Capítulo cuatro: All for Us

1819 Words
Capítulo cuatro: All for Us. Valesheka Me duele la cabeza horrible, y eso no es todo me duele el cuello. Escucho a lo lejos pájaros cantando, abro mis ojos lentamente, pero lo vuelvo a cerrar rápidamente ya que la luz me molesta demasiado. Hago otro intento hasta que al fin lo logró. Miro a mi alrededor, los árboles se mueven al compás de la brisa. siento una brisa algo fuerte por lo que hace que me estremezca y ahí caigo en cuenta que estoy completamente desnuda. Miro de un lado al otro si no hay personas, pero no logro ver a nadie, veo mi ropa a un lado y me la comienzo a colocar. Mi piel está demasiado sucia, mi cabello está desordenado y lleno de muchas hierbas y cortezas de los árboles, como puedo me limpio. Voy a acercarme a agarrar mi mochila, pero un fuerte dolor de cabeza me hace inclinarme y agarrarme con fuerza. El dolor es insoportable mis ojos lloriquean un poco por el dolor. – Yo nunca te he odiado, no se puede odiar a la persona que más se ama– se acercó a mi hasta acorralarme en sus brazos, él no dejaba ir mis ojos azules indefensos. >> Valesheka por favor dime que me perdonas, por favor yo quiero estar el resto de mi vida contigo y son muchos años ya que somos vampiros. Eso fue un recuerdo pero no estoy segura, yo ya había perdonado a Harding. La cabeza me taladra, agarro como puedo mi mochila y comienzo a caminar, necesito refrescarme. Más sigo caminando y más sigo recordando, creo que me volviera licántropo hizo que mis recuerdos volverán de la nada. Lo que me molesta es que todos se mezclan en mi cabeza, no deja de dolerme la cabeza por cada recuerdo. – Amarte no es el problema, el problema es dejar de hacerlo, eres como una bacteria que se encuentra dentro de mi piel. Agarra mis dedos y comienza a trazar patrones, miro su rostro. Sus ojos están cerrados por la luz del sol que le da en el rostro. Me pongo enfrente de su cara y él abre sus ojos, que se ven del mismo tono que el pasto. – ¿Esa es una rara forma de decirme que me amas? – le sonrío y él me lo regresa, agarra mi nuca y me hace pegarme a sus labios. – Si, a todo lo que digas– me rio. Llegó a la carretera casi cayéndome, comienzo a caminar por varios minutos en donde el dolor de cabeza no deja de aumentar. Veo a lo lejos un motel, necesito llegar lo más pronto posible. Cada minuto vienen flashes a mi cabeza de todos mis amigos, pero más vienen recuerdos de Harding. – Recuerda que nadie te diga que eres menos, eres más poderosa de lo que crees, y tú serás una gran líder en algún momento– mi papá coge mi mano, sus ojos oscuros como la noche no muestran nada. – Yo seré lo que tú necesitas papá– le sonrió. – Ahora anda a tu habitación, necesitas descansar– me levanto de la silla, dispuesta a irme, pero veo como unos soldados se acercan, me escondo en un closet. – Señor, eran muchos licántropos, solo pudimos matar algunos, pero hirieron a Magnus– Abdiel, él mano derecha de mi padre se acerca a él. – Dale esto y se recuperara– él muerde su mano y llena un vaso con su sangre, mi padre se da la vuelta y se va a su estudio, no me muevo hasta que todos los soldados se van. Comienzo a recordar sucesos que tuve con Habram; salgo de la alucinación cuando estoy frente al motel, entro casi cayendo a la recepción, una señora bajita me mira de pies a cabeza, sé que luzco horrible, pero no me importa. – Necesito su mejor habitación– cierro mis ojos por otra punzada en mi cabeza. – No recibimos vagabundos– ella sigue mirando la televisión chiquita. Agarro mi mochila y saco muchos billetes de ella, los pongo encima del mostrador, ella mira los billetes y se levanta rápidamente con una sonrisa petulante, agarra una llave y me la da. Veo en una esquina que uno de sus lapiceros naranjas tiene luz ultravioleta, la cojo y dejo una propina extra, cojo unas botellas de agua que tiene en el mostrador. – Bienvenida, si necesita algo me avisa– agarro la llave y me voy a mi habitación, se encuentra en el segundo piso. Abro mi puerta, tiró la mochila al piso, y me recuesto en el piso, gritó fuertemente del dolor y las cosas a mi alrededor flotan, hasta que dejó de gritar y se caen al piso. Creo que eso necesitaba, poco a poco el dolor va disminuyendo. Mi respiración se va tranquilizando, agarró una de las botellas con agua y la bebo, me encuentro más que sedienta, me levanto del piso. Necesito una ducha, cuando me veo en el espejo me veo horrible, con razón la señora me dijo que parezco vagabunda, parece como si hubiera dormido en la tierra, y mi cabello tiene hojas secas. mi piel ya de por sí blanca da el aspecto de enferma, no he tomado sangre desde hace días, al menos necesito unas gotas en mi sistema. Abro la regadera y me quitó mi ropa, debajo del agua intenté quitarme lo sucia lo más que pude, estoy segura que el agua salió turbia. Estoy