Un raro día de trabajo

1579 Words
  Llegué a mi casa casi a la una de mañana, cansado, y tuve que soportar el alegato de mis padres que me recibieron con reclamos.   Solo podía pensar en que hacer mañana, era extraño no sabia que decirle a ella después de lo que paso, me dolía las manos por manipular todas esas piezas.   Era una situación en la cual jamás me había enfrentado, fue la primera vez que tenía este tipo de mal entendido. No sabía que hacer mañana y aclarar esta situación.   [...]   A la mañana siguiente fui a la oficina por de la encargada de Recursos humanos, pero ella abrió la puerta señalándome la oficina de la gerencia.   En ese piso había otros pequeños puestos de trabajo. Y ellos me miraban por algún motivo. De todas formas, entre a ese lugar.   Allí estaba aquella mujer de cabello castaño, con la que viví esa situación ayer. Hablan con otra de cabello rojo. Parecía ser su secretaria. Un poco más alejada estaba su lugar oficina.   —Ah...jefa el es el nuevo.   —Ah, ok, venga a mi oficina.   Sentí que la situación se complicaba porque ella podría echarme por eso. La seguí y ella cerró la puerta al momento en que yo entre.   —Solo le pido que deje las cosas hasta allí. Eso fue un error mío, lo confundí con alguien. Evite crear rumores en esta área de trabajo.   —Eh, bueno, no lo comentaré con nadie.   Ella saco de su bolso mi cedula y me la entrego.   Lo tome y no pude evitar decirle algo a ella.   —Lamento lo que le pasó con su novio, usted se merece algo mejor—Fue lo único que se me ocurrió decirle y fui demasiado imprudente.   —¿Disculpe?..   Ella subió una ceja mostrando su molestia.   No le respondí nada y salí de allí, abriendo la puerta. Sabía que me estaba metiendo en donde no me debía, pero ella tal vez lo espero mucho esa noche.   Mientras me quedé allí, vi al resto de empleados de la empresa mirando a alguien, un hombre rubio, ojos negros y rasgos finos, era buen parecido además media casi 1.80 metros, era más alto que yo.   Pasó por mi lado, pero sentí una fragancia femenina, y ya presentí lo que probablemente pasaría. Como una novela de televisión el la engañaba, y como no alguien con su rostro podría tener miles de mujeres y darle igual tener un romance formal con alguien.   Podía ver a algunos murmurando. Hasta ellos solo con verlo ya sabían lo que pasaba. No sabía que hacer, pero una de las chicas de la oficina se acercó a mí.   —A ¿usted es el nuevo?   —Eh....si...   —Hola, me podría hacer un favor, dígale a los de electricidad, que el 5 piso tiene intermitencia de energía desde hace días, y no han arreglado nada. Si ocurre un daño la empresa se los cobrará.   —Listo yo se le informo a él.   —Bueno, mi nombre es Daniela de Audiovisuales.   Al oír eso sentí cierta curiosidad por saber acerca de las dependencias de esta empresa, pero no sabía con quién hablar y me dirigí hasta el piso donde estaban mis compañeros.   —Buenos días.   —Buenos días, novato, sigue trabajando en lo que estabas.   —Ya terminé de armarlo, ¿qué más hago?   —Ahora vamos a probarlo en los lugares de ensamblaje entonces—Comento ese mismo sujeto calvo, no sabía su nombre ninguno de ellos me lo dijo.   Sentí que ellos me querían hacerme ir de la empresa, su actitud era como si quisieran retarme, pero yo seguí hasta donde ellos me llevaron y volví hasta el lugar de producción.   Allí ensamblaban todo tipo de cosas, y llevaron lo que yo arme.   Sentí un poco de miedo cuando la llevaron allá. La encendieron y funcionó.   Uno de los trabajos le dio el visto bueno. Empecé a pensar y llegué a la conclusión de lo que pasaba. Ellos la habían dañado y trataban de utilizarse y echarme la culpa a mi. Nadie me creería por ser nuevo. Allí todo empezó a tener sentido seguramente ese era el del quinto piso y ellos lo metieron los cables de energía En otro tablero y por eso había problemas   Desde ese momento, debía tener cuidado, ya no podía renunciar si había un daño ellos me culparían a mí. Solo podía hablar con la jefa para aclarar el asunto y librarme de ese problema.   [...]   Volvimos a la oficina de electricidad. Ellos se miraron mutuamente y decidieron darme otro trabajo.   —En el quinto piso, hay un problema de electricidad, solo ve a mirar.   —Eh...si...ya voy.   