Lo primero que debía hacer era regresar a aquel temido lugar, la escuela. Al pensar en ello deseaba con todo mi corazón estar en la escuela en la que me habían recibido con ovaciones y aplausos, la escuela de magia. Pero sabía que aquel lugar al que debía entrar no era el tipo de sitio en el que encajaba. La escuela de los seres que desconocen la existencia de la magia había sido un escenario de dolor para mí, un lugar donde me habían señalado como rara, donde las personas podían ser crueles y, lo que era peor, insensibles al daño que causaban a otros. Quizás no eran inconscientes, simplemente actuaban por pura malicia. —No te preocupes, querida, estaré a tu lado. Quizá nadie te recuerde. No debes temer. Y aun si te recuerdan, posees un gran poder; debes ser consciente de ello. Puedes def

