Yo
No existe una expectativa más grande para cualquier persona, que conseguir su primer trabajo. Bueno yo era un recién graduado de la universidad. Era ingeniero eléctrico, con ciertos conocimientos técnicos, dispuesto a empezar desde cero para ganar experiencia laboral.
Todo era normal en ese momento, mandé cientos de hojas de vida a muchas empresas y por fin una me llamó, era una corporación de electrónico DYON, está se encargaba de ensamblar chip o dispositivos pequeños, pero hace algunos meses empezó a explorar diversos horizontes, ahora ensamblaba carros y vehículos debido a que la empresa que se encargaba de esto quebró y le quedó el campo libre, así que buscaban más personal.
Me presente dos días después a esa empresa como cualquier persona expectante para hacer una entrevista.
En ese sitio había unas cuantas personas que al igual que yo buscaba un trabajo. Poco a poco entraron una a una las personas que trataban de conseguir ese empleo. Todos tenían traje, saco y corbata, pero por algún motivo todas salían tristes de ese lugar. Me empecé a poner nervioso por eso, algunos tenían edad y otro tenían cierto atractivo físico que los hacia sobresalir entre los que estábamos allí.
Por un momento no quise hacerla entrevista, pero cuando me intenté levantarme y oi mi nombre.
—Marlon Gómez.
Pensé en ignorar ese llamado, pero yo ya había confirmado asistencia en ese momento. Solo pude caminar y con nervios y entre a esa oficina.
Allí estaba la encargada de recursos humanos una mujer de unos treinta años, rubia, ojos cafés, alta, un rostro algo ancho y delgada.
—Hola buenos días, señor Marlon Gómez.
—Eh..hola—Continúe yo.
Ella empezó a leer mi hoja de vida y rápidamente me habló.
—Bueno, saltando nos todo el protocolo veo que es un recién graduado, no podemos pedirle mucho. Creo que es el más indicado a quedar, pero estará 3 meses de prueba, solo tendrá el 75% de salario mínimo, con todas las prestaciones. Acepta o no.
Sentía que era un abuso lo que estaban haciendo conmigo, de la nada se saltaron todo el protocolo de la entrevista, me sentía encasillado, pero ya había mandado 39 hojas de vida y solo en esta me contestaron, termine decidiendo en quedar porque podría ser una buena experiencia y podría tener un puesto fijo, por lo menos. Ya llevaba 3 semanas desde mande las hojas de vida y está era la primera vez que me llamaban siendo sincero y el dinero en ese momento para era importante.
—Si, voy a firmar el contrato, pero quisiera saber, ¿Por qué yo?
Ella dejó el bolígrafo en la mesa y empezó a hablar.
—Bueno, usted es joven no tiene experiencia, necesitamos alguien que aprenda lo necesario en la empresa, no desconocidos externos que vengan de la competencia con intereses extraños. Fue muy raro que ellos con tanta experiencia pidieran entran a un cargo, además hay una zona de producción aprenderá rápido como funciona esto.
Después de decir esas palabras redacto rápidamente el contrato y me lo dio para que firmara.
Me fui medio feliz, aunque sabía que yo mismo me estaba esclavizado al aceptar algo así en una profesión tan complicada como la mía, podría morir si me equivocaba.
Bueno no esperaron ni dos minutos y me dieron mi primer recorrido. Yo me encontraba en el piso 10 del edificio. Fui llevado por esa mujer a donde comenzaría mi trabajo.
Ella me dio un recorrido a la parte de producción, allí ensamblaban diferentes aparatos eléctricos, y pude ver los carros que estaban ensamblando, pero para sorpresa mía ella me llevo hasta donde estaba el resto de encargados de mi grupo de trabajo. Eran 3 hombres ya de edad, unos 40 o 50 años.
—Buenas tardes.
—Buenas tardes, señorita—Dijeron.
—Este chico será su compañero de trabajo, su nombre es Marlon Gómez, Por favor enseñarle el lugar para que se acostumbre a su lugar de trabajo.
—Si, señorita dijo uno de los hombres.
Ella se fue dejándome solo con esos tres. Solo uno se acercó a mí.
—Bueno novato, nosotros solo debemos estar pendientes que la energía este estable en todas las dependencias y que lo que suceda en los lugares de soldadura y áreas productivas, no interfieran con la corriente eléctrica, ahora la empresa consume el doble de energía y de esos pisos se encarga otro grupo, sin embargo, debemos de estar pendientes de lo que pasa aquí. Este es el cuarto eléctrico.
El me señaló varios tableros eléctricos.
El hombre era calvo, canoso, ojos azules, tenía unas gafas, cari-ancho, alto.
Sentí que, hacia esto de mala gana, pero al ser su trabajo no tuvo otra alternativa.
