—Vamos a casa Bruno — le digo en un intento de hablar fuerte, por suerte, él me logra escuchar y solo asiente sin decir nada. Resopló y miró la ventana, mientras vamos a casa siento que me está mirando, no quiero verlo, así que solo hago lo mejor que sé hacer y es ignorarlo.
Llegamos a casa y veo que ahora está la camioneta de Adam, sin esperar a que se bajen, lo hago rápido y camino hacia la casa. Al entrar voy a la sala y me encuentro con Adam y Liam viendo una película.
—Hola chicos — les digo llegando a su lado y los saludo con un pequeño abrazo a ambos.
—Hola Sol — dicen los dos concentrados viendo la película. Al ver que ninguno de los dos piensa prestarme atención me doy media vuelta y salgo de la sala para irme al despacho de la casa que está en el primer piso.
Entró dejando mi abrigo en uno de los sillones y caminó rodeando el gran escritorio para así llegar a la cómoda silla giratoria. Me siento delante del escritorio dejando mi bolso y los papeles sobre la mesa para luego comenzar a ojear y leer lo que supuestamente tenía para esta semana. Al prender el computador del despacho comienzo enviar correos para cancelar las reuniones por segunda vez, ya que esas supuestamente las daría mi abuelo y como paso todo eso se han estado cancelando desde la semana que pasó.
Como cada penúltimo domingo de cada mes, viene Iker e Izan que son los encargados de distribuir los vinos y de todo lo que sea sacado desde la mansión de Washington. Ellos registran que no haya nada extraño en los vinos, el tiempo que llevan de fermentación, para ya poder exportarlos cada fin de mes a diferentes lugares. Pero antes de eso tienen que llevar muestras al laboratorio de cada vino diferente que se hace aquí.
Los viñedos están en Washington y acá se guardan, está bastante apartado de la casa porque son grandes las instalaciones en donde están todos esos barriles llenos de vino, tanto de vinos de Gran reserva que son aproximadamente de hace catorce años o un poco más, aunque no queda mucho de ese por lo que mi abuelo siempre me comentaba, pero si lo suficiente como para sobrevivir si nos vamos a la quiebra, eso decía él, como también hay vinos de reserva que esos son de más o menos ocho a diez años, luego siguen los vinos crianza que son hechos hace solo cuatro a cinco años y por último están los vinos jóvenes, esos solo tiene un año o meses de fermentación, no más.
Bueno además de vino también hay varias hectáreas de viveros con plantas, la verdad desconozco lo que hay ahí, siempre me llamó la atención el trabajar en la empresa de mi padre y ser una gran arquitecta al igual que él, se me da bien y es por eso que estuve estudiando arquitectura y también administración al mismo tiempo, mi hermano dijo que también le gusta, sin embargo creo que siempre le llamó más la atención lo que mi abuelo hacía en el fundo de Washington que lo que hacía mi papá, es por eso que está estudiando contabilidad, quiere administrar el fundo de mi abuelo y para eso debo yo sacrificarme, si, así lo veo, no me culpen pero hay demasiadas razones por la cual debo sacarme sin embargo está bien lejos de ser por amor o algo así, Llega Antonia interrumpiendo mis problemas que debato en la mente con una porción de comida, se lo agradezco y ella se va, pasa media hora y vuelve a entrar para retirar el plato de comida.
No sé cuánto pasó pero estaba tan centrada pensando y viendo los papeles que tengo en mano que no me di cuenta cuando alguien entró al despacho y se sentó frente a mí. Me di cuenta porque esa persona hizo ruidos, (Seguro para que le preste atención ), Pienso.
Dejó los pensamientos a un lado y miró a la persona que entró sin que yo me diera cuenta y claro, fue Paúl. La verdad él es un hombre muy atractivo, eso no se niega, no es viejo, tampoco es casado, pero jamás miraría de otra forma a él u otra persona que allá conocido de hace tanto tiempo.
—¿Qué pasó?, ¿Está todo en orden allá afuera? — pregunto indiferente y que se dé cuenta que no quiero que él esté aquí, al menos no ahora.
—No me respondiste lo que te pregunte Sol — dice él mirándome con seriedad.
—No tiene gran importancia Paúl. Me casare y podrás seguir con tu trabajo, eso debería de preocuparte, no con quien me casare yo — digo mirándolo sería al igual que él.
—Estas equivocada Sol. Si me importa y mucho — dice él, dejándome sorprendida y sin saber que responder — ¿Realmente nunca te has dado cuenta? — pregunta él ofendido y sigo sin emitir palabra, mirando los papeles como si fuera lo mejor que hay. Segundos después le escuchó reír y claro, sin gracia alguna — Sol puedes mirarme por lo menos — dice él a lo que yo lo miro de reojo solamente.
