómo sigues? – preguntó Alex - Creo que ya mejor - Vine hace un rato, pero no respondiste y mejor me fui - Perdón, me tomé una pastilla y me quedé dormida - ¿Quieres que te traiga algo de comer o prefieres bajar? - No, no, no, vamos. Necesito tomar un poco de aire y abrazar a Emmanuel - Hablando de él, lo llevé al parque para no molestarte, pasamos por la escuela y se emocionó muchísimo, se quería meter allí con todos los niños - ¿De verdad? Ya es tiempo de que vaya al kínder - Si me lo permites, yo me encargo - Trato hecho. Nathalya bajó para estar con su familia, escuchó que su padre tenía mucho trabajo en la constructora y de inmediato se ofreció a ayudarle, Alex estaba encantado de cuidar al pequeño mientras su esposa trabajaba junto a su padre. Don Emmanuel se vio sorprendido por esto, pero se alegró mucho de la decisión de su hija, trabajar sería una excelente terapia para ella. Nathalya no quería defraudar a su padre, pero debía encontrar la manera de sacar el dinero que le pedía Ángel, además debía buscar dónde conseguir los documentos falsos, tenía miedo de que ese delincuente les hiciera daño a sus seres queridos. Al día siguiente, Nathalya se levantó muy temprano para acompañar a su padre a la empresa, él la notaba nerviosa, pero evitó preguntarle directamente para no incomodarla y para darle tiempo de hablar del tema, lo que sí se atrevió a preguntar es respecto a la paternidad de su nieto. - Perdón si te hago esta pregunta hija, pero quiero saber para no cometer una indiscreción. - Papá, tú puedes preguntarme lo que quieras - ¿Alex todavía no sabe quién es el padre mi nieto? - No, papá, no me he atrevido a decírselo - Y supongo que lo harás pronto, él es un buen muchacho y tiene que saber la verdad - Sí, papá, lo haré en algún momento, te lo prometo, sólo dejaré pasar una semana a lo mucho, ya que mi mente esté más tranquila - Bien, hija Nathalya se quedó pensativa luego de esta conversación de su padre, pues sabía que ahora no era un buen momento para hablar con Alex, pero a la vez, pensaba que él podría ayudarle a proteger a su hijo, aunque tampoco quería exponer al peligro al amor de su vida, además, Ángel había sido muy claro al exigirle que nadie debía saber la verdad, así que, por ahora, Nathalya estaba atada de manos y pies, atada al silencio. Durante los siguientes días, la mente de Nathalya estaba dispersa, todos en casa lo habían notado, siempre nerviosa, recibiendo llamadas misteriosas que luego trataba de explicar pero que nadie le creía. Ella había logrado ponerse en contacto con una persona dedicada a falsificar documentos, el encargo de Ángel estaba casi listo, ahora solo debía obtener el dinero de su padre, pensó en confesarle la verdad, pero eso sería exponerlo también a él y ella no quería eso. Entonces, buscó la manera de falsificar su firma y hacerse un cheque por una enorme cantidad. Nathalya continuaba teniendo pesadillas, en ellas se veía atrapada, gritando por ayuda, entonces pensó que Ángel le estaba tendiendo una trampa para llevarla consigo a donde quiera que iba y comenzó a dejar huellas de sus malos manejos en la empresa, si no la buscarían por desparecida sería, entonces, por cometer fraude. Escondió muy bien todas las pruebas en su contra, en un lugar donde su padre no pudiera verlas, pero el contador sí, en caso de ser necesario, y junto a esa evidencia, dejó una carta para su esposo, explicando los motivos que tuvo para hacer lo que hizo. Mientras tanto, Alex llevó a Emmanuel al kínder para pedir información, el pequeño ansiaba tanto ir ya a la escuela, pero no era tiempo para que él entrara, el año iba muy avanzado ya. Al regresar a casa, llamó a Natasha para saber si su hijo Alex también estaba tan emocionado por ir a la escuela como Emmanuel, a lo que ella respondió que sí. Natasha le contó que ella y Max tenían problemas, él no quería entrometerse, pero sabía que debía hablar con su hermano al respecto y los invitó a la capital para despejarse, como unas mini vacaciones. Los pequeños corrieron a abrazarse y a jugar, les fascinaba la idea de estar juntos y ambos comenzaron a relatar cómo sus papás los habían llevado a conocer el kínder. Alex se sentó a platicar con Max y con Natasha en el despacho de don Emmanuel, entonces Max comenzó a relatar su problema de celos sin control, Natasha contó su parte del problema y Alex escuchaba pacientemente, al final, ellos solos resolvieron sus conflictos, sólo necesitaban hablarlo bien. Alex les recordó que estaba de mini vacaciones y debían quedarse por el tiempo acordado, entonces Max, quien no sabía estar en casa sin hacer nada, se ofreció a ayudar a don Emmanuel para arreglar la casa, a lo cual él aceptó. Alex llevaba tiempo planeando extender el negocio familiar a la capital, por lo que también platicó de ello con su hermano, se pusieron de acuerdo para darle una gran sorpresa a su padre. El quinto día llegaría tras unas pocas horas, Nathalya quería regalarle a su esposo una noche inolvidable, para lo cual preparó una velada bajo la luz de las estrellas, una comida deliciosa, la bebida favorita de ambos y música romántica fueron toda la compañía que tuvieron, por una ventana los demás observaban el romántico momento y todo el amor que emanaba de la pareja. Ya a solas en la habitación, Nathalya pudo entregarse de nuevo al hombre que amaba, su nerviosismo no había pasado, pero tenía un mal presentimiento sobre el día siguiente.
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