El me llevo hasta allí. Cuarto electricidad. Había un tablero eléctrico cada piso tenía un botón de apagado y encendido de luces y energía.
—Bueno, niño, estos son para las luces y esto para la energía, nunca toques el segundo, te meterás en problemas. Estos son tableros eléctricos. Tu primera tarea será armar este tablero eléctrico, fue llevado a revisión en la parte de ensamblado de la empresa, pero lo desarmamos por una falla. Ahí están las instrucciones solo armarlo.
Fue humillante esa orden, no entendía nada, pero no podía negarme, ellos lo hacían talvez para aburrirme. No era mi función, si me equivocaba podría dañarlo, o causar problemas en la electricidad. Empecé a sentir el ambiente de trabajo, y eso que empecé desde abajo.
Tomé las cuántas herramientas que había allí y empecé a armar pieza por pieza, aunque estaba perdido. Solo había un montón de cables y botones para ajustar, pero debían armarse según las instrucciones.
[…]
No sabías que horas eran, ni cuánto tiempo había pasado desde que estaba encerrado en ese cuarto. Mis compañeros ya se habían ido. Solo termine de arreglar todo, no era capaz de ensayarlo, ni nada por el estilo. Salí de allí y vi las luces de los pasillos prendidos. Ya era de noche, no supe que horas eran, solo subí hasta la oficina de mi jefa a reclamar algo que se me había quedado allí, era mi cédula, solo me di cuenta de eso cuando empecé a revisar mi maletín.
Las oficinas estaban solas no había nadie, tal vez era muy tarde, pero me atreví a ir hasta allá. Me quedé parado en esa oficina y a última hora me di por vencido de seguir eso, pero lastimosamente alguien me abrazó por la espalda, y me empezó a hablar
—Llegas tarde, te espere a estás altas horas.
Sentí un frío en el cuerpo, esa voz era una voz femenina bastante sensual.
Ella me empezó a acariciar el abdomen y empezó a besarme el cuello. Hasta que logró hacerme suspirar, Allí me soltó y retrocedió.
—¿Quién es usted?
—Yo…soy el nuevo…
—¿Usted? ¿que hace a estas horas aquí?.
No pude ver bien su rostro, solo algo de su silueta ya que todo estaba algo oscuro. Ella tenía en cabello n***o y ojos azules, más o menos esa la impresión que me daba. Decidí responderle, yo no sabía quién era esa mujer.
—Bueno yo…termine de hacer la primera labor que me encomendaron…creo que se me quedó algo en su oficina.
Ella evitó mirarme a los ojos y me habló.
—Mañana puede pasar por ellos, lo guardo la encargada de recursos humanos.
Ella se fue de ese lugar. Y me dejó desconcertado, ¿será que ella tenía encuentros con alguien en ese lugar? ¿Me despediría mañana mismo por eso? No sabía que hacer y la seguí hasta el ascensor.
—Espere….
Entre allí y miré evite mirarla, note que ella estaba sonrojada, por lo que sucedió.
Allí vi más clara su silueta. Era bonita, una mujer que no superaba los 30, y era toda una ejecutiva. Tenía rasgos finos y una figura esbelta. Yo era incapaz de decirle algo en ese momento.
Evité mirarla y en silencio bajamos, detuve el ascensor en el primer piso del edificio. Ella se dirigió a sótano, donde quedaba el parqueadero.
Caminé y saludé al portero que parecía una poco extraño al verme, bueno tal vez eran las 12 de la noche y yo salía de la oficina.
—Ah…ya veo…comento el.
No entendí a los que se refería, pero me acordé de la jefa y me puse nervioso.
—Espere no es lo que usted cree…yo….soy nuevo…yo…
—No tiene que explicarme nada.
Quede sin palabras otra vez con alguien de esa empresa. Y no pude apartar la mirada de la jefa que en ese momento salió en su carro.
El portero la saludo y ella se fue.
Quise termino el mal entendido y hablé con el.
—Yo y ella no tenemos nada si eso es a lo que se refiere, yo estaba ocupado en una cuarto de electricidad y se me pasó el tiempo.
El se puso las manos en la barbilla y comenzó a hablar.
—Bueno…sabe, hoy no vino, el novio de la jefa, y usted se queda específicamente a esta hora. Bastante extraño…¿no le parece?.
—Si alguien empieza a decir cosas como esa, le diré a la jefa que usted creo los rumores.
Él se río al oír esto y bajo su mano de la barbilla.
—Niño, solo cumpla con trabajar, nada de lo que pasa allá arriba sale de aquí. ¿No leyó las normas de la empresa?
—Eh…no……
—Bueno, mejor váyase, ¿o le pido un taxi?..
—Bueno por favor pida uno.