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1438 Words
Capítulo cuatro Estoy en las nubes. Y con esto me refiero a que la cara de tonta que tengo dentro de la sala de conferencias no me la quita nadie. Reviso otras de sus fotos subidas en su i********: público y muerdo mis labios viendo lo sexy que se ve en el campo con sus botas y casco de arquitecto mientras presta suma atención a lo que está haciendo mi futuro suegro. Lo admito, me enamoré, y creo que esta en la onceava vez que lo digo en todo el día. —Come-libros, ¿nos llamaste? —Elián entra sin tocar y yo salgo rápidamente de su perfil en i********: y coloco una de las pantallas con los documentos que mi padre me envió para empezar a desarrollar. Uf, eso estuvo cerca. Si Elián se llegase a enterar que he encontrado a mi otra mitad no me dejaría en paz, lo que me recuerda que tengo que hablar con mi abuela de lo que pasó ayer. No puede decirle a nadie lo que presenció. Admito que no me gustaría ocultarlo, pero cuando en mi familia en general encuentran uno de tus puntos débiles simplemente no pueden parar de pedirte favores hasta el punto de hartarte. Sí, así son los Dhall. Asiento contestandole a mi hermano mayor por un segundo y le señaló que se siente —Mi padre ya nos ha encargado nuestro primer trabajo. —¿Y de qué clase de trabajo estamos hablando? —Yannick entra a la sala y detrás de él lo sigue una muy roja y penosa secretaria de nuestra secretaria Sofía. Ay Quero, te enamoraste del más complicado entre nosotros, pero supongo que sabrás manejarlo. —Quiere el edificio al lado del nuestro, —paso a la siguiente página donde se encuentran varias fotos de esa construcción para nada moderna al lado del Dhall Holdings —básicamente lo que quiere hacer con el espacio es modificarlo a un toque más sofisticado donde todos los empleados puedan tener un lugar de relajación. Elián juega con el bolígrafo en sus dedos —¿De cuántas plantas hablamos y qué se hará en cada una de ellas? —Específicamente no me lo dijo, pero teniendo la mentalidad de Amir Dhall supongo que hará una especie de encuesta para saber que es lo que más les gustaría a los empleados y así plasmarlo en el edificio. —¿Qué le darías a una persona que ya lo tiene todo laboralmente? —habla el chico de ojos verdes y los tres nos miramos entre sí y volteamos a ver a la morena de rizos alborotados. —Eh, yo no sé de nada, acabo de llegar a este lugar y sería inútil mi opinión —aferra la libreta a su pecho ocultando el teléfono donde nos acaba de tomar una foto, doy un largo suspiro tirando la cabeza hacia atrás sin tomarle importancia y paso a la siguiente página. —Este es nuestro presupuesto, —recalco la cifra haciendo círculos en la tablet para que se vea en la pantalla conectada —veinticinco millones de dólares y —paso a la siguiente página —hablé con nuestro banco que también es el que los financea a ellos y me di cuenta que el edificio está a punto de pasar a ser del banco y su precio en de veinticinco millones exactos. —Pero eso no nos conviene, porque así no dejaremos dinero para las remodelaciones y lo que se tenga que hacer en el camino —Yannick cruza sus brazos y yo muerdo mis labios viendo el azul de los ojos de Elián. —¿Aquí entro yo, no? —pregunta y asiento —lo sabía —se recuesta de la silla giratoria y cambia su rostro de dirección a Yannick —¿y entonces de qué se encargará Damián?. —¿No es obvio? Yo tengo que encargarme de contabilidad, los inversores, los informes a nuestro padre... —niego dejando de escuchar como ambos van a empezar a pelear y le doy un vistazo a mi reloj notando que casi es hora para que empiecen mis clases. Mis clases particulares, valga la redundancia. Desconecto la tablet de la gran pantalla y me levanto llevándome la atención de todos, camino hasta estar al lado de la morena