Un abrazo de consuelo

708 Words
Narra Lauren Me había quedado sin ni siquiera un abrigo sobre mis jeans y un suéter, así que cuando mi mejor amiga, Madison, abrió la puerta, estaba parada en su puerta temblando como loca. Sus ojos se abrieron en estado de shock. —¿Qué estás haciendo? —Te visito —dije entre castañeteo de dientes. Me empujó dentro de la casa y cerró la puerta. Cuando se dio la vuelta, lancé mis brazos alrededor de su cuerpo. Automáticamente sus brazos me rodearon y por un momento ninguno de las dos habló. Luego preguntó en voz baja: —¿Qué pasa, Lauren? — cuando no respondí, ella continuó—¿Le pasó algo a tu madre?—negué con la cabeza. Ella frunció el ceño—¿Entonces qué pasó? —traté de contener las lágrimas, hice todo lo que pude, pero en lugar de eso rodaron sin poder hacer nada por mis mejillas. No hizo más preguntas. Me arrastró hacia su cálida sala de estar y juntas nos dejamos caer en su sofá. Luego me sostuvo en sus brazos, susurrando una y otra vez—.Está bien. Está bien. Sea lo que sea, lo resolveremos juntas. — Mamá hipotecó la casa para abrir la tienda hace seis meses. —¡No!— Madison jadeó horrorizada—¿Como lo descubriste?— preguntó. —La universidad llamó para decir que el cheque de mamá había rebotado, así que fui a su oficina esta tarde para ver su extracto bancario. Mientras estaba allí, vi los documentos de la hipoteca. —¿Qué dijo tu mamá? Me encogí de hombros. —¿Qué podría decir ella? De todos modos, estoy convencida de que se niega deliberadamente a entender lo que está pasando. Como si todavía estuviera comprando en restaurantes finos. Y cuando la llamé, sabía que estaría enojada, así que hizo todo lo posible y me consiguió caviar Beluga y huevos al vapor para apaciguarme. —Maldición—dijo. Nuestra situación era terrible. Teníamos una deuda de miles y miles de dolares, y casi seguro que tendría que dejar la universidad y conseguir un trabajo de camarera a tiempo completo, y mamá probablemente tendría que declararse en bancarrota, perder su casa y tal vez incluso mudarse a un piso del Ayuntamiento. La mataría hacer eso—¿Qué tan malo es? ¿Estamos hablando de recuperación en el corto plazo? —No sé. No he mirado demasiado profundamente, pero sé que la boutique está pasando apuros—respondí. La habitación volvió a quedar totalmente en silencio hasta que Madison tomó mi mano. —Superarás esto, Lauren, me aseguró—.Estarás bien. Quisiera poder ayudarte, pero ya sabes que tengo dinero. Madison y sus padres pertenecía a una clase trabajadora. Enderecé mi columna vertebral y continué: —Con tu apoyo es más que suficiente ¿sabes? Ha pasado un año y todavía no estoy bien. Nada está bien. —Has vuelto a sonreír—señaló. –No—dije, la muerte de mi padre fue devastadora. No he podido superarla—.Tendré que dejar la Universidad y conseguir un trabajo de tiempo completo. —¡No puedes renunciar a Universidad —Madison protestó. —No tengo otra opción. Empecé a estirarme en el sofá para dormir, pero mi amiga me ayudó a levantarme. —No puedes dormir. Tenemos que resolver esto de la recuperación de la casa. —No esta noche. No puedo soportar más las tonterías de la vida hoy. Ella regresó con su vino y pateó el sofá en señal de aprobación. —Hagamos una lluvia de ideas. Estamos bien cuando juntamos nuestras cabezas— ¿Cuánto pidió prestado tu mamá de su casa? —No sé. Estaba demasiado sorprendida para asimilarlo todo correctamente. Miraré mañana— me vio con tristeza. —Creo que voy a llorar—dice ella. —Está bien— la consolé a ella y a mí misma—. No es gran cosa, solo un pequeño contratiempo. Lo superaré. Dejaré la universidad y todo irá bien. Fue entonces cuando de repente Madison dejó caer su bomba: —Sé cómo puedes obtener al menos cincuenta mil dólares de la noche a la mañana. Mis ojos se entrecerraban con una mezcla de escepticismo y peligrosa esperanza.
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