Max Seol no volvió a dirigirme la palabra y quizás, debí aprovechar la situación para dejarla en su casa e irme con James. Pero había algo que me impedía hacerlo. No pude dejarla, necesitaba saber lo que había ocurrido con ella y si estábamos bien. No me perdonaría haberla ofendido. Su madre estaba afilando un cuchillo grande para filetear carne cuando llegamos y al ver a su hija molesta correr hasta encerrarse en una habitación, apuntó el objeto en mi dirección. —Me invitaron a Molino y le dije que no podía ir— Comenté apresurado, tratando de evitar que se hiciera una idea errónea y la vez, rogando porque ella comprendiera lo que sucedía. —Estuvimos en el bosque y algo nos acechó —¿Qué dices?— gritó y pude ver el momento exacto en el que partió su tabla de picar en dos. (Demasiada