segura que quemaré esta ropa de lo sucia que esta, ya ni lavarla se puede. Felizmente traje un cambio de ropa, la cabeza ya no me duele mucho ya que el baño me ayudó mucho, agarro el diario de Habram y agarró el lapicero, cierro las persianas para que no entre mucha luz. Solo hay unas cuantas páginas escritas, lo demás se encuentra como si hubieran roto las páginas. Prendo la luz del lapicero, y comienzo a leer. Ir detrás de esa cura para la licantropía parece un mito, pero sé que la única que lo puede saber es ella. Pero nunca me lo dirá, me odia lo suficiente para decírmelo. Y pensar que una vez la ame tanto, necesito las respuestas, esa cura me hará que no tenga que convertirme en cada luna llena, no quiero dormir mi licantropía quiero ser un híbrido capaz de convertirse cuando lo desee. He estado buscando manadas, pero nadie se atreve a aceptarme, creare mi propia manada. Seré el señor que todos temerán. Pero primero necesito multiplicarme, necesito un hijo el cual me ayude a verse a ella, el ser más maléfico de la historia. Y tengo a la indicada, la bella princesa Isabella. Su pueblo de vampiros y brujos la aman y tendrán que aceptarme si no mataré a todos. Por eso quería casarse con mamá, sabía cuál era su principal objetivo. Él quería un hijo el cual lo defendiera de que sea ella, lo único que sé es que es una mujer. En todas partes la menciona, no dice un nombre, Habram le tenía miedo a alguien. En otras hojas menciona casi lo mismo, cierro el diario y veo el libro, esto es lo que me importa más. Cómo dormir el gen de licantropía, los licántropos son criaturas nocturnas que solo salen una vez cada luna llena, según una maldición por una bruja, cuya fuerza es infinita. Ella quería estar con su amor quien era un licántropo, pero no podía estar cerca de él ya que cada luna llena se convertía y mataba todo a su paso. La bruja harta de esa maldición intentó romper ese hechizo y creó una poción para que gen de licantropía se pudiera controlar y lo hizo, pero su aquelarre se enteró y quiso castigarla. Ella intentó huir con su amor, pero, resulta ser que el licántropo solo estaba utilizando a la bruja ya que su verdadero amor era una mujer licántropo, sin ningún hechizo de por medio eso los uniría por siempre. La bruja en venganza, los hechizó y utilizó todo su poder para regresar todo a la normalidad. Se dice que todavía queda un poco de esa poción mágica. Pero para poder obtener esa posición, necesitas una rama del árbol matusalén, y una gota de sangre de los azules. La posición está en donde los árboles están cerca del cielo, y la luz los toca. Termino de leer y me quedo un minuto pensando, sigo leyendo quienes son los azules y me aparece unos humanos de piel azul, investigó sobre el árbol y no dice nada sobre donde está la localización del lugar, necesito respuestas y este libro, solo dice Folklore, pero se que algo de cierto debe decir esto ya que Habram encontró la cura de su licantropía, la única persona que me puede ayudar es Kevin, él es el único que debe saber si todo lo que dice aquí es cierto. Necesito salir de aquí y comer algo, no he vivido sangre desde ayer y estoy cansada. Al salir de mi habitación un chico pasa por mi lado y se me queda mirando, le sonrió y él me devuelve la sonrisa, salgo de mi habitación y me dirijo hacia las escaleras. – Hola, espera– volteo y el chico me sonríe. – Hola. – Eres muy bonita, supongo que no eres de aquí– nunca he sido buena con el coqueto, pero comienzo a juguetear con mi cabello, que bueno que si me arregle. Intento recordar cómo coqueteaban las chicas de mi escuela. Siempre las veía y me parecía ridículo cómo actuaban por un poco de atención. Ve aquí la ironía de la vida. – No, ¿y tú sí? – Algo así– él sonríe, tiene una bonita sonrisa, pasa una mano por su cabello cobrizo. – ¿Quieres ir a mi habitación? – el chico se sorprende, no debe ser muy mayor unos veinte dos tal vez. – Si, si claro…– me acompaña a la habitación. Cierro la puerta y lo empotró sobre ella, comienzo a besarlo y no lo hace tan mal. Comienzo a bajar mis besos hasta su cuello en donde siento su yugular, lo miro a los ojos, es preferible una bolsa, pero aquí no hay hospitales cerca. – No, grites– él asiente hipnotizado y muerdo su yugular, me alimento por unos segundos y me separo rápidamente, le doy una servilleta y se lo coloca en la herida, limpio mis labios–: gracias, ahora no recordaras nada lo que paso, te taparas esa mordida, de acuerdo. – Me taparé la herida. – Ahora vete– él se va y guardo mis cosas. Necesito respuestas y necesito la ayuda de Kevin. Él es el único que debe saber si esto es verdad. si hay una forma de revertir mi licantropía el me debe decir la verdad. Y necesito hablar con Harding, recuerdo gran parte de nuestra relación.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD