El primer olvido

1016 Words

Las calles de la ciudad se volvían ruidosas y llenas de tumultos, el viento de la ciudad era inconstante, tanto que llegaba a incluso a pausarse tanto que parecía que no había oxigeno. Las personas aun así, estaban acostumbradas y caminaban como si nada a sus labores cotidianas. Quien diría que en ese momento tenían a un invitado divino junto a ellos. Samael caminaba sin rumbo. Sus pies tocaban el asfalto, pero su mente estaba suspendida entre cielos ausentes y preguntas sin respuesta. La capa invisible de su divinidad —esa que lo envolvía para que ningún mortal lo notara realmente— ya no lo protegía del caos que sentía por dentro. Verónica había vuelto. La intocable vagaba con un extraño poder que jamás se le concedió. Nahamac también. El contenedor de Dios en la tierra y eso sign

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