Un beso en sus labios selló aquella promesa. Y en ese instante sabía que haría todo por protegerlo y él haría lo mismo por mí. Sin embargo, el momento se vio truncado por la aparición repentina de Aaron. —Sabes que no puedes hacer bucles de tiempo cuando lo desees —dijo, apareciendo a mi lado, su tono serio contrastando con la liviandad del momento. —¿Bucle de tiempo? —pregunté, frunciendo el ceño, confundida por sus palabras. —Lo hiciste de nuevo —negó con la cabeza y suspiró —Me temo que es hora de regresar —dijo Aaron, dirigiendo su mirada hacia Cyrus. —Lamento importunar, señor, pero su madre lo llama ahora mismo, debe regresar al castillo de las nubes a su lado. La mención del castillo rompió el hechizo que nos mantenía unidos. La realidad regresó con una fuerza abrumadora, y la

