¡No puedes estar hablando en serio! —dijo Suzie. —Oh, créeme, hablo muy en serio. Maggie fue la persona más amable que conocí en esta fiesta, y entiendo por qué le gusta tanto a Kaeden. Ha estado suspirando por volver a verla toda la semana. Me temo que acabas de echar a uno de nosotros, así que el resto de los McConnell correrá la misma suerte —dijo Lilly, caminando con aire despreocupado hacia la parte trasera de la casa y ganándose la confianza de Scott, no de su marido. Él era el que solucionaba los problemas. Podía arreglar cualquier situación complicada. Claro que sí, Claire había creado suficientes, así que tenía práctica con desastres como este. Kaeden no se iba a tomar bien la noticia. —¿Qué hizo? —exclamó Scott en voz alta, haciendo que todos a su alrededor se detuvieran a mira