de lindos ojos y poso mi mano izquierda en su hombro. —Suerte terminando tu hora con estos dos, Quero —observo de reojo a mis patéticos hermanos —me voy, porque tengo cosas que hacer, cuando llegue a la casa te mandaré todos los documentos que me proporciono el señor Amir para que se los pases a estos dos y los subas a la nube ¿de acuerdo? Ella asiente sonriente —Entendido, señorita Kayla —me despido jalando su mejilla y corro básicamente al salir del Dhall Holdings. Tengo que prepararme antes de verlo. ¿Por qué? Pues... Flashback Neythan entra al baño dejando la puerta abierta y me coloca sobre la gran mesa de mármol, bajo la cabeza aún sintiendo la rojez en mi cara, pero sus ásperas y gruesas manos me hacen mirarlo a los ojos. —¿Dónde está el botiquín, linda señorita con ojos de gatita aturdida? —pregunta y le señaló los bajos cajones del lado opuesto al de nosotros —Muy bien, parece que ya te estás recuperando y eso me agrada —muerde sus labios haciendo resaltar lo rosado que son. Diosa, ese tipo de tentaciones no, eh, así no. Así no juego, porque me descontrolo. Nos descontrolamos, gatita aturdida... ¡Ah! Simplemente déjame salir y hacerlo mío, ¿sí? Aunque sea por un segundo. Te quedas ahí dentro, Key, puedes ser muy peligrosa cuando te lo propones y no quiero que nuestra otra mitad piense cosas malas de nosotras. Pero yo solo me lo quiero comer... Sacudo mi cabeza ignorando la voz de Key y me concentro en el palillo lleno de alcohol que acerca a mis labios. >>—Quédate quieta o te dolerá —lo posa sobre la comisura de mis labios y finjo dolor logrando que quite el palillo de mis labios y sople suave el lugar de la herida. Trago grueso cuando el aire caliente choca directo en mis labios y pongo las manos en su pecho apartandolo de tan tentadora oferta para mi demonio interno. Tengo que parar con esto. —Ya es suficiente, Neythan —me bajo de la mesa —no tienes porque hacerlo. —Claro que sí, te golpeaste y debes estar toda adolorida —me sujeta de los brazos y aplasto los labios ignorando lo atento que esta siendo conmigo. Para ya, por favor. No voy a poder hacer nada sin pensarte. —Tranquilo, esto me pasa todo el tiempo que ya he hasta desarrollado inmunidad —me encojo de hombros —esas es la verdad. Él achica sus ojos sin creerme y me señala antes de poder salir del baño —Si mañana no te ves tan bonita como te veías cuando entraste por la puerta de la biblioteca la primera vez, juro que dejaré de ser tu profesor y no me volverás a ver más. Fin flashback Y por ese motivo tengo que verme como una miss universo en persona. Sí él llegase a dejarme me moriría literalmente. Estaciono mi auto en el garaje subterráneo y salgo del coche con todas mis cosas en las manos, voy hasta la entrada de la casa y junto las cejas avistando a lo lejos un carro de hace un par de años venir en dirección a la casa. ¿Acaso será un nuevo fetiche de Elián? Agudizo la vista para ver mejor de quien se trata, pero no logro ver por los vidrios polarizados, la brisa de la tarde noche sopla fuerte y siento ese tenue olor a libros, pero no es hasta que sale del puesto de copiloto que dejo caer las cosas al suelo. —Lo debo reconocer, hoy se ve mucho más bonita que ayer, señorita Kayla. Habla haciendo que su voz se transforme en melodía al pasar por mis oídos, pero mis ojos no están enfocados en él, sino en la chica de corta cabellera negra con mechas rosas y grandes ojos color marrón quien sujeta el timón con fuerza intentando no quitar la mirada de la mía. Solo diré dos cosas. La primera es que la odio con todas mis fuerzas y no la conozco, y la segunda es que tiene una maldita suerte que haya venido con él y que no la conociese antes, porque de lo contrario... De lo contrario ya estaría tres metros bajo tierra.
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