Fui a ese sitio, pero dispuesto a hacer un informe para enviárselo a la jefa, yo mismo, no iba a decirle a ninguna otra dependencia. Tomé el ascensor, junto conmigo había otras dos personas, una oficinista y alguien de producción.   El ascensor empezó a fallar mientras subía y se detuvo de repente. De pronto se apagaron las luces.   Mi mente empezó a divagar por eso, y empezó a pasar el tiempo. Ellos tal vez habían manipulado mal todo el cableado eléctrico y estaba causando problemas en la corriente eléctrica del edificio.   Una de las personas que estaba a mi lado tomo su celular y comenzó a hablar con alguien.   —Mama, estoy atrapada en un ascensor, creo que no podré llegar temprano hoy, tengo mucho trabajo.......   Ella siguió hablando un buen rato hasta que termino por aburrirme. Los bombillos del ascensor empezaron a apagarse y moverse hacia abajo.   —¡Ahhhhhhhhhhhhhh!   Ella el abrazo, asustada por lo que sucedía.   No podía negarlo yo también sentí miedo por eso.   —No grite—Comento el trabajador que había quedado atrapado con nosotros.   —Esta bien, no lo haré más.   La mujer no me soltaba el brazo, yo estaba un poco nervioso con la situación, ni siquiera pude pedirle que me soltara.   Seguimos en esa posición, hasta que alguien abrió la puerta del ascensor.   Era un bombero.   Y uno a uno salimos de ese ascensor.   Ella se acercó un poco a mi y me habló.   —Eh...lamento lo que pasó, yo lo abrace apresuradamente, no es que yo quiera.   —No se preocupe lo entiendo, disculpe me tengo que ir. Me podría decir la hora.   —Ah son las 12 del medio día.   Esto había sido sorprendente el tiempo paso rápido y se me fueron casi 4 horas allí.   Me sentí perturbado.   —Mi nombre es María, yo soy la secretaria del jefe de producción, mucho gusto, creo que usted es nuevo.   —Eh...si, creo que tengo que irme adiós.   [...]   Me fui de ese sitio y subí las escaleras hacia la parte de arriba. Me dirigí hasta su oficina y alguien me llamo.   —Si busca a la gerente, ella salió hace horas.   Entendí con esa respuesta de que terminó mal la discusión con su novio, pero tal vez no había salido, pues ella parecía una persona prudente, para irse así por así dejando todo tirado.   Bajé de nuevo por las escaleras y me dirigí hacia el sótano, a pesar de no haber estado allí, había visto su carro rojo.   Entre decenas de vehículos encontré el de ella. Me prepare mentalmente para hablar con ella y solo toque la puerta de su carro.   Ella bajo su ventana y me miró.   —Si...¿que necesita?.   —Eh...bueno, yo necesito hablar con usted.   —¿De que?   —Bueno, su novio la dejo, creo que seria el mejor tema.   Ella se molestó por eso y trato de subir el vidrio de si carro.   Lo cual confirmo que si tuvo un problema con el..   —Espere descubrí un problema en la electricidad del edificio.   Antes de terminar de bajar el vidrio, ella me respondió.   —Puedes dejársela al jefe de recursos humanos para que investigue a tus superiores y hagan lo que tengan que hacer.   Era una situación incómoda para seguir hablando y deliberante yo abrí la puerta de su carro.   —¿Que hace?   —Estoy en horas de almuerzo, iré con usted.   —¿Que?, Váyase.   —Usted está triste por su novio, pero es una persona prudente, ni siquiera se atrevió a irse por qué sabe que no podrá manejar cuidadosamente. Y por la forma en que me tocó ayer usted lo extrañaba mucho, ¿no es cierto?   Ella se quedo unos segundos en silencio.   —¿ Hiciste algún curso de psicología en tu universidad o que?   —Digamos que si, pero veo que usted no tiene el valor de ir a su oficina, ya todos saben lo que pasó, ¿no es cierto?   Al parecer el ambiente de esa oficina era muy pesado más allá de lo que yo veía. Existían chismes y rumores entre todos ellos, y ella no le tenia confianza a nadie, por lo que veía.   Ella me dejó entrar y no me dijo algo deliberadamente.                                                    —Entonces, ¿ A dónde vamos?   Su respuesta me dejó pensativo, ¿me estaba invitando a una aventura ella? ¿O estaba dispuesta a desahogarse conmigo? Recordé lo que pasó ayer y recordé esa situación bochornosa, hasta yo me sentí incomodo. Creo que ese incidente había sido lo suficiente para que le diera igual hablar conmigo sobre eso.   —¿Solo vámonos de este lugar?, ¿Después nos regresamos?   Ella no me respondió nada. Aún así yo ya estaba en  el carro, no quería hacerla sentir mal negándome. Y accedí a ir con ella.
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