—¿A qué viene todo esto? — digo fingiendo interés por los papeles que tengo en manos — Eres quien trabaja para mí, Paúl. Por más de siete años ya, ¿A qué viene todo el lío de con quien me case? — hablo levantando por completo la mirada hasta hacer contacto y ver que lo he lastimado.
—He estado contigo desde ese entonces porque desde que te vi me llamaste la atención Sol y estuve contigo en todo momento, dándote mi apoyo y ánimos cuando pasó lo de tus padres, ¿Que no lo recuerdas? — habla él dolido. Haciendo que me sienta culpable ahora.
—Paúl, ¿Sabes en el lío que me estás metiendo, no? — le pregunto sin creer lo que estoy escuchando — Eres quien trabaja aquí y yo.. Y yo solo creía que lo hacías por tu trabajo — agregó con suma incomodidad ante los recuerdos.
—Me gustas — murmura luego de un silencio.
—Paúl no puede ser posible eso — digo mirándolo seria.
—¿Por qué Sol?, ¿Por qué no estoy a tu altura? — pregunta ofuscado, por lo que puedo notar en sus palabras y mirada.
—No. No es por eso, simplemente es porque yo no.. No siento nada por ti.. Por nadie en realidad, solo necesito casarme para no perderlo todo y lo sabes, tú mismo me lo has estado recordando desde que me lo dijo el abogado — respondo manteniendo mi postura seria y ocultando mi nerviosismo de no saber cómo reaccionar a esto.
—¿Y si te digo que me quiero casar contigo?, si te lo pido yo, ¿Aceptarías? — pregunta sin dar señales de estar bromeando, sin embargo, yo si río — Necesitas casarte lo antes posible, no solo me gustas Sol, por lo menos yo no jugaría contigo, sé que ese tal Logan solo quiere usarte y además dudo que te sea fiel por más de una semana — agrega con desprecio en su voz al hablar de Logan. Lo que hace que una parte de mi se enfade.
—No hables así de él Paúl. Recuerda que si quieres seguir trabajando para mí, eso significa que tu jefe también será Logan. Por lo menos por el tiempo en el que estemos juntos — le digo molesta por su actitud.
—Es la verdad, él solo te usara — dice mirándome.
—Al igual que yo a él Paúl. Necesito a Logan para quedarme con lo que por derecho me pertenece, los dos saldremos beneficiados de este matrimonio. Solo que tú no lo entiendes o simplemente no quieres entender — le digo esta vez de forma indiferente.
—Puedo ser yo tú esposo Sol y no solo de título — dice el parándose y caminando lentamente hacia al otro lado del escritorio que es en donde estoy yo, haciendo que lo mire sorprendida por todo lo que ha salido de su boca desde que entró al despacho.
—No es solo casarme con alguien cualquiera Paúl — me sincero colocándome de pie — Necesito protección Paúl — le digo de brazos cruzados.
—Soy guardaespaldas Sol, he trabajado para ustedes por mucho tiempo y sabes que no soy un pobretón tampoco — dice con obviedad.
—No me refiero a eso Paúl por Dios — digo negando y rodeándolo para salir de ahí.
Demasiada cercanía para hablar precisamente de los alocados sentimientos de mi guardaespaldas hacia mi persona.
—Por favor no huyas — pide haciéndome detener frente a las sillas que están frente al escritorio.
—Paúl si algo llega a salir mal. Necesito a alguien que me pueda proteger y también ayudar si la situación se complica.. Y es un tema que no debo de estar hablando contigo, así que te pido por favor que salgas y finjamos que esta conversación jamás pasó — le pido quitando mi vista de él, al caminar hacia la puerta para abrirla.
—¿Lo puedes pensar por lo menos?... — pregunta caminando hacia mí.
—Paúl no hay nada que pensar. Me casare con Logan y ya está, ahora está en ti si quieres seguir siendo mi guardaespaldas o irte a proteger a otra persona, ese es tu trabajo, no desperdicies tu tiempo tratando de hablar de algo que no tiene sentido e importancia para mí — respondo de la forma más fría y cortante que me es posible en estos momentos — Ahora retírate por favor, que tengo suficientes problemas como para sumarle otro más — agregó.
Viéndolo asentir con lentitud y decepción da unos pasos saliendo del despacho. A lo que cierro de inmediato colocando el seguro esta vez. Tras soltar varios suspiros ruidosos me voy a sentar para seguir en lo que estaba.
Tras pasar más de tres horas y media leyendo cada informe que tenía pendiente en el correo logró terminar. Me estiró un poco y dejó los papeles y apuntes nuevos sobre el escritorio para luego pararme y acomodar un poco mi ropa que se había arrugado al estar sentada.