EPISODIO 2

1418 Words
*CAMILLE* Antes de que pudiera procesar mis pensamientos, mi hermana apareció con su característica energía. — ¿De qué hablan? — preguntó con curiosidad. — Louis, me está proponiendo ser su novia — le expliqué, y vi cómo su sonrisa se desvanecía instantáneamente. — ¿Cómo es eso, Louis? — inquirió con un tono que no supe interpretar, una mezcla de sorpresa y algo más que no pude descifrar. — Son cosas que pasan, espero tu respuesta, Camille. Nos vemos, Amelie — dijo Louis antes de retirarse, dejando un aire de tensión flotando en la habitación. Mi hermana parecía perdida en sus pensamientos, y yo me quedé mirándola, preguntándome qué estaría pasando por su mente. Después de un momento, volvió en sí y me dijo que tenía algo importante que hacer. — Amelie, ¿estás bien? — le pregunté, preocupada por su reacción inusual. — Sí, solo… necesito un momento. Nos vemos luego —respondió, y sin permitirme decir una palabra más, salió corriendo en la misma dirección por la que Louis se había ido. Me quedé sola, el eco de sus pasos resonando en el pasillo, reflexionando sobre lo que acababa de suceder y sobre lo que significaría mi respuesta para todos nosotros. La revelación de Louis había cambiado la dinámica, no solo entre nosotros, sino también entre mi hermana y yo. Sabía que mi decisión impactaría nuestras relaciones de maneras que apenas podía imaginar. Esa noche, mientras intentaba concentrarme en mis estudios, mi mente seguía volviendo a la expresión de Amelie y a las palabras de Louis. ¿Qué significaba todo esto para nosotros? El desafío no era solo responder a Louis, sino también entender cómo navegar estas nuevas aguas sin perder de vista mis sueños y responsabilidades. La vida, de repente, se había vuelto mucho más complicada y, al mismo tiempo, más rica en posibilidades. Había pasado una semana desde que los resultados de mis exámenes llegaron, marcando un éxito que había anhelado con fervor. En ese lapso de tiempo, Louis, mi amigo de siempre, se había convertido en una sombra esquiva, apenas perceptible en los confines de mi rutina diaria. No lograba comprender su distanciamiento, hasta que un día, como si las nubes se dispersaran para revelar el azul del cielo, mi hermana compartió conmigo su visión: abrir un museo de arte. Su pasión por el arte siempre había sido un río caudaloso, pero ahora se transformaba en un mar de posibilidades y sueños. Su determinación me llenó de un orgullo cálido, un reflejo de la admiración que siempre había sentido por ella. Fue entonces cuando la voz de mi padre rompió el silencio de mis pensamientos. —Camille, ¿puedes venir a mi estudio? Su tono, siempre sereno, llevaba un eco de urgencia que no supe interpretar. Asentí, dejando atrás las paredes adornadas con los primeros intentos artísticos de mi hermana, esos trazos infantiles que ahora parecían presagiar su futuro empeño. Caminé tras él, cada paso resonando en el pasillo como un metrónomo, marcando el ritmo de una nueva etapa que se avecinaba. El estudio de mi padre siempre había sido un santuario de sabiduría y calma. Rodeada por estanterías repletas de libros que olían a tiempo y tinta, esperé a que él se sentara tras su escritorio, un mueble que había soportado años de proyectos y sueños familiares. Con una mirada que buscaba la mía, comenzó a hablar de planes futuros, de legados y de la importancia de perseguir aquello que da sentido a nuestra existencia. Su voz, firme, pero afectuosa, tejía palabras de aliento y consejo, recordándome que, al igual que mi hermana, yo también tenía un camino propio que forjar. —Hija, ¿qué opinas de Louis? —¿Por qué me preguntas eso, padre? —Es que ha pedido permiso para cortejarte. —¡Entonces él va en serio! —Así parece. ¿Estás enamorada de él? —No lo sé. Hemos sido amigos por mucho tiempo, lo aprecio mucho, y mi hermana también; todos en la familia lo queremos. —Eso es verdad. También te lo menciono porque trabaja para mí y es un joven con ambiciones, y eso es muy bueno. —Padre, ¿tú qué dices? —Yo no soy quien se casaría, si el joven te agrada, el amor puede cultivarse con el trato cariñoso. —Entonces le daré esa oportunidad. Él conoce mis sueños y será más fácil todo entre nosotros. La noticia de que Louis ha pedido permiso para cortejarme me tomó por sorpresa. Siempre lo he visto como un amigo cercano, alguien con quien he compartido risas y secretos desde que éramos adolescentes, aunque me lleva cuatro años. La idea de cambiar esa dinámica me inquieta un poco, pero también me llena de una curiosidad dulce y expectante. Mi padre siempre ha tenido un buen juicio, y si él cree que Louis tiene buenas intenciones, eso significa mucho para mí. Louis es ambicioso, eso es cierto, y su determinación en la vida es algo que siempre he admirado. —¿Estás segura? —Tengo una buena amistad con él, el amor ha de ser similar. —No es lo mismo, hija, aunque con el tiempo pueden desarrollarse. Sin embargo, el amor no es algo que se pueda decidir en un instante. Es un jardín que necesita ser cuidado y nutrido. Me pregunto si ese cariño que siento por él podría florecer en algo más profundo. Mi hermana siempre dice que los mejores romances nacen de la amistad, y tal vez tenga razón. Louis conoce mis sueños, mis esperanzas y mis miedos, y eso es un terreno fértil para algo más. Darle una oportunidad a Louis significa abrir una puerta a lo desconocido, pero también podría ser el comienzo de una hermosa aventura. Siempre he creído que el amor es una elección, una serie de decisiones que se toman día a día. Elegir explorar lo que podría ser con Louis es una decisión que estoy dispuesta a considerar. Después de todo, la vida está hecha de riesgos, y algunos valen la pena ser tomados. Mi padre dice que el amor se puede cultivar, y estoy empezando a creer que tiene razón. Tal vez lo que Louis y yo necesitamos es la oportunidad de vernos bajo una nueva luz, de aprender el uno del otro de una manera diferente. Siempre he valorado su presencia en mi vida, y tal vez es hora de ver si esa presencia puede transformarse en algo más. Con cada conversación, cada sonrisa compartida, siento que estamos tejiendo algo especial. No sé si esto se convertirá en amor, pero estoy dispuesta a descubrirlo. Si el camino que estamos a punto de tomar nos lleva a un amor duradero, entonces seré la primera en estar agradecida por haberle dado esa oportunidad a Louis, y a nosotros. La conversación fluyó como un río tranquilo, y cada palabra que intercambiamos se convirtió en un ladrillo más en la construcción de mi confianza. Al salir del estudio, sentí cómo el peso de la incertidumbre se desvanecía, reemplazado por una determinación renovada. Mi hermana y yo, cada una con su sueño, avanzaríamos hacia el futuro con la certeza de que, sin importar los desafíos, nuestro padre estaría allí, siendo nuestro faro en la oscuridad, guiándonos con su sabiduría y amor incondicional. Al día siguiente, su visita fue una dulce sorpresa que iluminó mi rutina con el colorido de las flores y la dulzura de los chocolates. Sentí una alegría desbordante, un regocijo que solo la atención de alguien como Louis podía provocar. Él, con su encanto natural, me colmaba de halagos, cada palabra, un piropo que resonaba como música en mis oídos. Louis era el epítome de un caballero, su comportamiento impecable y sus modales refinados me hacían sentir como si fuera la única mujer en el mundo, la más especial y única en el vasto universo. —Eres tan hermosa, me siento tan privilegiado de tenerte a mi lado, Camille. —Me sonrojas, ¿qué cosas dices? Cada gesto suyo era un poema dedicado a la belleza del momento, cada sonrisa, una promesa de días llenos de felicidad. Me trataba con tal deferencia que me sentía elevada, como si flotara sobre las nubes de un cielo despejado. La manera en que cuidaba cada detalle, cómo se aseguraba de que me sintiera cómoda y apreciada, era algo que nunca había experimentado. Louis tenía esa habilidad única de hacer que lo ordinario se convirtiera en extraordinario, y lo cotidiano en un evento digno de ser recordado.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD